Puig enciende a los indignados
121 heridos en una contundente carga policial que despej¨® la plaza de Catalunya durante dos horas - 10.000 personas participaron anoche en la cacerolada
La acampada de Barcelona desapareci¨® ayer un par de horas para renacer de inmediato m¨¢s indignada, m¨¢s fuerte y m¨¢s protagonista que nunca en sus 11 d¨ªas de historia. Las 10.000 personas que anoche llenaron la plaza de Catalunya con el campamento reconstruido y la extensi¨®n de las caceroladas a m¨¢s barrios muestran que, tras horas de violencia y 121 heridos, la brutalidad policial acab¨® volvi¨¦ndose en contra de los objetivos del consejero de Interior, Felip Puig.
Una sola imagen explica la ocurrido ayer: j¨®venes sentados en el suelo golpeados con sa?a por los Mossos d'Esquadra, que suplieron con violencia los fallos de un dispositivo con el que Puig quer¨ªa evitar el riesgo de incidentes si hoy el Barcelona gana la final de la Champions en Londres. La indignaci¨®n que caus¨® la escena insufl¨® nuevas energ¨ªas a un movimiento, el 15-M, que parec¨ªa languidecer en los ¨²ltimos d¨ªas.
La carga insufl¨® nuevas energ¨ªas a un movimiento que parec¨ªa languidecer
Puig: "La actuaci¨®n fue oportuna, congruente y proporcionada"
El objetivo de la operaci¨®n era retirar los objetos y las estructuras acumuladas en la acampada. Por ello, los Mossos lanzaron de madrugada un operativo que diera cobertura a los servicios de limpieza. "No es un desalojo, la gente se puede quedar", insist¨ªan los portavoces de los Mossos. "Pero hay que limpiarlo todo", a?ad¨ªan.
Mientras unos 250 j¨®venes acampados permanec¨ªan tranquilos en el centro de la plaza, vigilados por decenas de agentes, los operarios de limpieza llenaban camiones con tiendas de campa?a, carpas, balas de paja, pal¨¦s, mesas, sillas y miles de objetos tra¨ªdos por los acampados desde la semana pasada.
Eran las diez de la ma?ana cuando, llamados por las redes sociales, unas pocas decenas de j¨®venes acudieron al per¨ªmetro de la plaza para protestar contra el desmantelamiento de la acampada. Con las brigadas de limpieza en el interior de la plaza, los Mossos cometieron un primer error que llevar¨ªa a todos los dem¨¢s: no prever una v¨ªa de salida para los camiones cargados de trastos y dejar que entre 100 y 200 j¨®venes se sentaran en el suelo para bloquear su salida. En el v¨¦rtice de la plaza que da a la Rambla de Catalunya, los agentes intentaban que los concentrados dejaran salir a los camiones, pero ellos se negaban.
Los Mossos recurrieron entonces a la porra. Primero se oyeron unos golpes secos, seguidos de gritos de dolor y protesta. A unos pocos metros, una docena larga de c¨¢maras registraban unas im¨¢genes que ya han dado la vuelta al mundo: decenas de agentes sometiendo a un grupo de j¨®venes sentados a un inacabable castigo de porrazos, patadas y empujones.
La violencia policial fue el inicio de unos incidentes que se prolongaron de forma intermitente seis horas y media y que no terminaron hasta que la polic¨ªa abandon¨® la plaza. Un nuevo error de los Mossos recrudeci¨® entonces los incidentes: varios agentes se quedaron rezagados y aislados, fueron increpados y, en alg¨²n caso, blanco de objetos lanzados por algunos de los indignados. El resultado fueron nuevas cargas, carreras y m¨¢s heridos. En total, la cifra de atendidos por los servicios de emergencia ascendi¨® a 121. El m¨¢s grave de ellos fue operado de una fractura en el codo y est¨¢ previsto que hoy reciba el alta m¨¦dida.
Puig sali¨® por la tarde a defender la actuaci¨®n policial, afirmando que en todo momento sigui¨® los criterios de "oportunidad, proporcionalidad y congruencia", y justific¨® el uso de la violencia alegando que los Mossos d'Esquadra hab¨ªan sido acorralados por los manifestantes. Pero diagn¨®stico no lo comparten ni el Colegio de Abogados de Barcelona, ni algunos sindicatos policiales, ni asociaciones sociales, ni por supuesto los partidos de izquierda, que han pedido la comparecencia de Puig en el Parlament.
Con informaci¨®n de Clara Blanchar, Camilo S. Baquero, Alba Casanovas, Dani S¨¢nchez, Alicia F¨¤bregas y Nico Lupo.
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