Los fumadores se pasan al cigarro electr¨®nico
Los dispositivos de vapor no dejan de avanzar: han cautivado a 38 millones de personas y se prev¨¦ que en 2021 ser¨¢n 55 millones
"Reinventarse o morir¡±. Bajo el repetido mantra de la transformaci¨®n, las grandes empresas de tabaco mundiales buscan intercambiar el pitillo de toda la vida por el cigarrillo electr¨®nico. Este dispositivo que emite vapor promete ser el futuro de una poderosa industria que quiere enganchar a los clientes con opciones denominadas de ¡°riesgo reducido¡±. En este cambio, lo m¨¢s sencillo siempre ha sido desenfundar la billetera, como ha hecho Altria ¡ªpropietaria de Philip Morris en EE UU y fabricante de la archiconocida marca Marlboro¡ª que este diciembre ha pagado 12.800 millones de d¨®lares (unos 11.227 millones de euros) por el 35% de Juul, una empresa de Silicon Valley, fundada en 2015, que con su cigarrillo electr¨®nico ha causado sensaci¨®n en el mercado.
Juul ¡ªun dispositivo parecido a un pendrive que copa el 75% del mercado estadounidense y cuyas ventas han aumentado m¨¢s de un 600% en 2017, seg¨²n Wells Fargo¡ª apuesta por quedarse con un trozo del jugoso negocio del cigarrillo electr¨®nico que mueve m¨¢s de 17.000 millones de d¨®lares en el mundo (unos 15.000 millones de euros), seg¨²n Euromonitor. ¡°Los productos de vapor son una categor¨ªa en r¨¢pida expansi¨®n¡±, subraya Shane MacGuill, analista de la consultora. Actualmente, m¨¢s de 38 millones de personas se han dejado embelesar por estos productos. En 2011, apenas hab¨ªa seis millones de consumidores y se espera que en 2021 la cifra roce los 55 millones.
Compensar p¨¦rdidas
¡°A medida que el consumo de cigarrillos disminuye, las compa?¨ªas tabacaleras se vuelcan cada vez m¨¢s hacia una nueva l¨ªnea de productos para compensar la p¨¦rdida de ingresos¡±, explica Anna Edney, analista en Bloomberg. Entre 2003 y 2017, las ventas de tabaco disminuyeron un 1,3%, de acuerdo con Euromonitor. Hoy se queman 5,4 billones de pitillos en el planeta, despu¨¦s de que en 2012 se alcanzara el pico hist¨®rico de casi seis billones. El cambio acaba de arrancar y nadie quiere perder terreno. Philip Morris no est¨¢ sola en esta carrera. Japan Tobacco International (JTI), British American Tobacco (BTA) e Imperial Tobacco se han lanzado tambi¨¦n a la creaci¨®n de productos sin combusti¨®n dirigidos a usuarios que ya fuman, con apuestas millonarias.
¡°El sector est¨¢ en plena transformaci¨®n¡±, arguye Javier Figaredo, director de asuntos p¨²blicos de Philip Morris Espa?a. El objetivo de esta empresa es que para 2025 al menos 40 millones de sus consumidores (30% del total) se pasen a alternativas sin humo. La apuesta de la compa?¨ªa es un dispositivo electr¨®nico de tabaco calentado con el que ha llegado a alrededor de 40 pa¨ªses, entre ellos Espa?a, y a casi seis millones de usuarios. ¡°Vivimos el periodo m¨¢s din¨¢mico de la industria en a?os¡±, dice Cristina Agudo, responsable de comunicaci¨®n para BAT Iberia. Esta firma, que se hizo el a?o pasado con su competidora Reynolds American, ha lanzado diversos sistemas (tabaco calentado, vapeadores e instrumentos h¨ªbridos) en 23 mercados. Este a?o espera contar con unos 40. Al mercado nacional llegar¨¢ en los pr¨®ximos a?os, y prev¨¦ que estos productos, que hoy copan un escueto 2%, representen el 50% de su margen neto en 2050.
¡°Estamos en medio de una lucha descarnada por un mercado interesante¡±, destaca Miguel Luengo, vicepresidente JTI Iberia, que ofrece dispositivos de vapor y de tabaco calentado, con presencia importante en Jap¨®n. El pastel que se disputan es suculento. Las previsiones apuntan a que en 2021 este nicho mover¨¢ cerca de 34.000 millones de d¨®lares en el mundo. De esta cifra, un 45% corresponder¨¢ a productos de tabaco calentado y el 55% a dispositivos de vaporeo, seg¨²n Euromonitor. Los mercados m¨¢s importantes ser¨¢n aquellos donde el consumo del cigarrillo baja: EE UU, Europa Occidental y algunas zonas de Asia, subraya MacGuill.
En Jap¨®n, por ejemplo, ha sido un ¨¦xito. En ese mercado ¡ªdonde vaporear est¨¢ prohibido pero no consumir productos de tabaco calentado¡ª las principales firmas han testado sus productos y ser¨¢ la joya de la corona para las empresas que est¨¢n apostando por esa tecnolog¨ªa, dice Amir Anvarzadeh, analista de Asymmetric Advisors, en Singapur. ¡°Los nuevos dispositivos matar¨¢n el mercado tradicional en ese pa¨ªs, donde ya casi tienen el 21% de cuota¡±. Pero el avance de los cigarrillos electr¨®nicos no ser¨¢ tan sencillo en el resto del mundo. La incertidumbre sobre su regulaci¨®n y los efectos que podr¨ªan provocar en la salud acechan al negocio.
Investigaciones
En este debate, empresas privadas, organismos internacionales e incluso gobiernos defienden distintas posturas. Por ejemplo, el Ministerio de Sanidad brit¨¢nico y el Real Colegio de M¨¦dicos de Reino Unido defienden estos dispositivos electr¨®nicos como una alternativa para dejar el tabaco tradicional. Diversos an¨¢lisis de ambas instituciones concluyen que vaporear es un ¡°95% menos perjudicial¡± que fumar. ¡°Los vapeadores deben de entenderse como una tecnolog¨ªa disruptiva que est¨¢ ayudando a solucionar el mayor problema de salud de la historia: el tabaquismo¡±, asegura Carmen Scrig, coordinadora de la Organizaci¨®n de M¨¦dicos en Apoyo del Vapeo (MOVE).
Por contra, el Congreso de las Academias Nacionales de Ciencias, Ingenier¨ªa y Medicina de EE UU, ha analizado 800 estudios sobre los efectos del cigarrillo electr¨®nico y ha concluido que ¡°es probable¡± que sea mucho menos da?ino que el cigarrillo convencional, pero a¨²n no est¨¢ claro y se necesita m¨¢s y mejor investigaci¨®n. La pol¨¦mica se ha avivado recientemente cuando la FDA, el regulador estadounidense, alert¨® de una epidemia de vaping entre los adolescentes. El organismo impuso nuevas restricciones a la venta de algunos productos de tabaco con sabor en noviembre para reducir el consumo entre los m¨¢s j¨®venes. El ¨¦xito entre ellos apunta al atractivo Juul.
El consumo entre adolescentes es una de las mayores preocupaciones de los especialistas de salud. ¡°Alrededor de una docena de estudios han analizado el problema, y todos muestran que el vapeo es un factor de riesgo para despu¨¦s fumar cigarrillos¡±, indica Richard Miech, investigador de la Universidad de Michigan que explica que al menos son tres los factores que contribuyen a su popularidad: son aparatos curiosos, f¨¢ciles de ocultar y se perciben como menos da?inos para la salud.
Una apuesta de nicho
¡°El cigarrillo es el artefacto m¨¢s mort¨ªfero en la historia de la civilizaci¨®n humana¡±, dijo a la BBC Robert Proctor, historiador de la Universidad de Stanford. En el siglo XX, seg¨²n la Organizaci¨®n Mundial de la Salud (OMS), el tabaco produjo 100 millones de muertes. Pese a ello, tambi¨¦n es un negocio millonario. El valor de mercado del conjunto de la industria (cigarrillos convencionales, electr¨®nicos, puros y otros productos) alcanza 760.000 millones de d¨®lares. La gran estrella, sin lugar a dudas, es el tabaco en paquete, con una cuota del 89,8%, seg¨²n las cifras de Euromonitor. El gran avance de los dispositivos de vapor solo ha logrado una pizca de la tarta: un 1,5%. En el mundo, unos 80 pa¨ªses regulan los cigarrillos electr¨®nicos, en 27 de ellos (por ejemplo, Brasil , Emiratos ?rabes, Turqu¨ªa y Tailandia) proh¨ªben su venta.
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