Oliver Nachtwey: ¡°Ahora nadie es responsable de ti, ni el empresario ni el Estado. Est¨¢s solo¡±
Este joven soci¨®logo alem¨¢n y ¡°marxista moderno¡± denuncia la regresi¨®n a la que lleva el precariado, elemento que desbarata equilibrios sociales hist¨®ricos
No siempre se avanza hacia delante. Es al menos lo que sostiene Oliver Nachtwey (Unna, 1975), un joven y celebrado soci¨®logo alem¨¢n cuya tesis sobre la ¡°modernizaci¨®n regresiva¡± ¡ªalgo as¨ª como que los progresos actuales esconden importantes retrocesos¡ª permea ya m¨¢s all¨¢ de las fronteras alemanas. La culpa de la regresi¨®n, piensa Nachtwey, la tiene en buena parte lo que ¨¦l llama la ¡°pobreza laboral¡±, es decir, la precariedad, que ha pulverizado el concepto de prosperidad econ¨®mica y seguridad y desbaratado equilibrios sociales hist¨®ricos. Call centers, empresas de comida r¨¢pida, equipos de limpieza¡ los procesos de descenso, seg¨²n este acad¨¦mico que se define como ¡°marxista moderno¡±, se extienden a cada vez m¨¢s sectores sociales.
El autor de La sociedad del descenso. Precariedad y desigualdad en la era posdemocr¨¢tica (Paid¨®s, 2017) habla de trabajadores atemorizados de perder su estatus, embarcados en una autoaserci¨®n patol¨®gica a trav¨¦s del rendimiento y el productivismo. Tambi¨¦n en pa¨ªses como Alemania, el gran milagro econ¨®mico, donde ¡°los datos que hablan de crecimiento econ¨®mico no encajan con la experiencia diaria de la gente¡±, sostiene Nachtwey, profesor en la Universidad de Basilea.
Pregunta.?Usted sostiene que atravesamos una fase de modernizaci¨®n regresiva. La digitalizaci¨®n, la medicina, el crecimiento econ¨®mico en muchas partes del mundo, ?no bastan para avanzar?
Respuesta.?Si miramos al mercado laboral, vemos trabajadores m¨¢s cualificados. Y m¨¢s mujeres trabajando. Pero tambi¨¦n un mercado m¨¢s desigual, donde hay m¨¢s precariedad, en especial entre ellas. Lo mismo pasa con la democracia. No es verdad que la gente sea m¨¢s pasiva. Se habla mucho de 1968, pero la participaci¨®n en las manifestaciones es ahora mayor, pero a la vez las protestas han perdido capacidad de influencia y hay tambi¨¦n m¨¢s protestas reaccionarias. La sociedad se est¨¢ volviendo m¨¢s moderna, es una sociedad cada vez m¨¢s liberal, pero tambi¨¦n m¨¢s desigual.
P.?Usted habla incluso de un renacer de las clases sociales.
R.?Ulrich Beck habl¨® del ascensor social. Desde la Segunda Guerra Mundial fue como si los ricos y los pobres viajaran en el mismo ascensor, hab¨ªa una mejor¨ªa. Ahora ya no. Alemania, por ejemplo, durante d¨¦cadas fue una econom¨ªa con pobres, pero en la que tambi¨¦n la gente menos formada ten¨ªa salarios decentes. Pero a partir de los a?os 2000 se cre¨® una clase de salarios bajos con los que la gente puede vivir, pero no necesariamente bien. Tienen que irse a vivir a las periferias donde los alquileres son m¨¢s bajos y se tarda m¨¢s en llegar al trabajo. Las nuevas clases no son solo de salarios, es un nuevo fen¨®meno multidimensional. Hay un tipo de vida de clase media, con restaurantes vegetarianos y buenas escuelas, en la que no cabe la gente con salarios bajos. No se trata de una formaci¨®n de clase desde abajo como en el siglo XIX, es decir, somos obreros y tenemos nuestra cultura y respetabilidad. Ahora se forma la clase desde arriba y no hay lugares de contacto entre tus hijos de clase media, con sus cursos de idiomas y de m¨²sica, con otro tipo de ni?os.
¡°La sociedad?se est¨¢ volviendo m¨¢s moderna, es cada vez m¨¢s liberal, pero tambi¨¦n m¨¢s desigual¡±
P.??Qu¨¦ relaci¨®n hay entre esta redefinici¨®n de las clases y el auge de los populismos?
R.?Muchos trabajadores pueden pasar a ser votantes de AfD [Alternativa para Alemania, el partido de extrema derecha alem¨¢n], pero no son necesariamente sus clientes originarios. AfD fue fundado como un partido liberal, peque?oburgu¨¦s en contra del euro, pero ahora vemos que tiene mucho ¨¦xito entre las clases m¨¢s bajas. La gente no vota a AfD porque sean pobres, sino porque no se sienten representados por los partidos tradicionales, tienen la sensaci¨®n de que se quedan atr¨¢s, de que no se les reconoce lo suficiente, porque sienten que el orden social se erosiona, que ya no caminan todos juntos hacia arriba. En el modelo antiguo de clases sociales, los trabajadores eran parte de un colectivo con un marco, en el que la culpa la pod¨ªa tener el capitalismo y el sistema. Ahora la gente acepta que no haya clases sociales y que nadie es responsable de ti, ni el empresario, ni el Estado. Est¨¢s solo y mucha gente tiene miedo del futuro. La desigualdad no es una causa del auge populista, pero s¨ª es un desencadenante que hace, por ejemplo, que de repente los inmigrantes se conviertan en una amenaza de tu modo de vida.
P.?Se observa con claridad en el este de Alemania, donde la extrema derecha es m¨¢s fuerte.
R.?Claro. Durante a?os, a la gente le dijeron que no hay dinero y de repente llega la crisis financiera y s¨ª hay dinero para rescatar a los bancos. Luego llegan los refugiados y para ellos tambi¨¦n hay dinero. La gente piensa que otros se llevan lo que ellos se merecen.
P.?Pese a las percepciones y los agravios, en Alemania la econom¨ªa crece, el desempleo registra r¨¦cords a la baja y las exportaciones se disparan. ?De d¨®nde viene el cabreo de tantos ciudadanos?
R.?Ha sido un proceso largo. He visitado muchas compa?¨ªas donde los trabajadores contratados a trav¨¦s de una empresa de trabajo temporal (ETT) ganan el 50% de los fijos y trabajan juntos, en la misma cadena de producci¨®n. La liberalizaci¨®n de las empresas de trabajo temporal a principios de los a?os 2000 abri¨® la puerta a los bajos salarios y se incentivaron los modelos de negocios basados en las ETT. Hace apenas cuatro a?os, en una empresa de automoci¨®n, no solo estaba en plantilla la gente que fabricaba coches, tambi¨¦n los cocineros, los de seguridad. Todos formaban parte de un mismo convenio colectivo. Ahora asistimos a una fragmentaci¨®n de las relaciones laborales por la que se subcontratan servicios en peores condiciones.
¡°</span>Durante a?os a la gente le dijeron que no hay dinero, y de repente</span><span style="background-color: transparent;">?s¨ª hay para rescatar a los bancos. Luego llegan los refugiados y para ellos tambi¨¦n. La gente piensa que otros se llevan lo que ellos se merecen<span>¡±
P.??C¨®mo afecta esa dualidad al clima laboral en las empresas?
R.?Es una relaci¨®n muy dif¨ªcil entre los fijos, con sus derechos y privilegios, y los de fuera. Luego Merkel [Angela, la canciller alemana] o ?Nahles [Andrea, l¨ªder socialdem¨®crata] se preguntan por qu¨¦ la gente se queja, dicen que todo va bien en Alemania, pero el problema es que los datos macro que hablan de crecimiento econ¨®mico no encajan con la experiencia diaria de la gente.
P.??Qu¨¦ papel desempe?a la robotizaci¨®n en la ampliaci¨®n del precariado?
R.?Hay mucho debate con el tema de la automatizaci¨®n, pero cada vez m¨¢s gente est¨¢ empleada y todav¨ªa estamos esperando el supuesto impacto en el desempleo. La econom¨ªa alemana ya est¨¢ muy automatizada y de momento lo que est¨¢ haciendo es complementar el trabajo y que se necesiten trabajadores m¨¢s formados, pero el factor humano sigue haciendo falta. Es verdad que ahora hay otros trabajos, con m¨¢s autonom¨ªa y no tan bien pagados. Es un claro ejemplo de la modernizaci¨®n regresiva. La gente tiene ahora m¨¢s autonom¨ªa, pero menos seguridad.
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