Los sindicatos miden sus fuerzas ante la par¨¢lisis del acuerdo salarial

A ¨²ltima hora del lunes, los dos sindicatos emitieron un comunicado en el que denunciaban que las manifestaciones de la patronal pod¨ªan ser un pre¨¢mbulo del abandono de las negociaciones, "ya que mantiene su propuesta de subida salarial entre el 0% y el 2%, que ni siquiera garantiza el mantenimiento del poder adquisitivo de los sueldos".

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La jornada de este martes no es solo un d¨ªa de protesta m¨¢s. Es tambi¨¦n un term¨®metro en la estrategia de movilizaci¨®n creciente de la que est¨¢n advirtiendo los l¨ªderes sindicales, Unai Sordo (CC OO) y Pepe ?lvarez (UGT). Si consiguen sacar suficiente m¨²sculo, se plantear¨¢n dar un paso m¨¢s all¨¢ en la movilizaci¨®n creciente. De momento, ya hay otra fecha se?alada en el calendario, el 16 de junio.

El escenario se completa con un 2018 en el que se ha vivido un auge de las movilizaciones (mujeres y pensionistas). Esto lleva a los sindicatos a pensar que hay un caldo de cultivo ¡ªno solo motivos¡ª para que prenda la mecha de la protesta si los salarios no suben bastante m¨¢s y la precariedad no baja. Incluso hay dirigentes que temen verse desbordados si no se ponen al frente de la protesta. "Si por un lado no hay un acuerdo con un avance significativo y, por otro, est¨¢n los sindicatos amarillos o los m¨¢s radicales, ?qu¨¦ espacio sindical te queda?", justificaba el lunes un dirigente sindical.

El motivo principal de la convocatoria de este martes son los salarios en el sector privado. En el p¨²blico y en las pensiones, la austeridad ¡ªal menos este a?o y el que viene si finalmente se aprueban los Presupuestos¡ª ha quedado atr¨¢s. Pero en materia de sueldos privados, las conversaciones entre los sindicatos mayoritarios, CC OO y UGT, y las patronales, CEOE y Cepyme, siguen casi ancladas en la casilla de salida. Entre este a?o y 2020, la patronal ofrece para este a?o "hasta un 2%" de subida m¨¢s otro punto adicional en funciones de criterios como la flexibilidad o el absentismo. Los sindicatos apuestan un m¨ªnimo del 3,1% que recoja el incremento previsto por el IPC m¨¢s una ganancia de poder adquisitivo m¨¢s un porcentaje adicional que tenga en cuenta la productividad y, adem¨¢s, exigen que el salario m¨ªnimo en los convenios sea de 1.000 euros mensuales. Y, sobre todo, rechazan ese "hasta" que, en la realidad, supone que no hay un suelo m¨ªnimo.

En la patronal no se entiende esta posici¨®n. El presidente, Juan Rosell, ha atacado a los sindicatos por no aceptar una oferta que mejora el incremento que ahora se est¨¢ pactando en los convenios que se han negociado en lo que va de a?o (1,56%). El enfado entre los empresarios por las protestas en la puerta es importante y acusan a UGT y CC OO de exigir lo que ellos no dan a sus empleados. El comunicado del lunes detallaba que el incremento salarial de los primeros es del 1,8% y el de los segundos del 1,9%.

Tambi¨¦n se eleva un escollo insalvable en la cl¨¢usula de revisi¨®n salarial, un mecanismo que se activa cuando los precios al final del a?o superan el incremento de sueldos inicial para evitar la p¨¦rdida de poder adquisitivo. Acabar con ella era una vieja reivindicaci¨®n empresarial que se logr¨® en 2012 y que ahora apenas resiste en uno de cada cinco convenios.

El razonamiento de los sindicatos para exigir aumentos salariales por encima del 3% es que "el crecimiento debe repartirse". Espa?a lleva cuatro a?os creciendo y creando empleo; los dividendos empresariales superan en 15.000 millones las cifras previas a la crisis y los salarios representan 10.000 millones menos. Los llamamientos de organismos poco sospechosos de afinidad con ellos (FMI, OCDE, Banco de Espa?a) les llevan a sentirse reforzados.

?Hasta d¨®nde est¨¢n dispuestos a llegar en esta estrategia de "movilizaci¨®n creciente"? Pepe ?lvarez, de UGT, ha hablado de "movilizaci¨®n general", la idea de la huelga general planea, aunque parece lejana.

Hay dirigentes que miran al espejo de 1988, cuando Espa?a sal¨ªa de los ochenta, y a la exitosa huelga general del 14-D. Pero son m¨¢s quienes recuerdan que entonces el clima social era distinto, las jornadas perdidas en huelgas se contaban por millones (casi siete), y que ahora, pese al repunte de 2017, la conflictividad laboral est¨¢ en cifras hist¨®ricamente bajas (menos de 400.000). Sin embargo, otros apuntan que la distancia no est¨¢ solo en las cifras, tambi¨¦n en las formas en las que se expresa ahora el descontento laboral.