Modernizar la 'shar¨ªa'
El t¨¦rmino ¨¢rabe shar¨ªa (tambi¨¦n transcrito como shariah) se refiere a la ley isl¨¢mica. La shar¨ªa dista mucho del concepto de ley y justicia que prevalece en los pa¨ªses occidentales, donde produce repulsa por la crueldad de los castigos f¨ªsicos que prescribe (lapidaci¨®n, amputaciones, azotes) y su desviaci¨®n sexista. Sin embargo, muchos musulmanes defienden que estos atropellos no tienen tanto que ver con la ley isl¨¢mica como con la mentalidad de quienes la manipulan.
Para empezar la idea de una ley isl¨¢mica puede resultar enga?osa. No se trata de un texto codificado o de un sistema de justicia criminal, sino de un sistema de prescripciones sobre c¨®mo debe vivir el musulm¨¢n. Esos castigos que el Tribunal Europeo de los Derechos Humanos tacha de b¨¢rbaros y crueles, constituyen s¨®lo una parte de la shar¨ªa, los que sancionan las ofensas (hadd). Y no hay unanimidad sobre lo imperativo de su aplicaci¨®n, que de hecho s¨®lo ejecutan unos pocos del medio centenar de pa¨ªses isl¨¢micos.
No todos los musulmanes coinciden en cu¨¢les son las fuentes de la shar¨ªa. S¨®lo el Cor¨¢n y los hadices (dichos y hechos del Profeta) son incontestables, si bien no todos los dichos tienen la misma fiabilidad, depende de la fuente. De ah¨ª que su valor no sea irrefutable como el del Cor¨¢n y muchas veces hasta resulten contradictorios. Los chi¨ªes rechazan el consenso (ijma) y la analog¨ªa (qiyas) que forman parte de la jurisprudencia sun¨ª, de la misma forma que los sun¨ªes rechazan el recurso de los jurisconsultos chi¨ªes a la l¨®gica (mantiq) y la interpretaci¨®n (ijthad).
Adem¨¢s existe un debate abierto no ya entre los laicistas y los religiosos, sino dentro de ¨¦stos entre reformistas (que defienden que puede modernizarse la shar¨ªa para adaptarse a los tiempos), tradicionalistas (que aceptan limar algunos aspectos dentro de las escuelas legales tradicionales) y salafistas (que rechazan a todos los anteriores y se aferran a una interpretaci¨®n literal de los textos sagrados).
Tampoco hay uniformidad en la puesta en pr¨¢ctica de la shar¨ªa en el mundo isl¨¢mico. Indonesia, Bangladesh e incluso Pakist¨¢n, a pesar de declararse rep¨²blica isl¨¢mica, se rigen por leyes mayoritariamente laicas, con algunas provisiones isl¨¢micas en lo concerniente al derecho de familia. La mayor¨ªa de los pa¨ªses ¨¢rabes (que s¨®lo suponen una cuarta parte de los musulmanes del mundo) mantienen un sistema doble de tribunales civiles y religiosos, en los que estos ¨²ltimos se ocupan de matrimonio y herencia.
Ir¨¢n y Arabia Saud¨ª son los ¨²nicos pa¨ªses isl¨¢micos que dejan todo su sistema judicial en manos de tribunales religiosos. En el otro extremo, se encuentra la laica Turqu¨ªa. Pero leyes derivadas de la shar¨ªa inspiran las legislaciones de pa¨ªses tan dispares como Afganist¨¢n o Libia.
La shar¨ªa constituye un elemento divisivo en pa¨ªses con minor¨ªas religiosas importantes como Sud¨¢n y Nigeria. En los casos en los que los musulmanes son una minor¨ªa de peso, s¨®lo India y Filipinas tienen leyes civiles separadas para ellos. Sin embargo las leyes criminales son comunes para todos. Eso no evita la controversia sobre aspectos como la poligamia o las condiciones de divorcio, que claramente discriminan a las mujeres.
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