La cuesti¨®n del capital
Con los bancos y su recapitalizaci¨®n se aplican ahora claros sesgos retrospectivos
Cuanto menos socialmente apreciado es el objetivo, m¨¢s sencillo es el castigo sin rigor. Las entidades financieras son, en este juego, un objetivo f¨¢cil. No parece que se est¨¦n aprendiendo todas las lecciones de la crisis bancaria. Hacer evitables los rescates, proteger a los depositantes o recuperar la estabilidad financiera son labores que quedan a medias si no se explica bien qu¨¦ es un rescate, qu¨¦ responsabilidad tenemos los clientes o que hay intereses de todos en juego.
Lo peor es cuando se hace del sesgo retrospectivo casi una broma pesada. Leo estos d¨ªas comentarios algo inquietantes respecto al rescate de entidades financieras espa?olas en 2012. Ahora se sugiere que se solicit¨® y obtuvo m¨¢s capital del que se necesitaba. Va a resultar que no pas¨® apenas nada y que, de no ser por la crisis de deuda soberana, hubi¨¦ramos podido seguir en una huida hacia delante a la italiana sin necesidad de que el contribuyente se rascara el bolsillo. Nada m¨¢s lejos de la realidad, en mi opini¨®n.
Las apreciaciones que me parecen equivocadas han sido, de forma particular, dos. Una, que los 19.000 millones de euros de capital solicitados para Bankia fueron excesivos. La otra ¡ªligada a la primera en algunos comentarios¡ª es que se pidi¨® de m¨¢s para garantizar el ¨¦xito de la gesti¨®n de esa entidad. Parece quijoter¨ªa financiera llevada al extremo por varios motivos. El primero es que parece no entenderse que ya son muchos a?os en los cuales el mercado pide bastante m¨¢s capital de lo que exige la regulaci¨®n. Los colchones de capital son necesarios, m¨¢s a¨²n cuando la desconfianza e incertidumbre son grandes.
Espa?a est¨¢ haciendo razonablemente bien sus deberes bancarios y el sector ha recuperado una posici¨®n competitiva pujante en Europa. Pero los niveles de capitalizaci¨®n, a¨²n siendo holgados, est¨¢n en promedio a¨²n por debajo de los de otros pa¨ªses europeos de referencia. Lo estaban a¨²n m¨¢s en 2012. En aquel momento, el p¨¢nico solo lo pod¨ªa frenar una inyecci¨®n de capital contundente en la que no hubo percepci¨®n alguna de que fuera excesiva. Lo de ahora son claros sesgos retrospectivos, una clase de posverdad, tan t¨ªpica de estos d¨ªas. Con una menor aportaci¨®n, muy probablemente el temor no se hubiera marchado. De hecho, ¡ªno solo en Espa?a, sino en toda Europa¡ª la desconfianza en el sector bancario fue un problema hasta anteayer, excepto en Italia, donde contin¨²a. Hay dos m¨¢ximas en los rescates bancarios m¨¢s eficientes: deben llegar pronto y ser contundentes. En Espa?a lleg¨® bastante tarde y cubri¨® las expectativas del momento, nada m¨¢s.
En cuanto a la garant¨ªa de ¨¦xito de la gesti¨®n, dudo que hubiera cola de directivos dispuestos a asumir el tim¨®n de la principal entidad rescatada en 2012, a devolver buena parte de valor a los accionistas o a los preferentistas sus ahorros. A retener a depositantes frente a lo que, en otros casos, hubiera sido una huida masiva. A realizar desinversiones duras y poner el dividendo, en pocos a?os, en el radar de sus accionistas. Todo muy sencillo. Ya, ya...
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