Compa?¨ªas en serio peligro de extinci¨®n
Las dificultades para acceder a la financiaci¨®n, retrasos en el pago de los clientes, trabas burocr¨¢ticas y una baja cultura empresarial son algunas de las causas detr¨¢s de la elevada tasa de mortalidad empresarial
Pablo Hesse lanz¨® en 2015 junto a dos socios Tiedots, una plataforma digital centrada en los contactos profesionales que ofrec¨ªa informaci¨®n personalizada acerca de los asistentes a un evento. El proyecto empresarial sobrevivi¨® a?o y medio, el mismo tiempo que dur¨® el dinero de sus fundadores. ¡°El sector de los eventos no era suficientemente rentable para proporcionar retornos muy grandes. Adem¨¢s sufrimos la falta de liquidez. La primera fase de un proyecto debe ser financiada con recursos propios, pero luego hay un periodo de tiempo, hasta que el equipo consigue validar su negocio, que est¨¢ hu¨¦rfano de estructuras de capital. Y nosotros no conseguimos atraer financiaci¨®n externa¡±, relata este emprendedor que ahora tiene en marcha otra iniciativa (Teltoo).
El caso de Hesse no es ni mucho menos aislado. Uno de los principales rasgos del tejido empresarial espa?ol es que se crean muchas compa?¨ªas, pero su esperanza de vida es bastante baja. En 2017 se bati¨® el r¨¦cord de cierre de sociedades, 28.754, seg¨²n las cifras del colegio de registradores. La proporci¨®n entre el n¨²mero de firmas extinguidas y el n¨²mero de compa?¨ªas constituidas aument¨® el pasado a?o en casi cuatro puntos porcentuales, situ¨¢ndose en torno al 30%. Antes de la crisis econ¨®mica esta ratio apenas alcanzaba el 10%.
¡°La tasa de supervivencia de las empresas espa?olas es de las m¨¢s bajas de la OCDE. Parte de la alta mortalidad empresarial viene explicada por el elevado n¨²mero de parados, que aboca a la persona que pierde su empleo a emprender y subsistir de forma aut¨®noma en negocios muy arriesgados donde se requiere un m¨ªnimo de formaci¨®n y experiencia¡±, dice Joaqu¨ªn Maudos, director adjunto del IVIE y catedr¨¢tico de Econom¨ªa de la Universidad de Valencia.
El modelo econ¨®mico espa?ol, que no se ha renovado a pesar de la recesi¨®n vivida, tambi¨¦n explicar¨ªa la escasa longevidad de las iniciativas empresariales. ¡°Ha habido mucha creaci¨®n de empresas para los negocios que han marcado el devenir de la econom¨ªa, como han sido el tur¨ªstico y la construcci¨®n. Hay un componente c¨ªclico muy fuerte en esas actividades, pero tambi¨¦n mayor mortalidad empresarial porque es muy frecuente que en estas actividades se cierren sociedades y se reabran con nombre distinto cada vez que falla un proyecto¡±, explica Santiago Carb¨®, catedr¨¢tico de Econom¨ªa de Cunef y director de Estudios de Funcas.
Los ¨²ltimos datos de demograf¨ªa empresarial publicados en noviembre pasado por el Instituto Nacional de Estad¨ªstica (INE) se?alan que solo sobreviven el 40% de las compa?¨ªas transcurridos cinco a?os desde su creaci¨®n. En el ranking europeo publicado por Eurostat, Espa?a ocupa el puesto decimonoveno de 24 pa¨ªses, tan solo por delante de Alemania, Dinamarca, Portugal y Lituania.
¡°Uno de los motivos de la alta mortalidad empresarial es la dificultad en el acceso a la financiaci¨®n de los nuevos proyectos en Espa?a. La banca local es m¨¢s remisa a conceder cr¨¦dito a las sociedades de reciente creaci¨®n que las entidades de otros pa¨ªses del centro de Europa. Esto se debe a su mayor especializaci¨®n en el mercado hipotecario y a la menor inversi¨®n en departamentos en el rating de microempresas¡±, subraya Carlos Mart¨ªn, director del gabinete econ¨®mico de CC OO. Este experto tambi¨¦n identifica como trabas a la maduraci¨®n de los proyectos la ¡°falta de competencia¡± en los mercados de bienes y servicios, ¡°la posici¨®n de dominio¡± de las grandes empresas y la falta de una ¡°pol¨ªtica industrial y sectorial¡±.
En sus fases iniciales, las empresas no van sobradas de liquidez y eso las hace mucho m¨¢s vulnerables a cualquier retraso en el pago por parte de sus clientes. En este sentido, la alta morosidad que hay en Espa?a es un gran lastre para la longevidad de cualquier negocio. El plazo medio de pago del sector privado en 2017 fue de 77 d¨ªas, frente al m¨¢ximo de 60 d¨ªas que establece la ley, seg¨²n los datos de la Plataforma Multisectorial contra la Morosidad. En el ¨¢mbito p¨²blico la demora se cifra en 65 d¨ªas, m¨¢s del doble del plazo legal.
¡°Si una empresa cierra porque el producto o el servicio que ofrecen no funciona, es algo normal en una econom¨ªa de libre mercado. Lo preocupante viene cuando la extinci¨®n se debe al retraso en el pago de clientes, ya que los costes fijos se comen tus ingresos, o cuando las puertas se cierran permanentemente porque las licitaciones que promueve la Administraci¨®n exigen una facturaci¨®n m¨ªnima, facilitando con ello que los contratos se los lleven siempre las empresas grandes. Esos obs?t¨¢cu?los s¨ª que generan un desgaste que lleva a que muchos emprendedores no lo vuelvan a intentar¡±, denuncia Carmen Bermejo, presidenta de la Asociaci¨®n Espa?ola de Startups.
Lenta recuperaci¨®n
La tasa de mortalidad empresarial en Espa?a, un 8,1% seg¨²n el INE, se ha reducido en un punto y medio porcentual respecto a la que hubo en el peor a?o de la recesi¨®n (2012), pero sigue estando todav¨ªa dos puntos por encima de los datos anteriores al estallido de la crisis en 2007. La rotaci¨®n corporativa es tan alta que de las 76.844 empresas creadas en 1992 solo 16.589 permanecen activas en la actualidad, apenas el 22%, seg¨²n un estudio presentado hace unos meses por Informa D&B.
Adem¨¢s de factores externos para explicar la corta esperanza de vida corporativa como la coyuntura econ¨®mica o el impacto de pol¨ªticas ineficaces, algunos expertos tambi¨¦n creen que hace falta un poco de autocr¨ªtica por parte de aquellos que ponen en marcha un negocio, ya que en muchos casos existe una deficiente cultura empresarial. Mark Kavelaars es el consejero delegado de Swanlaab Venture Factory, un grupo de capital riesgo especializado en invertir en grupos tecnol¨®gicos en sus fases iniciales. En los ¨²ltimos a?os ha analizado m¨¢s de 1.000 empresas espa?olas y la conclusi¨®n a la que llega es la siguiente: ¡°He trabajado en varios pa¨ªses europeos, y en los del norte los emprendedores tienen en mente desde el primer momento que la compa?¨ªa funcione de forma eficiente. En Espa?a, en cambio, la gente es muy potente a la hora de dise?ar productos, pero cuando llega el momento de construir los sistemas y procesos para que una compa?¨ªa funcione, suelen actuar de forma espont¨¢nea. Muchas empresas nacen con cierta precariedad, y cuando tienen la oportunidad de crecer m¨¢s r¨¢pido se ven limitadas en temas como la gesti¨®n o los recursos humanos y empiezan a improvisar¡±.
Una tasa de supervivencia baja tiene consecuencias negativas para la econom¨ªa de un pa¨ªs. En primer lugar, esta tendencia sirve para explicar por qu¨¦ el tejido empresarial espa?ol est¨¢ dominado por microempresas y pymes. ¡°La peque?a empresa es menos productiva, por lo que una gran parte de la baja productividad de nuestra econom¨ªa tiene que ver con el reducido tama?o empresarial. La dimensi¨®n condiciona aspectos tan importantes como el acceso a la financiaci¨®n, la posibilidad de invertir en i+D, la atracci¨®n de empleo m¨¢s cualificado o la internacionalizaci¨®n del negocio¡±, recuerda Joaqu¨ªn Maudos. Esta opini¨®n es compartida por Antonio Argando?a, profesor de Econom¨ªa en ?IESE: ¡°Una empresa con problemas de supervivencia no va a crecer, no va a poder invertir, ni va a tener la capacidad para cambiar productos o personas. Ganar tama?o exige capital y las microempresas carecen de recursos suficientes¡±.
Menor productividad
En un reciente informe, UBS se pregunta: ¡°?Por qu¨¦ somos menos ricos que Europa del norte?¡±, y entre las respuestas figura el handicap que supone tener una estructura empresarial atomizada. ¡°El menor nivel de renta y de valor a?adido de Espa?a se explica en buena parte por una estructura empresarial demasiado sesgada hacia las peque?as empresas. La globalizaci¨®n hace aconsejable promover la concentraci¨®n de empresas¡±, se?ala Roberto Ruiz-Scholtes, director de estrategia del banco suizo. ¡°Creemos que la mortalidad empresarial en Espa?a es atribuible al menor tama?o medio de sus empresas, a la mayor dependencia de recursos propios y a que est¨¢n concentradas en sectores como los servicios y la construcci¨®n¡±, a?ade. Ruiz-Scholtes destaca que la falta de maduraci¨®n de los proyectos empresariales est¨¢ detr¨¢s de la menor productividad de Espa?a. ¡°Simplemente con que las compa?¨ªas lograran subir su productividad a la media europea, el PIB per capita llegar¨ªa al nivel de Francia y de la media de la UE¡±, asegura.
En la patronal de las peque?as y medianas compa?¨ªas creen que el tama?o per se no es tan importante, y piden reenfocar el debate para analizar si las pymes espa?olas tienen dificultades singulares, y de qu¨¦ tiempo, para poder alcanzar la dimensi¨®n que se requiere con el fin de ser m¨¢s eficaces. ¡°En entornos cada vez m¨¢s abiertos y competitivos, donde se producen cambios radicales con mayor frecuencia, las pymes de menor dimensi¨®n est¨¢n siendo capaces de adaptarse mejor a los retos que generan los mercados¡±, sostienen fuentes de Cepyme.
La mortalidad tambi¨¦n tiene una relaci¨®n directa con el empleo. Las compa?¨ªas nacidas en 1992 y a¨²n activas representan el 1,48% del total de empresas que est¨¢n activas en la actualidad. Esta proporci¨®n se incrementa a casi el 13% si se contabilizan tambi¨¦n las que tienen m¨¢s de 25 a?os de vida, de acuerdo con los datos de Informa D&B. Aguantar el paso del tiempo, seg¨²n las estad¨ªsticas del INE, es sin¨®nimo de sociedades con una plantilla superior a la media. Mientras que el 26,8% de las empresas sin asalariados se encuentran entre su primer y segundo a?o de vida, el 45,1% de firmas con 20 o m¨¢s trabajadores tiene al menos una antig¨¹edad de dos d¨¦cadas.
¡°Las peque?as empresas suelen estar asociadas a peores condiciones de trabajo y m¨¢s inestabilidad en el empleo. Los derechos est¨¢n en las m¨¢s grandes¡±, reflexiona Carlos Mart¨ªn. ¡°La existencia de tanta microempresa es consecuencia de la falta de grandes compa?¨ªas, que son las que tiran y articulan los sectores productivos, facilitando el crecimiento de las sociedades auxiliares. Esta falta hist¨®rica de grandes corporaciones se ha acentuado por la renuncia de los poderes p¨²blicos a defender el tejido empresarial aut¨®ctono, que se ha privatizado o dejado colonizar f¨¢cilmente por el capital industrial extranjero primero, y ahora por el capital financiero internacional¡±, a?ade el economista de CC OO.
Una vez analizadas las causas de la alta mortalidad corporativa y sus consecuencias econ¨®micas, queda preguntarse qu¨¦ se puede hacer para favorecer la esperanza de vida de las empresas espa?olas. Los expertos consultados sugieren varias recetas. Una de ellas es establecer una pol¨ªtica encaminada a reducir las trabas burocr¨¢ticas. De hecho, en el informe sobre competitividad global elaborado por el Foro Econ¨®mico Mundial, los factores m¨¢s problem¨¢ticos para hacer negocio en Espa?a son la carga fiscal (14,5% de las respuestas) y la existencia de un Gobierno ineficiente y burocr¨¢tico (14,%).
¡°Hay que tratar de propiciar que las empresas de ¨¦xito puedan superar umbrales de crecimiento. Algunas se frenan cuando existen oportunidades de exportaci¨®n o cuando tienen que adoptar modelos tecnol¨®gicos o log¨ªsticos distintos para su expansi¨®n. A la postre, son eliminadas por otros competidores o por empresas for¨¢neas que s¨ª asumen ese cambio¡±, se?ala Santiago Carb¨®. ¡°Desde la pol¨ªtica econ¨®mica hay que hacer que la burocracia de generaci¨®n de empresas y el tr¨¢nsito hacia la exportaci¨®n sea lo m¨¢s sencillo posible, y apoyar y asesorar a quien lo precise. Los incentivos fiscales son m¨¢s controvertidos desde el punto de vista de la competencia, pero transitoriamente pueden tambi¨¦n tener un efecto positivo, al menos en lo que a la exportaci¨®n se refiere¡±, a?ade Carb¨®.
Desde su perspectiva de inversor en proyectos incipientes, Mark Kavelaars tambi¨¦n cree que una mejora en el tratamiento impositivo ser¨ªa un bal¨®n de ox¨ªgeno clave para elevar la esperanza de vida corporativa. ¡°Con independencia de si van bien o mal, el mayor beneficiado de que se creen empresas es el Estado, que desde el primer d¨ªa est¨¢ cobrando¡±, argumenta el consejero delegado de Swanlaab Venture Factory. ¡°Un inversor pone un mill¨®n de euros en un negocio, que puede tardar entre uno y dos a?os en generar ingresos, pero mientras eso ocurre un tercio de la inversi¨®n inicial se ha ido a impuestos y burocracia. Quiz¨¢s se podr¨ªa estudiar la f¨®rmula para que una empresa, hasta que no tenga un flujo de caja positivo, destine todos sus ingresos al desarrollo de productos o a crecer mediante la captaci¨®n de clientes, y no a pagar impuestos¡±, a?ade Kavelaars.
Joaqu¨ªn Maudos, por su parte, pone el ¨¦nfasis en la introducci¨®n de una serie de medidas para mejorar la productividad de las empresas, ¡°la gran variable olvidada e ignorada en Espa?a desde hace d¨¦cadas¡±. En su opini¨®n, este factor solo ha aumentado en ¨¦pocas de crisis como consecuencia de la destrucci¨®n de empleo. ¡°Por tanto, si queremos incentivar la maduraci¨®n de proyectos y que las empresas crezcan con el tiempo, es necesario medidas estructurales que creen un caldo de cultivo favorable a la productividad. Entre ellas, una mayor inversi¨®n en i+D, que est¨¢ por los suelos; elevar el gasto en educaci¨®n, que se ha resentido con la crisis; mejorar la facilidad para hacer negocios reduciendo la burocracia; introducir ayudas a la internacionalizaci¨®n; y una mejora de la seguridad jur¨ªdica¡±, describe Maudos.
El tama?o de las corporaciones, que como se ha visto est¨¢ influido directamente por su corta longevidad, determina su capacidad exportadora. Roberto Ruiz-Scholtes subraya como un factor que puede alargar la esperanza de vida de las empresas el fomento de medidas que favorezcan su salida al exterior. ¡°Las pymes encuentran multitud de barreras organizativas, financieras y de capacitaci¨®n para exportar. A pesar del libre acceso al gran mercado de la UE, la inmensa mayor¨ªa de las peque?as y medianas compa?¨ªas act¨²an solo en el ¨¢mbito dom¨¦stico¡±, recuerda el estratega de UBS.
Nathalie Gianese, directora de estudios de Informa D&B, explica que la constituci¨®n de empresas tiene cierta relaci¨®n con la evoluci¨®n del PIB, como revela la ca¨ªda de 2008 coincidiendo con la crisis, pero desde 2012 la creaci¨®n de sociedades se sit¨²a por debajo del crecimiento de la econom¨ªa espa?ola, ¡°lo que refleja que otros factores, como la legislaci¨®n o el acceso a la financiaci¨®n, tambi¨¦n tienen su peso¡±.
Desde Cepyme destacan la educaci¨®n como un factor clave para reducir la tasa de mortalidad. ¡°La actuaci¨®n p¨²blica deber¨ªa extenderse a otras facetas que afectan igualmente al esp¨ªritu empresarial o al dinamismo del tejido productivo, como la educaci¨®n, la formaci¨®n de capital humano y la innovaci¨®n. Tambi¨¦n deben considerarse aspectos relacionados con la cultura empresarial en el ¨¢mbito educativo, desde las escuelas hasta las universidades¡±, apuntan.
Un cambio del modelo productivo, con menor dependencia del turismo y la construcci¨®n, tambi¨¦n ayudar¨ªa a corregir la situaci¨®n. ¡°Estos sectores son caldo de cultivo para empresas de reducido tama?o y, por tanto, pueden condicionar la tasa de mortalidad¡±, reconoce Jos¨¦ Garc¨ªa Montalvo, profesor de Econom¨ªa en la Universidad Pompeu Fabra. ¡°En cualquier caso, para ver si es necesario incentivar p¨²blicamente que las compa?¨ªas tengan una mayor vida media ser¨ªa necesario asegurarse de que la rentabilidad lo justifica y que la amenaza del cierre est¨¢ causada por problemas como la financiaci¨®n, ajenos a la viabilidad del modelo de negocio¡±, concluye.
Un arma de doble filo
Asistimos a una nueva revoluci¨®n industrial. Los avances tecnol¨®gicos y cient¨ªficos se suceden y su impacto no se limita a mejorar los productos y servicios existentes; el proceso innovador actual tiene un calado disruptivo, es decir, se est¨¢n cambiando las reglas de juego en m¨²ltiples ¨¢mbitos. La llamada cuarta revoluci¨®n industrial ya est¨¢ aqu¨ª: la digitalizaci¨®n, la inteligencia artificial, el big data o la robotizaci¨®n a gran escala son sus mayores exponentes.
El punto de inflexi¨®n que supone este desarrollo es un arma de doble filo para la supervivencia de las empresas. En algunos casos, puede acelerar su defunci¨®n; en otros, ser el salvoconducto para la maduraci¨®n del proyecto. Roberto Ruiz-Scholtes, de UBS, cree que el impacto es m¨¢s bien negativo dada la estructura del tejido empresarial espa?ol: ¡°La tecnolog¨ªa probablemente eleva la mortalidad. Las grandes necesidades de inversi¨®n en digitalizaci¨®n y de operar sobre todo en canales de comercio electr¨®nico son inalcanzables para muchas microempresas. Esto refuerza la necesidad de concentraci¨®n para ganar tama?o¡±.
Jos¨¦ Garc¨ªa Montalvo, profesor de Econom¨ªa en la Universidad Pompeu Fabra, vislumbra un impacto mixto. ¡°La digitalizaci¨®n acelerar¨¢ la mortalidad, pero tambi¨¦n la natalidad de empresas al cambiar la estructura sectorial y los factores de competitividad¡±. Esta opini¨®n es compartida por Santiago Carb¨®, catedr¨¢tico de Econom¨ªa de Cunef: ¡°No hay consenso sobre los efectos netos a largo plazo, porque se destruyen unos empleos y se generan otros. Espa?a es un pa¨ªs con buena formaci¨®n en el sector tecnol¨®gico y, por lo tanto, con posibilidades de crecimiento en ellos. Sin embargo, mucho de este talento acaba en otros pa¨ªses. Lo que s¨ª parece claro es que los negocios con menos formaci¨®n son los que afrontan una destrucci¨®n de empleo mayor porque son m¨¢s f¨¢cilmente sustituibles por modelos digitales¡±.
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