La fortaleza del d¨®lar pone en jaque a las grandes divisas latinoamericanas
Las monedas de Brasil, M¨¦xico Colombia y Chile sufren por la subida de tasas en EE UU, pero esquivan el cataclismo del peso argentino
El mundo emergente se hab¨ªa acostumbrado en los ¨²ltimos tiempos a una extra?a sensaci¨®n de calma. Los enormes vol¨²menes de liquidez acumulados tras a?os de pol¨ªticas monetarias expansivas en las econom¨ªas avanzadas hab¨ªan rebosado las Bolsas y los mercados de bonos, llegando tambi¨¦n a los activos de los pa¨ªses en desarrollo. Pero la volatilidad es inherente a su propia naturaleza emergente y, antes o despu¨¦s, vuelve a tocar a su puerta. Esta vez, la causa ha sido una combinaci¨®n de factores que van desde el fortalecimiento del d¨®lar estadounidense por la subida de tipos de inter¨¦s en la primera potencia mundial hasta el efecto contagio de las dificultades argentinas, pasando por las expectativas de mayor inflaci¨®n y la creciente percepci¨®n de proximidad del fin de ciclo econ¨®mico. Un c¨®ctel que amenaza con convertirse en un quebradero de cabeza en Am¨¦rica Latina.
Mayo ha tra¨ªdo consigo turbulencias en el mercado cambiario. La primera semana del mes fue la peor para las monedas emergentes en m¨¢s de un a?o y esta avanza por los mismos derroteros. El nerviosismo se ha instalado sobre la tercera econom¨ªa de Am¨¦rica Latina, Argentina, un pa¨ªs que lleva el p¨¢nico financiero en su ADN y que ya ha tenido que pedir un rescate al Fondo Monetario. Y se ha extendido al resto de grandes pa¨ªses de la regi¨®n. A la sangr¨ªa del peso argentino se han sumado las fuertes ca¨ªdas del peso mexicano, colombiano y chileno. Tambi¨¦n del real brasile?o, que se deja un 14% en los tres ¨²ltimos meses. "Al estar incluidos en la misma categor¨ªa de activos [emergentes y latinoamericanos], hay un cierto contagio de lo que est¨¢ sucediendo en Argentina", apunta Jonathan Heath, ex economista principal de HSBC para Latinoam¨¦rica y hoy analista independiente.
Salvo inesperado cambio de rumbo, los tipos de inter¨¦s de referencia en Estados Unidos llegar¨¢n en junio al 2% por primera vez desde mediados de 2008. Eran otros tiempos:?Lehman Brothers a¨²n viv¨ªa y la Gran Recesi¨®n solo empezaba a fraguarse. Y aunque el incremento en el precio del dinero ha sido telegrafiado desde el d¨ªa uno despu¨¦s de la crisis, las consecuencias se dejan sentir en los mercados: el endurecimiento de la pol¨ªtica monetaria y la expectativa de mayor inflaci¨®n en los pr¨®ximos trimestres ha llevado el inter¨¦s del bono estadounidense a 10 a?os al filo del 3%, su nivel m¨¢s alto desde 2014, introduciendo una variable nueva en el juego de equilibrios en la balanza de muchos inversores. "?Merece m¨¢s la pena depositar el dinero en activos de riesgo cuando el papel estadounidense ¡ªte¨®ricamente exento de incertidumbre sobre su futuro pago¡ª empieza a ofrecer rentabilidades atractivas?", se empiezan a preguntar en los cuarteles generales de las grandes firmas de inversi¨®n. Y el mero cuestionamiento agita a Am¨¦rica Latina y el resto de emergentes.
"La combinaci¨®n de mayores tasas en EE UU y perspectivas de inflaci¨®n m¨¢s altas es muy negativa para las monedas latinoamericanas", asevera Armando Armenta, estratega del banco de inversi¨®n suizo UBS para mercados emergentes. "La gente empieza a ver fundamentos menos s¨®lidos y algunos entran en p¨¢nico, golpeando a los pa¨ªses con fundamentos m¨¢s d¨¦biles, como Argentina", agrega un segundo analista de una gran firma de inversi¨®n que prefiere no revelar su nombre. "Es un a?o m¨¢s vol¨¢til en general: lo hemos visto en la Bolsa y en el mercado de renta fija, y empezamos a verlo en el mercado de divisas".?Parad¨®jicamente, el bache de las monedas emergentes llega en momento dulce para el petr¨®leo ¡ªuna variable que suele estar positivamente correlacionada con la evoluci¨®n de las monedas de la regi¨®n, donde casi todos los pa¨ªses son productores¡ª, que cotiza en m¨¢ximos de tres a?os y medio impulsado por la inestabilidad geopol¨ªtica.
En poco m¨¢s de 20 d¨ªas, los grandes inversores han sacado 5.500 millones de d¨®lares de los mercados emergentes de deuda, seg¨²n los datos del Instituto de Finanzas Internacionales (IIF, por sus siglas en ingl¨¦s) recopilados por Reuters. En el caso de Latinoam¨¦rica, esa cifra asciende a 1.200 millones de d¨®lares solamente en la ¨²ltima semana, cuando se han acelerado las salidas, seg¨²n Bloomberg. Este movimiento tiene, inevitablemente, un efecto directo sobre la cotizaci¨®n de las respectivas monedas regionales: vender deuda de un pa¨ªs supone, tambi¨¦n, deshacerse de moneda nacional. Todo sin que, todav¨ªa, la mayor ¨¢rea econ¨®mica del mundo junto con EE UU, la eurozona, haya movido ficha en forma de subidas de tipos.
En este entorno, Argentina es, por mucho, el pa¨ªs que peor lo tiene. A su posici¨®n m¨¢s d¨¦bil de reservas internacionales que el resto de grandes pa¨ªses latinoamericanos se suma la gran proporci¨®n de deuda p¨²blica denominada en d¨®lares, tras haber recurrido en mayor medida a emisiones en moneda estadounidense para cubrir sus necesidades de financiaci¨®n. Pero no es el ¨²nico. M¨¦xico es la econom¨ªa latinoamericana m¨¢s expuesta al mercado estadounidense, y el debilitamiento del peso frente al d¨®lar ¡ªque ya ha borrado todas las ganancias cosechadas desde el pasado 1 de enero¡ª tiene efectos de calado su econom¨ªa. Negativos, como el encarecimiento de los productos importados, con el consecuente repunte de la inflaci¨®n o la p¨¦rdida de valor internacional de los ahorros de sus nacionales. Y positivos, como la mayor competitividad, un factor nada despreciable en una econom¨ªa tan abierta como la mexicana: las manufacturas del pa¨ªs norteamericano son hoy un 8% m¨¢s baratas que hace tres semanas por un ¨²nico factor ajeno a la cadena productiva, la depreciaci¨®n del peso.
"En l¨ªneas generales, los pa¨ªses de la regi¨®n est¨¢n mejor preparados que en el pasado para afrontar una situaci¨®n as¨ª", apunta Mart¨ªn Castellano, economista jefe del IIF para Am¨¦rica Latina. "Sin embargo, la posici¨®n fiscal es peor, con deudas m¨¢s altas y mayores d¨¦ficits en todos los pa¨ªses de la regi¨®n". El mayor riesgo pasa, en su opini¨®n, por un giro radical de la pol¨ªtica macroecon¨®mica tras las elecciones que se celebran este a?o en tres pa¨ªses clave de la regi¨®n: Brasil, Colombia y, sobre todo, M¨¦xico. En este ¨²ltimo caso, aunque el candidato de Morena, Andr¨¦s Manuel L¨®pez Obrador, lleva meses tratando de tranquilizar a los mercados, los financieros no las tienen todas consigo. No, al menos, hasta no ver con sus propios ojos que la ret¨®rica cristaliza en una pol¨ªtica fiscal prudente y en la total independencia del banco central.
"En M¨¦xico hay factores propios que han llevado a la depreciaci¨®n del peso: la incertidumbre en torno a la renegociaci¨®n del Tratado de Libre Comercio de Am¨¦rica del Norte (TLC) y la cercan¨ªa de las elecciones", agrega Alberto Ramos, de Goldman Sachs. "La disputa entre el sector privado y el candidato puntero en las encuestas [L¨®pez Obrador] ha creado un entorno de volatilidad que no ha sido atajado, con la consecuente salida de capitales y la p¨¦rdida de fuerza del peso", cierra Jos¨¦ Luis de la Cruz,?director del Instituto para el Desarrollo Industrial y el Crecimiento Econ¨®mico de M¨¦xico.
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