Argentina cierra 2017 con una inflaci¨®n del 24,8%, un 46% m¨¢s de lo previsto
La meta oficial para 2018 es del 15%, pero el mercado duda que se cumpla
A Argentina le cuesta ser un pa¨ªs normal. El dato econ¨®mico que m¨¢s la diferencia de sus vecinos es la inflaci¨®n. El pa¨ªs austral cerr¨® el a?o con un aumento de los precios del 24,8%, s¨®lo superado por Venezuela y un pu?ado de pa¨ªses africanos. Seg¨²n la cifra oficial difundida este jueves, la inflaci¨®n creci¨® un 46% m¨¢s que el m¨¢ximo marcado por el Banco Central de la Rep¨²blica Argentina (BCRA) para 2017. Diciembre fue el peor mes del a?o, con un 3,1%, el doble que en noviembre. En s¨®lo un mes, Argentina super¨® la inflaci¨®n anual de Brasil, que fue del 2,95%.
Vivienda, agua, electricidad, gas y otros combustibles lideraron la subida interanual, con un alza del 55,6%, seguida de comunicaci¨®n (34,1%), educaci¨®n (31,5%) y salud (27,8%). Por el contrario, las ¨¢reas con aumentos por debajo de la media fueron prendas de vestir y calzado (16,6%) y equipamiento y mantenimiento del hogar (17,4%).
Mauricio Macri lleg¨® a la Presidencia con la promesa de poner fin a este mal end¨¦mico de Argentina que saquea el bolsillo de los trabajadores, en especial de los que dependen de la econom¨ªa informal y tienen dif¨ªcil renegociar sus salarios, y que tiene un duro impacto en la productividad y la balanza comercial, dado que Argentina es el pa¨ªs m¨¢s caro de la regi¨®n. El Gobierno asegura que lograr¨¢ el objetivo, pero a un ritmo m¨¢s lento del previsto. Hace dos semanas, el equipo econ¨®mico rectific¨® las metas de inflaci¨®n. Del 10% para 2018 al 15%, del 5% de 2019, al 10%.?
El cambio acerca las expectativas oficiales a las del mercado, pero queda a¨²n por debajo. Los economistas estiman que el n¨²mero final de 2018 oscilar¨¢ entre el 17% y el 20%; muchos argentinos temen que ser¨¢ incluso mayor, debido a los bruscos aumentos con los que ha arrancado el a?o. El Gobierno ha autorizado este enero incrementos de hasta el 60% en trenes y autobuses, del 24% en electricidad y del 30% en agua. Los impuestos municipales en el cintur¨®n urbano de Buenos Aires subir¨¢n en 2018 hasta un 60% y se han aprobado tambi¨¦n incrementos en los servicios de prepaga (cobertura m¨¦dica privada), peajes y colegios privados. Los sindicatos a¨²n no hablan de cifras, pero s¨ª adelantan que exigir¨¢n aumentos salariales superiores a la inflaci¨®n prevista cuando comiencen las negociaciones colectivas.
Los tarifazos en transporte y servicios b¨¢sicos responden a la estrategia del Gobierno de retirar los ingentes subsidios aplicados por el kirchnerismo y que ten¨ªan un gran costo para las arcas p¨²blicas. Pero la clase media tiene que sumar estos gastos antes irrelevantes con muchos otros, como alimentaci¨®n e indumentaria, que no son s¨®lo son superiores a los de los pa¨ªses vecinos sino tambi¨¦n a los precios que se pagan en Europa. Este verano austral se han vuelto a repetir las colas en la frontera con Chile y Paraguay de argentinos que aprovechan las vacaciones para comprar m¨¢s barato en el extranjero.
Excesivo optimismo
Prometer que bajar¨ªa la inflaci¨®n en poco tiempo "fue un error" del Gobierno, seg¨²n Federico Semeniuk, gerente de estrategias financieras de la consultora Ecolatina. Semeniuk destaca que otros pa¨ªses que aplicaron metas de inflaci¨®n, como Per¨², Colombia o Chile, necesitaron m¨¢s tiempo para bajar la escalada de precios. Por eso, cree que el Gobierno macrista avanza "en la direcci¨®n correcta", como demuestra el descenso del 40% de 2016 al 25% de este a?o, pero el hecho de "haber sido demasiado optimista" le juega en contra en la percepci¨®n ciudadana.
Semeniuk cree que el aumento de tarifas es uno de los obst¨¢culos para que la inflaci¨®n descienda m¨¢s r¨¢pido, pero no el ¨²nico. Es necesario tambi¨¦n corregir el d¨¦ficit fiscal y desmontar cierta inercia inflacionaria, que lleva a los empresarios a subir los precios cada vez que el d¨®lar sube y a los sindicatos a exigir subidas salariales que recompongan su poder adquisitivo.
Ramiro Casti?eira, director de la consultora Econom¨¦trica, se remonta hasta 1935, cuando se cre¨® el Banco Central argentino, para explicar el origen problema. "En su primer siglo de historia, Argentina tuvo una inflaci¨®n promedio del 3%, con variaciones que respond¨ªan a los vaivenes de la econom¨ªa internacional", dice Casti?eira. Tras la creaci¨®n del Banco Central y la decisi¨®n posterior de comenzar a cerrar su econom¨ªa, "el Gobierno le empieza a dar a la maquinita [de imprimir billetes] para financiar el gasto p¨²blico", se?ala, y, salvo escasas excepciones, "la mayor¨ªa mantuvo esa din¨¢mica", con inflaciones casi siempre de dos d¨ªgitos.
"Argentina le ganar¨¢ la batalla a la inflaci¨®n solo cuando equilibre sus cuentas p¨²blicas. En Argentina siempre gastamos m¨¢s de la que tenemos y lo queremos cubrir o con emisi¨®n o con deuda externa. Ninguno de los dos caminos es sano, los dos siempre terminan mal", advierte Casti?eira, quien cree que la pelea debe centrarse en el control del d¨¦ficit.
La estrategia del Banco Central para atacar el problema, ofrecer unos tipos de inter¨¦s muy elevados -mucho m¨¢s que los dem¨¢s pa¨ªses de la regi¨®n-, ha provocado cortocircuitos con el Gobierno. Los jugosos tipos de inter¨¦s atraen a numerosos inversores, pero alejan el dinero de la econom¨ªa productiva, esencial para generar nuevos puestos de trabajo y crecimiento. Tras relajar las metas de inflaci¨®n, el organismo monetario redujo 75 puntos b¨¢sicos la tasa, hasta el 28%, una reducci¨®n inferior a la que quer¨ªa el equipo econ¨®mico de Macri.
El margen del Banco Central es peque?o, argumenta Semeniuk. "Al relajar la meta de inflaci¨®n, parad¨®jicamente le pone m¨¢s exigencia. En f¨²tbol dir¨ªamos que le agrandaron el arco (porter¨ªa) y errar el penal es una mayor p¨¦rdida de reputaci¨®n. Antes se lo tomaba como una referencia, hoy no cumplir la meta de inflaci¨®n es peor", asegura.
El macrismo obtuvo un respaldo contudente en las elecciones legislativas del pasado octubre. Sus pol¨ªticas cuentan tambi¨¦n con el benepl¨¢cito de gran parte del mundo econ¨®mico argentino e internacional, que aplaude el fin de las restricciones cambiarias, la progresiva reapertura del pa¨ªs, la mejora de la seguridad jur¨ªdica y la recuperaci¨®n de las estad¨ªsticas p¨²blicas, entre otras medidas. Tras un 2016 en recesi¨®n, la mayor¨ªa de indicadores son ahora positivos. Pero sigue en rojo la inflaci¨®n, convertida en el enemigo m¨¢s visible de Macri.
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