?Qu¨¦ hacer frente al para¨ªso fiscal?
Mueven billones de euros procedentes de la evasi¨®n fiscal y de la delicuencia
Aunque se les critica, los para¨ªsos fiscales son hoy cualquier cosa excepto enclaves marginales. Con la globalizaci¨®n se han convertido en uno de los pilares de las finanzas mundiales y cada a?o transitan por ellos billones de euros.
Todo circula a su trav¨¦s: dinero legal, dinero negro, sumas procedentes de la evasi¨®n fiscal... Y despu¨¦s de haberlos dejado prosperar, ahora las grandes potencias se preocupan por su desarrollo. Tras los atentados del 11 de septiembre, EE UU se dio cuenta de que una parte del dinero del terrorismo hab¨ªa pasado por all¨ª. ?ltimamente, varios esc¨¢ndalos han revelado tambi¨¦n de qu¨¦ modo estos lugares favorecen el fraude fiscal a gran escala, como en el caso de Liechtenstein, cuando se descubri¨® que m¨¢s de un millar de occidentales (200 franceses) hab¨ªan invertido all¨ª su capital.
La presi¨®n de EE UU, tras los atentados del 11-S, no ha frenado la creaci¨®n de para¨ªsos
Liechtenstein logr¨® eximir de las normas europeas a todas sus fundaciones
- ?Qu¨¦ es un para¨ªso fiscal? La imaginaci¨®n colectiva los reduce con facilidad a islas doradas cuya fiscalidad es tan atractiva como sus cocoteros. A veces es as¨ª, pero a menudo es m¨¢s sutil.
No hay una definici¨®n ¨²nica. C. Chavagneux y R. Palan, autores de Paradis fiscaux
(La D¨¦couverte, 2007), diferencian diez criterios para definir estos enclaves, entre ellos, impuestos escasos o nulos para los no residentes, secreto bancario reforzado, procedimientos ¨¢giles de inscripci¨®n para las empresas que desean instalarse all¨ª... La variedad de las definiciones genera, de hecho, listas m¨¢s o menos largas de para¨ªsos fiscales.
- ?Legal o no legal? Instaurar un r¨¦gimen fiscal atractivo no es ilegal. Lo que suscita cr¨ªticas y sospechas es el tipo de capitales atra¨ªdos, ya que una parte del dinero que circula por ellos procede de la evasi¨®n fiscal. En menor medida, los criminales los utilizan para blanquear ganancias ilegales.
A los para¨ªsos se les suele dotar con un r¨¦gimen fiscal ventajoso para desarrollar un territorio sin recursos y a menudo aislado (Bahamas, Andorra...). Para otros pa¨ªses, como Suiza o Singapur, es el resultado de una estrategia que basa la esencia de su desarrollo en "la industria de la banca".
- ?C¨®mo nacieron? Alrededor de 1880 en EE UU. En esa ¨¦poca, los Estados de Nueva Jersey y Delaware envidiaban a Nueva York y a Massachusetts, que concentraban la mayor¨ªa de los domicilios sociales de las empresas y, en consecuencia, registraban grandes recaudaciones fiscales. Para competir con ellos, Nueva Jersey instaur¨® una legislaci¨®n que limitaba el impuesto de sociedades. En 1898, Delaware hizo lo mismo.
En los a?os veinte, a ra¨ªz de unos desacuerdos comerciales, unos jueces brit¨¢nicos consideraron que una empresa inglesa establecida en el extranjero y que hiciera negocios fuera de Reino Unido no deb¨ªa estar sujeta a impuestos ingleses. En ese momento, se cre¨® de hecho el principio de residencia ficticia por razones fiscales. En 1934, Suiza dio el ¨²ltimo toque a los principios que hoy muchos imitan, al instaurar una ley por la que se castiga penalmente la violaci¨®n del secreto bancario.
La primera oleada de creaci¨®n de para¨ªsos fiscales tuvo lugar en los a?os treinta (Liechtenstein y Gibraltar, entre otros). La segunda se remonta a los a?os sesenta. El fen¨®meno sigue hoy, especialmente en Asia, con el desarrollo de Singapur, pa¨ªs que se ha convertido en la Suiza asi¨¢tica...
- ?En contra o a favor de los para¨ªsos fiscales? Desde 2002, la Organizaci¨®n para la Cooperaci¨®n y el Desarrollo Econ¨®mico (OCDE) ha puesto en marcha un extenso programa destinado a instaurar una "equidad y una competencia leal" en materia fiscal. A largo plazo, el objetivo es obligar a los para¨ªsos, por medio de la negociaci¨®n, a limitar su dumping fiscal. Para asociaciones, como la Tax Justice Network , y muchos financieros, los para¨ªsos fiscales constituyen -adem¨¢s de un riesgo criminal- un gran incentivo para la evasi¨®n fiscal y, por tanto, una ocasi¨®n perdida para los Estados.
Por el contrario, para muchos liberales, la actuaci¨®n de la OCDE es una injerencia en los asuntos de los pa¨ªses afectados e incluso una forma de neocolonialismo. Creen que la competencia fiscal es sana y que los para¨ªsos no deber¨ªan estar obligados a enmendar sus leyes. Desde su punto de vista, el secreto bancario pertenece al ¨¢mbito de la vida privada.
- ?Qu¨¦ importancia tienen? Los para¨ªsos informan poco o nada sobre el dinero que transitan por ellos. Hay que recurrir a evaluaciones del Banco de Pagos Internacionales, de la Conferencia de Naciones Unidas sobre Comercio y Desarrollo (CNUCD) y de auditores e investigadores. Estos estudios, forzosamente aproximados, proporcionan una idea de la cuant¨ªa de los importes financieros en juego: billones de d¨®lares. -
E?Se puede suprimir su secreto bancario? En nombre del "respeto a la vida privada", la mayor¨ªa de los para¨ªsos han instituido un secreto bancario reforzado. Sin embargo, las amenazas de represalias de EE UU tras los atentados del 11 de septiembre, han llevado a muchos de estos pa¨ªses a suprimirlo en caso de investigaciones penales. Tratan as¨ª de salir de las listas negras internacionales, perjudiciales para su reputaci¨®n.
En la actualidad, la OCDE incita a firmar "convenios de intercambio de informaci¨®n", que son acuerdos bilaterales entre un para¨ªso fiscal y un pa¨ªs sobre las condiciones de supresi¨®n del secreto bancario. Pero algunos pa¨ªses, como Bahamas, s¨®lo han firmado uno, con EE UU, su mayor cliente. Lo mismo ocurre con M¨®naco y Francia. Otros han rubricado muchos convenios, pero las condiciones para suprimir el secreto bancario son muy restrictivas.
- ?Cu¨¢l es la posici¨®n de la Uni¨®n Europea? En 2005, la UE adopt¨® una directiva que obligaba al intercambio de informaci¨®n fiscal entre sus miembros. Sin embargo, una cl¨¢usula permite a los pa¨ªses que lo deseen no someterse a ella, en cuyo caso, los fondos depositados por no residentes deben ser gravados con el 25% (35% a partir de 2011). La mayor¨ªa de los para¨ªsos europeos (Luxemburgo, B¨¦lgica, Austria...) prefirieron gravar las rentas del ahorro antes que suprimir su secreto bancario. Y Liechtenstein, que adopt¨® este texto, ha logrado eximir de la norma a todas sus fundaciones, estructuras opacas que son la esencia de su poder de atracci¨®n.
- ?C¨®mo los utilizan las empresas? Muchos bancos poseen filiales en los para¨ªsos de manera legal. As¨ª pues, en principio, declaran en su pa¨ªs de origen los beneficios logrados en estos lugares. Pero, seg¨²n los detractores de los para¨ªsos, estos bancos, a pesar de las precauciones que puedan tomar, contribuyen con sus filiales a la circulaci¨®n de capitales de origen dudoso. Muchas grandes empresas o fortunas individuales recurren tambi¨¦n a los para¨ªsos mediante h¨¢biles montajes jur¨ªdicos de optimizaci¨®n fiscal.
? Le Monde
La dif¨ªcil lucha antiblanqueo
El dinero en para¨ªsos fiscales que procede del crimen sigue siendo una cifra misteriosa. La financiaci¨®n de estas organizaciones es tan compleja que nadie se atreve a confirmar las escasas cifras publicadas en Internet. S¨ª hay acuerdo en que el dinero blanqueado procede fundamentalmente del tr¨¢fico de drogas, seguido del tr¨¢fico de armas y la trata de seres humanos. Los expertos coinciden en que las sumas blanqueadas son tales que partes enteras de la econom¨ªa de ciertos pa¨ªses pueden cambiar de manos y desestabilizarlos. Citan el ejemplo del mercado inmobiliario en Espa?a o la econom¨ªa de numerosos pa¨ªses africanos.
No todos los para¨ªsos fiscales est¨¢n igual de expuestos al blanqueo. Aquellos en los que m¨¢s se protege el secreto bancario son los m¨¢s afectados. Algunos destinos bastante dispuestos a intercambiar informaci¨®n son considerados zonas expuestas, como Malta, que siempre ha interesado a las organizaciones criminales de los pa¨ªses del Este y de Oriente Pr¨®ximo.
La lucha contra los para¨ªsos fiscales empez¨® a organizarse realmente a partir del a?o 2000, por el inter¨¦s en reducir los d¨¦ficit presupuestarios. Se puso en marcha gracias a las listas negras de la Organizaci¨®n para la Cooperaci¨®n y el Desarrollo Econ¨®mico (OCDE) y el impulso del Grupo de Acci¨®n Financiera (GAFI). Cada a?o hay menos pa¨ªses en esas listas. La OCDE ha optado por la negociaci¨®n con esos Estados y hoy s¨®lo tiene en el punto de mira a Liechtenstein, M¨®naco y Andorra.
Investigar los para¨ªsos fiscales sigue siendo un aut¨¦ntico rompecabezas. Muchos levantan el secreto bancario si hay investigaciones penales, pero en la pr¨¢ctica esa tarea sigue siendo ardua. La ejecuci¨®n de comisiones rogatorias internacionales tambi¨¦n es muy delicada. Normalmente, los para¨ªsos proporcionan los documentos solicitados, pero sin mencionar el nombre o la direcci¨®n de la persona investigada, y cuando aparecen a veces son falsos. A menudo, el que numerosas investigaciones avancen depende del contexto pol¨ªtico y de la voluntad de los para¨ªsos fiscales por cuidar su reputaci¨®n. Un para¨ªso fiscal que ha cooperado poco en un asunto puede ser muy diligente en otro. As¨ª que los expertos aseguran que no son tan seguros como antes para los criminales.
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