Iconos de vanguardia
Cada a?o el boom de la construcci¨®n china absorbe la mitad de la producci¨®n mundial de hormig¨®n. Estar hoy en Pek¨ªn es ver cambiar el mundo. Hace dos d¨¦cadas, por sus calles s¨®lo pasaban camiones cargados con verduras. Hoy es el proyecto urbano que define el siglo XXI. La arquitectura occidental, que antes se levantaba s¨®lo en ciudades como Shanghai o Hong Kong porque representaba la impotencia china ante la globalizaci¨®n, est¨¢ dibujando la capital. Y los Juegos Ol¨ªmpicos de 2008 ser¨¢n el momento en que el mundo s¨¦ de cuenta. Entre la Ciudad Prohibida y la plaza de Tiananmen, cientos de siheyuan, las casas tradicionales, se derribaron para levantar otro Pek¨ªn. All¨ª ha crecido el mayor teatro del mundo, no lejos del estadio m¨¢s espectacular. Tambi¨¦n el aeropuerto de Norman Foster ser¨¢ el mayor del planeta. Un baile de r¨¦cords al que se suma una de las claves de este fen¨®meno: la velocidad de los cambios. Esto es, de las decisiones, los permisos y la construcci¨®n.
El propio Foster cree que esa capacidad para decidir sin pesta?ear es lo que est¨¢ poniendo a China por delante. As¨ª, para dirigir el crecimiento ol¨ªmpico, la normativa de hace medio siglo, importada de la Europa comunista, tiene por encima un sistema de corrupciones que convierte misteriosamente un permiso para un edificio de 10 plantas en una torre de 20. "Eso hace de Pek¨ªn el ¨²nico lugar del mundo donde se puede aplicar una teor¨ªa de la arquitectura en un lapso tan breve de tiempo", ha escrito Deyan Sudjic en La arquitectura del poder. Es dif¨ªcil pensar en otro lugar de la tierra que hubiera permitido a Rem Koolhaas, el arquitecto m¨¢s vigilado del planeta, levantar una torre que pasar¨¢ directamente de la teor¨ªa ut¨®pica a la historia de los monumentos. En un barrio de 300 rascacielos, el holand¨¦s no iba a dise?ar uno m¨¢s. As¨ª ide¨® la nueva sede para la televisi¨®n china: un arco de triunfo pop de 230 metros que tiene tanto de icono ideol¨®gico como de invenci¨®n tipol¨®gica. No es un rascacielos sino dos unidos en un ejercicio estructural firmado por el ingeniero que hace que se mantengan en pie los edificios m¨¢s impensables del mundo: Cecil Balmond, de Ove Arup.
?Por qu¨¦ est¨¢ construyendo China los edificios m¨¢s osados del momento? Posiblemente porque, por fin, se va a dejar mirar. Pero, posiblemente, tambi¨¦n porque antes ha pasado mucho tiempo mirando. Y ha sabido ver m¨¢s all¨¢. A los arquitectos no les ha pedido otro Guggenheim. Les ha dado carta blanca, la oportunidad de levantar lo que no parec¨ªa posible. China necesita a las estrellas tanto como ¨¦stas necesitan a China, si quieren dar el salto en sus carreras. El caso de Koolhaas es paradigm¨¢tico. Pero las osad¨ªas pueden ser otras. William McDonough, considerado el gur¨² de la sostenibilidad, dise?a en Liuzhou una ciudad 100% sostenible. En medio de esa vor¨¢gine constructiva, el enorme huevo de cristal de Paul Andreu sobre un lago artificial, escribi¨® Sudjic, "es la imagen contempor¨¢nea perfecta para un r¨¦gimen que cree en los tanques como instrumentos modernos para controlar a sus multitudes". Su libro fue traducido al chino. Y ese cap¨ªtulo, censurado.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.