El largo tormento de los tres 'espa?oles' de Guant¨¢namo
Los reclusos acogidos por el Gobierno sufren a¨²n las secuelas de la prisi¨®n
Los tres presos acogidos por Espa?a constituyen un crisol en miniatura de los males y abusos de Guant¨¢namo: un enfermo mental, un recluso que acab¨® colaborando con el Gobierno de Estados Unidos en un sistema de delaciones masivas dentro del penal, y una caracter¨ªstica com¨²n a centenares de presos: pruebas inconsistentes ante cualquier tribunal. Los tres, un palestino, un yemen¨ª y un afgano, pasaron entre siete y ocho a?os encerrados a pesar de que en las fichas secretas militares cedidas a EL PA?S por Wikileaks se determina que solo "quiz¨¢" fueran una amenaza para EE UU.
Las secuelas que padecen tras casi una d¨¦cada de privaci¨®n de libertad han provocado que su integraci¨®n en Espa?a sea muy complicada. Solo uno de ellos ha logrado, nueve meses despu¨¦s de su llegada, hacer una vida m¨¢s o menos normal, vivir solo, estudiar y aprender espa?ol. Los otros dos siguen bajo el control de una ONG, residiendo en centros, mientras se adaptan a su nuevo entorno. Uno de ellos empez¨® a vivir en un hotel, pero el Gobierno lo traslad¨® porque no cre¨ªa que pudiera llevar una vida aut¨®noma. Otro tuvo una depresi¨®n grave que lo llev¨® a estar ingresado durante varias semanas en el hospital G¨®mez Ulla, en Madrid.
Las fichas secretas demuestran la debilidad jur¨ªdica del sistema policial y penal de Guant¨¢namo. Las comisiones que revisaban la condici¨®n de combatiente enemigo acusaron al palestino de haber confesado su apoyo a Bin Laden y al terrorismo. En su expediente, posterior, no solo no aparece ninguna declaraci¨®n en este sentido sino que constan frases contrarias. El preso afgano fue acusado de haber sido reclutado por un grupo terrorista sobre la base de que en ocasiones visitaba a un t¨ªo suyo en Pakist¨¢n cuyo nombre de pila era similar al de un hombre supuestamente relacionado con la yihad.
Ninguno de los tres exprisioneros quiere hablar por el momento de su experiencia en Guant¨¢namo. Alguno de ellos no lo hacen ni siquiera con sus personas m¨¢s allegadas, seg¨²n fuentes conocedoras del caso. Lo que suelen pedir es tiempo para reorganizar su mente de nuevo. Mientras tanto, siguen recibiendo apoyo psicol¨®gico. No pueden volver a sus pa¨ªses ni salir de Espa?a por el momento. El acuerdo entre Obama y la UE no lo permite.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.