El r¨¦gimen de Gadafi toca a su fin

Hace cinco meses Muamar el Gadafi hablaba de "aplastar a las ratas" en Bengasi, feudo de los sublevados contra el dictador libio, y de perseguir a los rebeldes "palmo a palmo" y "callej¨®n a callej¨®n". Y no pod¨ªa decirse anoche que el coronel, tras 42 a?os en el poder absoluto, era ya historia de Libia, como lo son Zine el Abidine ben Ali, en T¨²nez, y Hosni Mubarak, en Egipto. Pero el ritmo trepidante de los acontecimientos b¨¦licos, la detenci¨®n de tres de sus hijos, y las deserciones de relevantes figuras de su camarilla colocan a Gadafi -en paradero desconocido pero a¨²n en Libia, seg¨²n EE UU- en una tesitura insostenible. Aunque sus militares continuaban ayer combatiendo en Tr¨ªpoli y cerca de la frontera tunecina contra unos insurgentes crecidos por la s¨²bita conquista de la capital, el r¨¦gimen se desmorona irremediablemente.

Las deserciones de los gadafistas fueron clave en el r¨¢pido avance rebelde

Egipto reconoce al Consejo Nacional y China y Rusia dan la espalda al r¨¦gimen

Las consecuencias pol¨ªticas de la revuelta libia palidecen cuando se compara con los efectos a medio plazo que puede tener la ca¨ªda del rais egipcio o los que puede desencadenar la desaparici¨®n pol¨ªtica del sirio Bachar el Asad. Pero los pa¨ªses occidentales, agobiados por una crisis econ¨®mica descomunal, desean poner punto final cuanto antes al episodio b¨¦lico en el que llevan cinco meses embarcados. Gadafi debe abandonar el poder, repiten hasta la saciedad Barack Obama, David Cameron o Nicolas Sarkozy.

No parece lejano el d¨ªa. O al menos as¨ª lo piensa Mustaf¨¢ Abdel Yalil, jefe del Consejo Nacional Transitorio (CNT), el Gobierno de los sublevados: "Al¨¢ ha querido que el fin sea a manos de estos j¨®venes, unidos a la primavera ¨¢rabe. Y ahora puedo decir que la era de Gadafi ha terminado". Miles de compatriotas refugiados en T¨²nez opinan lo mismo. Regresaban ayer a su pa¨ªs por miles. Como miles de milicianos, llegaron a la capital ayer de madrugada para dar la puntilla al r¨¦gimen.

Lo que resulta evidente es que el tirano ya no ejerce el poder m¨¢s all¨¢ de los ac¨®litos y uniformados que todav¨ªa le obedecen. Los rebeldes controlaban ayer casi la totalidad de Tr¨ªpoli -un 80% de la ciudad, aseguraban- y montaban patrullas para garantizar la seguridad en los barrios, mientras segu¨ªan recibiendo refuerzos de combate por mar, desde Misrata. En las inmediaciones de Bab el Azizia, el fort¨ªn de Gadafi -que fue bombardeado esta madrugada por la OTAN, seg¨²n los rebeldes-, el intercambio de fuego fue potente por la ma?ana. Y alguna inc¨®gnita resta por despejar sobre la reacci¨®n de la poblaci¨®n de la capital. En esta ciudad la influencia de la cuesti¨®n tribal se ha mitigado mucho con el paso de los a?os. La lealtad a la tribu ha permitido a los insurgentes conquistar determinadas regiones en un santiam¨¦n. Pero en Tr¨ªpoli reside gente de todo el pa¨ªs que emigr¨® a la gran ciudad en busca de una mejor educaci¨®n o de empleos en el sector privado y en la Administraci¨®n. Muchos perder¨¢n con la ca¨ªda de Gadafi.

Las escaramuzas fueron espor¨¢dicas en varios distritos de la ciudad y muchas calles permanec¨ªan vac¨ªas despu¨¦s de una noche de jolgorio. Pero, a pesar de los contratiempos y del uso de tres misiles Scud por el r¨¦gimen en Sirte -un lanzamiento confirmado por la OTAN-, la relaci¨®n de fuerzas est¨¢ decantada en favor de los rebeldes, que anunciaron tambi¨¦n que Brega, la extensa ciudad petrolera a 235 kil¨®metros al suroeste de Bengasi, fundamental para el suministro de crudo, hab¨ªa sido completamente liberada.

Todo depender¨¢ de la resistencia que ofrezcan los soldados fieles a Gadafi. Si plantean batalla en el escenario urbano de la capital, los choques pueden prodigarse todav¨ªa alg¨²n tiempo, al menos mientras se desconozca d¨®nde se esconde el dictador. Ciudadanos de Tr¨ªpoli temen sobre todo a los francotiradores, que ya causaron estragos en Misrata, Zauiya y otras ciudades, y a los grupos de matones en letargo que pueden aparecer en cualquier momento mientras Gadafi no claudique.

No se rindieron, como hab¨ªan prometido, los hijos del dictador. Entre ellos Saif al Islam, supuesto heredero del trono, cuya detenci¨®n fue anunciada por los rebeldes el domingo junto a la de sus dos hermanos, Saadi y Mohamed. Mientras se esperaba la decisi¨®n del Consejo Nacional Transitorio sobre su entrega a la Corte Penal Internacional, ya de madrugada la BBC y France Presse informaron de que Saif se hab¨ªa presentado en el hotel Rixos, donde se alojan los periodistas extranjeros, para desmentir su arresto.

Horas antes Musa Ibrahim, portavoz del Gobierno, hab¨ªa asegurado que tanto Gadafi como sus hijos siguen en Libia. Pero el primer ministro, Mahmudi al Baghdadi, reposa en el balneario tunecino de Yerba acompa?ado por Abdal¨¢ Mansur, director de la televisi¨®n oficial. Otra cadena p¨²blica, Jamahiriya, fue tomada ayer por los rebeldes. Las deserciones no fueron tan abundantes como los insurgentes auguraban d¨ªas despu¨¦s de estallar la guerra, cuando Musa Kusa, exjefe de los servicios de inteligencia, se fug¨® a Londres. Pero no fueron multitud quienes abandonaron el barco a las primeras de cambio. Probablemente ahora es distinto. Portavoces del Consejo Nacional aseguraban el domingo que la guardia personal de Gadafi hab¨ªa pactado su rendici¨®n con los sublevados seg¨²n estos pisaran Tr¨ªpoli. Y cumplieron su palabra.

Gadafi est¨¢ muy aislado militarmente, sometido a un r¨¦gimen de sanciones econ¨®micas dur¨ªsimo, y pol¨ªticamente en la soledad casi absoluta: incluso China y Rusia dan la espalda al r¨¦gimen. Egipto y Marruecos se sumaron ayer a los pa¨ªses que reconocen al Consejo Nacional como el representante leg¨ªtimo del pueblo libio, y el Gobierno turco, hiperactivo en Oriente Pr¨®ximo y el Magreb, advirti¨® por boca de su ministro de Exteriores, Ahmet Davutoglu: "Lo que est¨¢ ocurriendo en Libia es una lecci¨®n para los dirigentes de la regi¨®n. Demuestra que los que no escuchan a su pueblo no pueden permanecer en el poder".

El CNT planifica ya el futuro. Varios de sus representantes se?alaban ayer que el futuro Gobierno no permitir¨¢ la instalaci¨®n de bases de la OTAN, otros dec¨ªan que la misi¨®n militar aliada debe concluir inmediatamente.