El Gobierno endurece la reforma laboral
La empresa podr¨¢ efectuar despidos colectivos si prev¨¦ p¨¦rdidas permanentes o transitorias - Trabajo se distancia de los sindicatos en la norma sobre convenios
El Gobierno ha endurecido el tono en la ¨²ltima fase de la reforma laboral. Los dos grandes cambios que quedaban por concretar en la regulaci¨®n del mercado de trabajo se han saldado con un giro hacia posturas m¨¢s alejadas de lo que ped¨ªan los sindicatos. Las cr¨ªticas recibidas en los ¨²ltimos d¨ªas respecto de una reforma de convenios m¨¢s cercana a las demandas de CC OO y UGT que a las de la CEOE han llevado a Trabajo a reorientar el paso en el ¨²ltimo minuto.
Los cambios afectan tanto al nuevo marco de expedientes de regulaci¨®n de empleo (ERE) como a la negociaci¨®n colectiva, ambos pendientes de desarrollo desde la reforma laboral. El ministro de Trabajo, Valeriano G¨®mez, sorprendi¨® ayer al anunciar que el Consejo de Ministros hab¨ªa aprobado la reglamentaci¨®n definitiva de los ERE. El borrador inicial, presentado cuando se gestaba el gran acuerdo econ¨®mico y social que implicaba a sindicatos y empresarios en la reforma de las pensiones, supuso un acercamiento hacia las tesis sindicales. Porque tras la controvertida v¨ªa que abri¨® la reforma laboral para permitir a las empresas despedir barato (20 d¨ªas por a?o trabajado) con solo acreditar previsi¨®n de p¨¦rdidas, el decreto de ERE acotaba mucho esa posibilidad al exigir al empresario que demostrara que sus p¨¦rdidas no eran coyunturales.
El proyecto inicial solo permit¨ªa ERE con p¨¦rdidas no coyunturales
Ahora el Gobierno ha emprendido -al menos parcialmente- el camino de vuelta. Amparado en las observaciones vinculantes que el Consejo de Estado ha hecho a este reglamento, Trabajo fija como requisitos cuantificar las p¨¦rdidas que prev¨¦ la empresa y explicar "si tienen car¨¢cter permanente o transitorio". Es decir, se contemplan las dos posibilidades, aunque en la comparecencia posterior al Consejo de Ministros, G¨®mez asegur¨® que en los casos de p¨¦rdidas transitorias lo id¨®neo ser¨ªa "utilizar lo menos posible esa decisi¨®n". En su lugar, abog¨® por ajustes de jornada, suspensiones temporales de empleo y contratos a tiempo parcial, tres de los grandes objetivos de la reforma laboral.
Fuentes de Trabajo a?aden que a cambio de esa mayor laxitud para despedir barato, el texto que publicar¨¢ hoy el Bolet¨ªn Oficial del Estado refuerza la obligaci¨®n de que los n¨²meros presentados por la empresa justifiquen "la razonabilidad de la medida".
El reglamento de ERE intenta acabar con la anomal¨ªa de que en tiempos de crisis el 80% de los despidos se hayan realizado bajo la f¨®rmula improcedente (indemnizaci¨®n de 45 d¨ªas por a?o trabajado), entre otros motivos porque es m¨¢s r¨¢pida. Para facilitar el tr¨¢nsito hacia el modelo de 20 d¨ªas por a?o, previsto para despidos por motivos econ¨®micos, la nueva norma agiliza la tramitaci¨®n administrativa de estos procesos. Desde que entr¨® en vigor la reforma, los trabajadores afectados por ERE de extinci¨®n han ca¨ªdo casi un 6% y los de reducci¨®n de jornada han crecido un 315%, seg¨²n datos hasta marzo divulgados ayer por Trabajo.
M¨¢s all¨¢ de los despidos, que aparecieron de forma inesperada en la recta final de la comparecencia de prensa, la vuelta de tuerca a las nuevas normas laborales presidi¨® tambi¨¦n el decreto de negociaci¨®n colectiva aprobado ayer. El ¨²ltimo proyecto de la agenda reformista de Zapatero, abierto a cambios en el Parlamento, incluye dos novedades de calado respecto del borrador inicial. En primer lugar, un acortamiento de los plazos de negociaci¨®n para renovar un convenio caducado. Frente a los 20 meses iniciales, el texto establece ocho meses para convenios de hasta dos a?os de duraci¨®n y 14 meses para los de vigencia superior. En segundo lugar, el texto convierte en obligatoria la intervenci¨®n del ¨¢rbitro (su dictamen es vinculante, a diferencia del mediador, que no tiene capacidad para imponerse) cuando empresa y trabajadores no alcancen un acuerdo en la renovaci¨®n del convenio. Se trata de una medida transitoria, hasta que los ¨®rganos de mediaci¨®n que existen en Espa?a se adapten al nuevo marco de negociaci¨®n colectiva. En la pr¨¢ctica, eso deja sin sentido la pr¨®rroga autom¨¢tica del convenio cuando no hay pacto, que el decreto mantiene pero que no llegar¨¢ a funcionar si las partes tienen que recurrir a un ¨¢rbitro cuando no lleguen a un consenso.
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