La crisis de los ¡®supertrabajadores¡¯: cuando el cuerpo dice basta
Los accidentes por sobreesfuerzo f¨ªsico y mental son la principal causa de baja laboral en Espa?a
El cuerpo de Raquel Mart¨ªn recuerda de memoria los movimientos que hace al trabajar. En el sal¨®n de su casa en Torrej¨®n de Ardoz, sube los brazos y los baja, mete, tira, sacude y presiona para mostrarlo. De 6.30 a 15.00, todas las semanas, lo repite y vuelve a empezar como en una coreograf¨ªa. Lleva 40 a?os en la misma empresa de embutidos, cobra 1.200 euros al mes y desde el pasado diciembre est¨¢ de baja por sobreesfuerzo, el tipo de accidente laboral con baja m¨¢s frecuente en Espa?a.
En 2017 los accidentes laborales con baja por sobreesfuerzo f¨ªsico o mental en el trabajo ¡ªes decir, el esfuerzo que supera los l¨ªmites que permiten a un empleado volver al d¨ªa siguiente en la mismas condiciones¡ª afectaron a 191.397 trabajadores, seg¨²n las cifras provisionales del Ministerio de Trabajo. Estos datos representaron el 38% del total, aunque para la Asociaci¨®n de Mutuas de Accidentes de Trabajo el porcentaje desciende cuatro puntos. Es la principal causa en Espa?a de baja laboral y en los ¨²ltimos diez a?os ese porcentaje se ha movido entre el 36,7% y el 39,8%.
El a?o pasado en toda Espa?a se registraron 503.749 accidentes laborales con baja (sin incluir los causados in itinere, al ir o volver del trabajo), el 5% m¨¢s que el ejercicio anterior, de los que 3.796 se consideraron graves (una subida del 7,1%) y 484 resultaron mortales (ascenso del 1,7%). La inmensa mayor¨ªa de los accidentes por sobreesfuerzo es catalogada como baja leve; de las 191.397 registradas en 2017 solo 188 fueron graves. Del total de los trabajadores que causaron baja por sobreesfuerzos, 187.788 lo hicieron por cargas excesivas que les ocasionaron lesiones en m¨²sculos o huesos (crecen el 1% con respecto a 2016). Otros 534 sufrieron traumas ps¨ªquicos.
Para Pablo L¨®pez Calle, soci¨®logo de la Universidad Complutense de Madrid, las enfermedades profesionales y los accidentes laborales est¨¢n directamente vinculados con la intensificaci¨®n del trabajo: ¡°A medida que los trabajos se reducen, el empleo escasea, la gente est¨¢ m¨¢s presionada a trabajar a ritmos m¨¢s altos y a velocidades mayores¡±, explica el soci¨®logo por tel¨¦fono. Y aunque sostiene que el trabajo es central para la integraci¨®n de la gente en la sociedad, su independencia y su autonom¨ªa, asegura que cada vez hay menos puestos que aseguran esas dimensiones.
¡°La crisis ha afectado a la empresa y para nuestros cuerpos tambi¨¦n ha sido una bajada brutal¡±, comenta Mart¨ªn en el sal¨®n de su casa. Cada vez que se levanta de la silla, cojea al caminar. No es la primera vez que est¨¢ de baja por sobreesfuerzo: dos veces la operaron de los meniscos, pas¨® tres meses con los tendones del codo inflamados y sufre dolor cr¨®nico de espalda. ¡°Estamos hechos polvo¡±, se queja.
Con 3.111 accidentes cada 100.000 trabajadores, Espa?a dobl¨® en 2014 ¡ª¨²ltimos datos publicados por Eurostat¡ª la media europea. Ese a?o, se ubic¨® por detr¨¢s de Francia y Portugal y por delante de pa¨ªses como Dinamarca, Estonia y Hungr¨ªa. El mismo ¨ªndice se situaba en 2012 en 2.849 accidentes por cada 100.000 trabajadores en Espa?a, el m¨ªnimo desde que comenz¨® a medirse en 1988. En 2017, la tasa subi¨® a 3.334 accidentes por 100.000 trabajadores. Eso, seg¨²n Pedro Linares, secretario de Comisiones Obreras, no refleja ¡°todos los da?os a la salud que se producen¡±. ¡°Muchas enfermedades que se est¨¢n tratando en el sistema p¨²blico no tienen el reconocimiento como enfermedad profesional o relacionada con el trabajo¡±, argumenta. El Ministerio de Empleo ha declinado comentar las cifras.
Pilar Casorla, una camarera de piso de 43 a?os, est¨¢ de baja desde hace m¨¢s de dos a?os. En 2016, una empresa externalizada le pagaba 600 euros mensuales por limpiar al menos 24 habitaciones al d¨ªa sin ayuda. Ten¨ªa un contrato de seis horas, pero siempre trabajaba m¨¢s; no le permit¨ªan comer, solo beber agua, y a veces no descansaba ni un d¨ªa a la semana, seg¨²n cuenta. A eso se sumaba la tensi¨®n de hacerlo r¨¢pido y bien, de subir y bajar, de cargar camas supletorias y dejar todo listo antes de que llegaran los clientes. Como negarse a trabajar m¨¢s horas o quejarse por alg¨²n dolor pod¨ªa suponer perder el trabajo, exigi¨® su cuerpo hasta el final. As¨ª, termin¨® con los tendones de la mano pegados y un 33% de discapacidad en la mano derecha por sobreesfuerzo. Diez a?os antes, cobraba el doble por la mitad de trabajo.
Cuando hay desempleo y precarizaci¨®n, la competencia se intensifica, se?ala L¨®pez Calle. En los puestos de trabajo descualificados ¡ªaquellos con tareas repetitivas y estandarizadas, en las que los trabajadores tienen poca autonom¨ªa y capacidad de negociaci¨®n¡ª los empleados pueden ser sustituidos m¨¢s f¨¢cilmente y, entonces, lo que resta es competir en t¨¦rminos de carga de trabajo, de velocidad, de esfuerzo, de disponibilidad y de trabajo nocturno.
Aunque L¨®pez Calle reconoce que tambi¨¦n existen bajas injustificadas, advierte de que eso no puede tapar el fen¨®meno general. El soci¨®logo se?ala que la precariedad oculta muchas enfermedades que los empleados no manifiestan para poder seguir trabajando. Y adem¨¢s apunta a la fatiga como un fen¨®meno que no siempre aparece en la coyuntura: ¡°La acumulaci¨®n de los esfuerzos no siempre se manifiesta en la baja laboral. En trabajos que exige mucho esfuerzo f¨ªsico y mental, las edades medias de la poblaci¨®n son bajas¡±.
Raquel Mart¨ªn, que ha visto la devaluaci¨®n de su trabajo a los largo de los a?os, no se resigna: ¡°Sigo trabajando porque me hace falta¡±. Siente su cuerpo destrozado y recuerda: ¡°Cuando eres joven puedes con todo y solo quieres que te caiga dinero al final del mes¡±. Pero cuando piensa en toda la salud que ha dejado en el camino siente rabia y coraje: ¡°Despu¨¦s de tantos a?os, nos vamos con un mont¨®n de dolores a casa y sin un duro¡±.
Menos tiempo, m¨¢s trabajo
Javier Llaneza ?lvarez, presidente de la Asociaci¨®n de Ergonom¨ªa de Espa?a, resume el fen¨®meno en una ecuaci¨®n: "Menos tiempo, menos recursos, m¨¢s trabajo". El sobreesfuerzo tambi¨¦n aparece en puestos mejor cualificados, aunque como traumas ps¨ªquicos y de agotamiento, que est¨¢n ligados a la demanda de rendimiento y de compromiso. ?lvarez indica que en los niveles m¨¢s altos de la jerarqu¨ªa a muchos trabajadores "se les exige como si fueran accionistas". Aunque estos accidentes representan un porcentaje menor, en 2017 hubo 545 bajas por ese motivo, seg¨²n datos del Ministerio de Trabajo.
"Es cuesti¨®n de que las organizaciones apliquen nuevas t¨¦cnicas para mejorar las condiciones sin disminuir la rentabilidad", se?ala ?lvarez. Pero el erg¨®nomo critica que la salud de los trabajadores no siempre es la prioridad en muchas empresas. Esa responsabilidad, se carga sobre los empleados, que para ser m¨¢s resistentes y productivos deben hacer m¨¢s ejercicios, aprender t¨¦cnicas de respiraci¨®n y concentraci¨®n y alimentarse mejor. "Te dicen que tienes que ir al gimnasio, pero termina siendo una actividad de negocio. La gente va corriendo en la hora del almuerzo o a la medianoche", ejemplifica ?lvarez.
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