Horas bajas para la industria
El cierre de factor¨ªas arrastra a muchas zonas atadas a una sola empresa
Un d¨ªa te llaman para una reuni¨®n¡ y te dicen que se cierra la f¨¢brica. Ocurri¨® en Soria en 2008. Convocaron a los compa?eros a las 10 de la ma?ana y a las 11 atrancaron las puertas. Con nosotros quer¨ªan hacer lo mismo¡±. Delante de una nave vac¨ªa en el peque?o pueblo de Villadangos del P¨¢ramo (1.096 habitantes, Le¨®n), Pablo Mart¨ªnez cuenta c¨®mo lo despidieron de Vestas, una empresa danesa de aerogeneradores que el a?o pasado gan¨® 894 millones de euros. ¡°Alegaron causas organizativas¡ un modelo de las m¨¢quinas que produc¨ªamos desaparec¨ªa del cat¨¢logo, otro merec¨ªa la pena hacerlo en China y el tercero nos dijeron que era m¨¢s rentable llevarlo a Dinamarca¡±. Con el de Pablo se rescindieron los contratos de 376 trabajadores fijos y 86 eventuales, ¡°algo m¨¢s de mil puestos si contamos los de los proveedores que han tenido que cerrar¡±. Vestas pag¨® 67 d¨ªas por a?o trabajado de indemnizaci¨®n (sin l¨ªmite de a?os) y los de m¨¢s edad pudieron mantener su puesto para el desmantelamiento de la planta, que ha comprado el grupo sider¨²rgico Network Steel Resources, con el compromiso de fichar hasta 2020 a 350 personas. Aunque este ejercicio los nuevos empleos no pasar¨¢n de 80. La f¨¢brica llevaba una d¨¦cada en el pueblo, en ella Vestas invirti¨® 72 millones y recibi¨® 11,5 en subvenciones. ¡°Nos enga?aron, nos dec¨ªan ¡®estad tranquilos¡¯. Si los sindicatos no hubieran sabido moverse r¨¢pido estos se?ores se habr¨ªan ido pagando 20 d¨ªas por a?o. Ahora pienso que si le hubi¨¦semos dado esos 11 millones de ayudas a los aut¨®nomos de esta zona¡ hay que reflexionar sobre esto¡±, analiza en su despacho el alcalde del pueblo, Teodoro Mart¨ªnez (PP), impulsor de un pol¨ªgono industrial de dos millones de metros cuadrados que sostiene a la comarca.
F¨¢bricas de Alcoa en Gij¨®n y A Coru?a, de Cemex en G¨¢dor y Lloseta, la planta de Siemens-Gamesa en Miranda de Ebro, La Naval en Sestao, la factor¨ªa de Gallina Blanca en Sant Joan Desp¨ª, nueve centrales t¨¦rmicas en Galicia, Asturias, Arag¨®n o Castilla y Le¨®n¡ el desmantelamiento industrial y los anuncios de cierres preocupan. Dejan atr¨¢s una herida profunda en la econom¨ªa, a menudo en pueblos que dependen exclusivamente de una empresa o de un sector. La huella se marca en las estad¨ªsticas: el ?ndice de Producci¨®n Industrial se desplom¨® en diciembre un 6,2%, una ca¨ªda que no se ve¨ªa desde hac¨ªa seis a?os. En el trimestre el baj¨®n fue del 3%, mayor que el de Francia, Reino Unido o Alemania. La variaci¨®n mensual de los pedidos en la industria entre noviembre y diciembre fue del -13,8%, 26 puntos menos que en el mes anterior seg¨²n datos del INE de esta semana. Tambi¨¦n cay¨® el ¨ªndice que mide el negocio en la industria (-2,5% en diciembre), aunque en el conjunto de 2018 aument¨® un 3,9%.
Alcoa se ha dado seis meses para buscar compradores, pero la plantilla es pesimista
La estad¨ªstica construye una sombr¨ªa premonici¨®n, pero por ahora los analistas y las empresas piden calma. Puede ser un peque?o temblor y no un gran terremoto. El PIB industrial pesa un 16% en la tarta del dinero espa?ol: 193.877 millones el a?o pasado, y emplea a 2,7 millones de personas. Exceptuando los ¨²ltimos datos, las f¨¢bricas no han dejado de crecer y de crear empleo desde 2013. Empleo, por otra parte, de buena calidad. Pero hay quien alerta de que el pa¨ªs se escora m¨¢s que nunca hacia una econom¨ªa basada en los servicios, principalmente tur¨ªsticos, mal pagados.
Tejido social
¡°La pregunta que se tiene que hacer la gente es ?por qu¨¦ alguien querr¨ªa invertir en Europa? Tenemos que hacer que la industria sea rentable para ofrecer empleos de calidad, no esclavos¡±, reflexiona Andr¨¦s Barcel¨®, director de UNESID, Asociaci¨®n Espa?ola de las Industrias Sider¨²rgicas. ¡°La industria genera un tejido social y econ¨®mico, no solo ofrece mejores salarios, sino desarrollo profesional. ?Qu¨¦ alternativa hay a eso? ?Quedarnos como una sociedad de museos y hoteles?¡±, a?ade. Carlos Reinoso, director de la patronal de fabricantes de papel y cart¨®n Aspapel, reclama ¡°medidas de pol¨ªtica nacional¡±, para que el sector gane peso. ¡°La industria es la que crea empleo de calidad, fija poblaci¨®n, hace a la econom¨ªa menos vulnerable¡±. Pero lejos de eso la realidad, seg¨²n el observatorio de Funcas, es que el pa¨ªs soporta ¡°un pobre ecosistema innovador, bajo nivel de sofisticaci¨®n de los negocios y obst¨¢culos a la transferencia tecnol¨®gica¡±. El sector p¨²blico, pide Funcas, ¡°debe dejar de atender m¨²ltiples demandas individuales e inconexas, y pasar a definir objetivos claros de inter¨¦s com¨²n¡±.
En ese diagn¨®stico coinciden la decena larga de consultados. Tambi¨¦n ?ngel Mart¨ªn, sindicalista y secretario general de Industria en CC OO: ¡°Cuando una empresa cierra, todo el mundo se echa las manos a la cabeza y se pone a trabajar cuando posiblemente ya no hay remedio, porque la decisi¨®n de la multinacional probablemente es irreversible¡±. Habla del modelo energ¨¦tico, de la descarbonizaci¨®n y de la necesidad de m¨¢s y mejor formaci¨®n. ¡°Es el momento de definir qu¨¦ modelo industrial queremos. En Espa?a se implantan empresas en funci¨®n del bajo coste de un marco m¨¢s o menos atrayente, pero no tenemos capacidad para construir sectores de futuro. No queremos conformarnos con ser una industria manufacturera perif¨¦rica en Europa¡±. Pide un papel activo al Gobierno: ¡°Esto no se arregla con ayudas, sino con participaci¨®n del Estado para reforzar la pol¨ªtica industrial. Aqu¨ª nadie pone el grito en el cielo porque Francia tenga un papel en Renault o porque Alemania juegue un papel en Airbus¡±.
En Alcoa conocen bien ese apag¨®n callado de los motores. ¡°A Coru?a ha ido perdiendo industria¡ ahora quedamos nosotros como empresa m¨¢s emblem¨¢tica¡±, lamenta Juan Carlos L¨®pez, presidente del comit¨¦. ¡°Lo nuestro se ve con mucha preocupaci¨®n, la edad media de la plantilla est¨¢ en 40 a?os, es un drama¡±, refuerza. La multinacional de aluminio primario ha llegado a un acuerdo para mantener durante seis meses a 300 trabajadores de los 623 que quiere echar mientras busca un comprador para sus plantas. ?Qu¨¦ posibilidades hay de que eso suceda? ¡°Ninguna¡±, contesta Jos¨¦ Manuel G¨®mez de la Uz, el presidente del comit¨¦ de Avil¨¦s. ¡°Sin estatuto de electrointensivos, ninguna. Hay que ser realistas, en Espa?a es imposible producir de forma rentable por el precio industrial de la electricidad. Aunque tengas la f¨¢brica m¨¢s moderna del mundo, la energ¨ªa se come el 40% de los costes. Alemania tiene eso muy claro y hace que su industria sea competitiva. El cambio del anterior gobierno nos llev¨® por delante, porque ?lvaro Nadal [Ministro de Energ¨ªa con el PP] estaba buscando alguna salida. Ahora que parece que estamos buscando una base para que la industria intensiva pueda vivir¡ Llegan las elecciones y puede quedar todo congelado, no se acuerda nadie de nosotros¡±.
La madre de todas las batallas ahora se llama ¡°estatuto del consumidor electrointensivo¡±, un esquema que el Gobierno debe desarrollar siguiendo el Real Decreto Ley aprobado el pasado 7 de diciembre para que se recojan los derechos y las obligaciones de las grandes empresas (que consumen el 11% de toda la electricidad del pa¨ªs) a cambio de reducir su factura a trav¨¦s de rebajas en las tarifas que pagan por peajes de transporte y distribuci¨®n, financiaci¨®n de las energ¨ªas renovables o por el impuesto el¨¦ctrico.
La patronal que agrupa a las grandes f¨¢bricas consumidoras, Aege, calcula que hay un diferencial de tarifa de ¡°20 o 25 euros (en el megavatio/ hora) con Europa¡±, en palabras de Fernando Soto, su director. ¡°Pedimos, en l¨ªnea con lo que hace Alemania o Francia, una normativa, nada m¨¢s¡±. Nada menos. Soto calcula que el coste de estas medidas, con datos del 2018, estar¨ªa en la horquilla de 600 y 700 millones. ¡°No ser¨¢ de golpe, habr¨¢ que dar pasos, adoptar medidas en funci¨®n de los presupuestos¡±, razona. ?Y si no se aprueban nuevas cuentas? ¡°El efecto es el riesgo que hay de deslocalizaci¨®n. En los ¨²ltimos meses se han anunciado cierres de multinacionales, es el principal temor¡±. Estas ayudas convivir¨ªan con otras herramientas por las que ya se retribuye a las plantas, como las subastas de interrumpibilidad, por las que los grandes consumidores se comprometen a reducir su consumo cuando el sistema el¨¦ctrico lo requiere a cambio de dinero. El a?o pasado Red El¨¦ctrica aport¨® 310 millones y este a?o la primera subasta ha sido de 100 millones.
Apag¨®n en los pueblos
La muerte anunciada de f¨¢bricas ronda comarcas como la de Narcea, en Asturias. Impulsada por la regulaci¨®n medioambiental, Naturgy pondr¨¢ fin a la actividad de su t¨¦rmica alimentada con carb¨®n y ha anunciado un plan para suprimir 82 puestos con recolocaciones o salidas pactadas. El socialista Jos¨¦ Ram¨®n Feito, alcalde de Tineo, el concejo donde se sit¨²a una de las nueve centrales, recuerda que por cada puesto directo se generan (y se perder¨¢n) tres indirectos. ¡°Aqu¨ª llegamos a superar los 10.000 habitantes [ahora son cien menos]. La poblaci¨®n es muy mayor, hay un 11% de paro porque la gente marcha a Oviedo, a Gij¨®n o fuera de Asturias. El carb¨®n es un tema que m¨¢s all¨¢ de estos municipios est¨¢ bastante denostado. Pedimos que, si hay una reconversi¨®n, que se invierta en otras cosas, que se d¨¦ alternativas de futuro a la gente para compensar esos puestos. Porque al final, si nos machacan m¨¢s nos iremos todos¡±.
Lo mismo piensan en G¨¢dor (Almer¨ªa, 3.030 habitantes) donde la mexicana Cemex pondr¨¢ fin a la fabricaci¨®n de cemento ofreciendo 170 traslados a la plantilla. La alcaldesa, Lourdes Ramos (PP), la llama ¡°la joya de la corona para el municipio¡±. Ha acompa?ado a los trabajadores a todas las protestas ¡ªla ¨²ltima en Madrid¡ª para evitar el desenlace. ¡°Defendemos que es rentable, los n¨²meros salen¡±, reclamaba tras una gran pancarta el pasado 11 de febrero. Los n¨²meros no salieron, y hace unos d¨ªas la plantilla firmaba el acuerdo aceptando la derrota. La suerte quiz¨¢ ya estaba echada hace tiempo. ¡°Tenemos que ir a una pol¨ªtica preventiva: si van a cerrar las t¨¦rmicas que queman carb¨®n nacional ya sabemos que se va a producir un problema. No podemos resolver solo la situaci¨®n de la plantilla directa, sino que se garantice que siga habiendo industria alternativa que genere el mismo nivel de empleo contando el directo e indirecto¡±, pide Mart¨ªn.
Las fuerzas del mercado presionan en direcciones inesperadas y el futuro no es como se promet¨ªa. Manuel Mu?iz, decano de la Escuela de Asuntos Globales y P¨²blicos del IE, recuerda que los procesos de innovaci¨®n, que supuestamente iban a crear ¡°un mundo mucho m¨¢s plano donde te podr¨ªas conectar desde distintos sitios y conectarte al mercado¡±, no funcionan. ¡°La realidad es justo la contraria. La digitalizaci¨®n est¨¢ produciendo clar¨ªsimos cl¨²sters en lugares concretos. Cl¨²sters de generaci¨®n, retenci¨®n de talento y de transferencia de conocimiento a las industrias¡±. Desde Cambridge, Massachusetts, hasta el polo tecnol¨®gico de Hong Kong. ¡°Una explicaci¨®n es que el conocimiento tiene un componente de pr¨¢cticas concretas en la industria, y su intercambio solo tiene valor en espacios interdisciplinares donde la gente interact¨²a, lo que significa que no viaja bien. Las fuerzas del mercado nos llevan a un mundo de polos de innovaci¨®n. Espa?a, en ese contexto, est¨¢ perdiendo la carrera frente a las megal¨®polis¡±. Como mucho, considera Mu?iz, el pa¨ªs podr¨ªa desarrollar cinco, seis o siete cl¨²sters donde haya capacidades: ¡°Veo claramente el de industria de las infraestructuras, el turismo, agroalimentario, financiero¡¡±. Pero es una carrera donde el reloj no se para y los errores salen caros. Bego?a Cristeto, exsecretaria de Industria del ¨²ltimo gobierno del PP y socia de KPMG, recuerda que ¡°no se puede forzar la implantaci¨®n de f¨¢bricas en lugares donde no tienen raz¨®n de ser. Las multinacionales analizan cuentas, al final tendr¨¢n en cuenta la rentabilidad. Hay que hacer el an¨¢lisis de cu¨¢les son las ventajas competitivas de un pa¨ªs. No siempre es cuesti¨®n de subvenciones, a veces son cambios en pol¨ªtica fiscal o planes de formaci¨®n. No se puede hacer pol¨ªtica a golpe de legislatura¡±.
El rol multinacional
Y en esta ecuaci¨®n del progreso es inevitable contar con las ventajas y los inconvenientes del capital extranjero (y con que las decisiones se tomen muy lejos de Espa?a). Helena Herrero, presidenta de la Fundaci¨®n I+E, donde se agrupan multinacionales instaladas en el pa¨ªs, responde por correo electr¨®nico que hay que entender a los grupos internacionales desde una doble perspectiva: ¡°La de la corporaci¨®n, que toma decisiones globales; y las filiales locales, que aspiran a crecer en sus mercados y obtener m¨¢s recursos e inversiones de su casa matriz¡±. Dice que los grupos globales aceptan las reglas de juego de cada pa¨ªs, pero ¡°si se cambian de pronto, o se amenaza con cambiar esas reglas ¡ªmarco fiscal, institucional, infraestructuras¡¡ª corremos el riesgo de alterar ese ecosistema innovador. No conozco ninguna multinacional que no sienta un absoluto compromiso en la comunidad donde opera¡±.
El director de la patronal sider¨²rgica apoya que ¡°ninguna empresa cierra por mala fe y nadie invierte en un pa¨ªs s¨®lo por las ayudas¡±. Algo que cuestionan muchos trabajadores despedidos en las ¨²ltimas semanas como Rub¨¦n S¨¢nchez, exempleado de Vestas. ¡°No soy de Le¨®n, vine a trabajar aposta. Cuando hice la entrevista para entrar me dijeron que, como m¨ªnimo, iban a estar 20 a?os. Me compr¨¦ una casa a siete kil¨®metros de aqu¨ª, me hipotequ¨¦¡±. Rub¨¦n fue uno de los que m¨¢s se implic¨® en el campamento improvisado ante la f¨¢brica de la e¨®lica durante las protestas que se iniciaron el verano pasado. ¡°Dentro de la planta hab¨ªa 50 millones de euros solo en valor de m¨¢quinas. Ten¨ªamos que evitar que se las llevasen. Montamos la caja de resistencia siguiendo los consejos de gente que hab¨ªa montado las protestas en Coca-Cola y muchos compa?eros se qued¨® a vivir aqu¨ª, toda la comarca nos apoy¨® much¨ªsimo¡±. Su futuro es una p¨¢gina en blanco: tiene 21 meses de paro y no ha encontrado trabajo.
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