Los 1001 beb¨¦s de Lea von Bidder

El marco es el que uno se imagina para una startup. A unos 10 minutos del centro de Z¨²rich, en un antiguo barrio industrial, Lea von Bidder abre la puerta de Ava, una empresa especializada en medir la fertilidad femenina. Esta zuriquesa de 27 a?os lleg¨® el d¨ªa anterior de San Francisco, donde vive y preside la delegaci¨®n estadounidense de la empresa suiza. Forma parte de esa generaci¨®n de j¨®venes emprendedores a los que les gusta saltarse las etapas. A los 22 a?os, ya hab¨ªa vivido en tres continentes. A los 24, hab¨ªa fundado dos empresas. Y, por ¨²ltimo, a finales del a?o pasado, la revista estadounidense Forbes la incluy¨® entre las 30 personas m¨¢s destacadas de menos de 30 a?os en el ¨¢mbito de la industria de la sanidad.

Ava, fundada hace cuatro a?os en Z¨²rich, fabrica y comercializa una pulsera conectada dirigida en primer lugar a las mujeres que intentan quedarse embarazadas. El dispositivo ¡ªque se vende en Internet por unos 216 euros¡ª recoge durante el sue?o millones de datos sobre la respiraci¨®n, las pulsaciones o la calidad del sue?o. Su an¨¢lisis permite determinar cinco ventanas de fertilidad con un 89% de precisi¨®n, seg¨²n un estudio cl¨ªnico realizado en el hospital de Z¨²rich. El verano pasado, Ava cumpli¨® su primer a?o, y hoy presume de haber ayudado a concebir m¨¢s de 1.000 beb¨¦s.

Seg¨²n Lea von Bidder, todo esto contribuye a la emancipaci¨®n de las mujeres. "La salud reproductiva es una base fundamental, un primer paso hacia la confianza en uno mismo. Si nos preocupa nuestro deseo de tener hijos, no podremos lograr la excelencia".

El discurso de la responsable de marketing de Ava transmite seguridad. Es un discurso muy perfeccionado que se inspira en el l¨¦xico lleno de promesas de Silicon Valley. Pero se percibe la sinceridad de esta mujer que se declara feminista y el entusiasmo que la mueve en su compromiso en favor de la igualdad entre hombres y mujeres. "En Silicon Valley es un problema. Pero en Suiza a¨²n m¨¢s. Basta con abrir una revista de econom¨ªa para darse cuenta". Su trabajo universitario trataba sobre el establecimiento de cuotas. Hoy por hoy, se muestra orgullosa de trabajar en una empresa que da prioridad a las mujeres. Aunque es la ¨²nica mujer del equipo fundador, cerca del 60% de los aproximadamente 60 colaboradores de Ava son de sexo femenino. ?Su modelo? Sheryl Sandberg, la directora general de Facebook.

Von Bidder, que es originaria de Zumikon, un municipio zuriqu¨¦s de unos 5.000 habitantes, curs¨® sus estudios en la Universidad de Sankt Gallen y se imaginaba que se incorporar¨ªa a una gran empresa consultora. "Es lo que nos ense?an all¨ª", explica sonriendo. Pero en 2013, dos semanas despu¨¦s de haber terminado su m¨¢ster ¡ªrealizado en Estados Unidos, en China y en Lyon¡ª se march¨® a India con el objetivo de crear una empresa de chocolates de gama alta con una amiga india. "Fue una decisi¨®n un poco descabellada, quiz¨¢s ingenua, pero me encant¨® y aprend¨ª much¨ªsimo".

Nicho de mercado

La joven volvi¨® a Suiza con una idea fija: crear una startup. Sin una red de contactos despu¨¦s de haber pasado varios a?os en el extranjero, sali¨® en busca de "fundadores". En unos meses, consigui¨® encontrar a sus socios actuales con el objetivo de llevar la medida de la fertilidad al siglo XXI. "Desde hace un siglo, todos los m¨¦todos se basan en la temperatura, pero es un valor que no es fiable. Eso demuestra hasta qu¨¦ punto algunos ¨¢mbitos de la salud femenina, como la fertilidad y el control de la natalidad, no han vivido una revoluci¨®n tecnol¨®gica por la falta de inter¨¦s del sector farmac¨¦utico. Sin embargo, el mercado es enorme. Representamos casi el 50% de la poblaci¨®n".

Ava es una de las empresas de reciente creaci¨®n m¨¢s destacadas en el sector en crecimiento de las femtech, las tecnolog¨ªas que se centran en las necesidades femeninas. A la locuaz y din¨¢mica Lea von Bidder, afincada en Silicon Valley desde hace dos a?os, le gusta vivir en ese mundo en el que todo va m¨¢s r¨¢pido, rodeada de creadores de startups tan precoces como ella. Pero su marido y ella se ven en el futuro en su pa¨ªs natal, donde viven los padres de la suiza. ?Cu¨¢les son sus futuros objetivos? "Para m¨ª, lo importante es hacer algo que me interese". No deber¨ªa ser dif¨ªcil para ella, que dice que se le ocurren "100.000 ideas" cada d¨ªa. ?Entrar en pol¨ªtica es uno de ellos? "Me lo estoy pensando".

Aunque Ava naci¨® en Z¨²rich, la startup intent¨® desarrollarse primero en Estados Unidos. Para sus fundadores, era algo evidente para aprovechar un mercado mucho m¨¢s importante y las mayores posibilidades de financiaci¨®n. La empresa ha recaudado cerca de 12 millones de d¨®lares de capital riesgo. La pulsera creada por Ava, que se comercializ¨® por primera vez en el verano de 2016 al otro lado del Atl¨¢ntico, y unos meses m¨¢s tarde en Europa, tiene el ¨¦xito esperado. Estados Unidos sigue siendo su principal mercado.

La firma empez¨® con cuatro personas en 2015 y en la actualidad tiene cerca de 60 empleados, de los que 40 est¨¢n en Suiza, siete en San Francisco y diez en Belgrado, en Serbia, donde se desarrolla su programa inform¨¢tico. Recientemente, Ava fich¨® a la doctora Maureen Cronin como directora m¨¦dica de la firma. Cronin, que fue?directora de medicina femenina de Bayer Schering Pharma, es?una experta mundial del sector y defensora de la salud reproductiva de las mujeres.

En el futuro, el objetivo de Ava es sacar su producto en nuevos mercados, especialmente en Asia y en Canad¨¢, a partir de este a?o. Y sigue mejorando la tecnolog¨ªa de su pulsera. Hoy d¨ªa, esta se utiliza sobre todo para ayudar a las mujeres a quedarse embarazadas determinando los d¨ªas en los que son f¨¦rtiles. "Algunas mujeres tambi¨¦n la emplean para entender sus ciclos ov¨¢ricos, lo que puede ayudar a comprender el origen de algunos s¨ªntomas como las migra?as y los periodos de angustia", detalla Von Bidder. El anhelo tambi¨¦n es convertir la pulsera en un medio anticonceptivo natural, ya que al conocer con la mayor precisi¨®n posible los seis d¨ªas de fertilidad de su ciclo, una mujer puede dejar de tomar la p¨ªldora.