Los saud¨ªes presumen del tren del desierto
El AVE entre La Meca y Medina se convierte en escaparate de la tecnolog¨ªa espa?ola y de los cambios sociales en Arabia Saud¨ª
La imponente estaci¨®n de ferrocarril de Yedda, la segunda urbe de Arabia Saud¨ª, anuncia el tren antes de llegar. El tren es el Haramain, literalmente Dos Santuarios, en referencia a las mezquitas de La Meca y Medina, las ciudades santas del islam que une el primer alta velocidad de la pen¨ªnsula Ar¨¢biga. Una vez dentro, a¨²n hay obreros rematando el edificio dise?ado por Norman Foster y algunos ascensores y escaleras mec¨¢nicas todav¨ªa no funcionan. Pero como sucede con la parte de la obra civil que se ha retrasado, eso no ha impedido que el consorcio hispano-saud¨ª responsable de la segunda fase del proyecto lo haya puesto en marcha. "Estamos muy orgullosos", afirma Mohammad A. Feda, el director general del Haramain, el AVE del Desierto.
El orgullo por la infraestructura no es solo cosa de las autoridades o de las empresas implicadas. Los usuarios dan testimonio de ello con una ocupaci¨®n media del 80% en los cuatro primeros meses de servicio. Antes de acceder al tren, son numerosos quienes se paran ante el morro alargado del Talgo T-350 para hacerse selfies y fotos de familia. Los peregrinos que llegan desde todos los rincones del mundo isl¨¢mico, y que constituyen una gran parte del pasaje, se llevar¨¢n a casa una imagen de la modernidad y desarrollo que Arabia Saud¨ª intenta proyectar, m¨¢s all¨¢ de la tradicional de guardi¨¢n de los lugares santos del islam. Para los saud¨ªes, que durante a?os se han quejado de la precariedad de instalaciones y servicios, supone, adem¨¢s de satisfacci¨®n, un cambio de cultura.
"No veas qu¨¦ puntualidad", comentaba impresionado Mustafa en Riad, en una alusi¨®n impl¨ªcita al vicio nacional de llegar tarde. ?l y su mujer acababan de volver de la umra (peregrinaci¨®n menor) y hab¨ªan hecho el trayecto completo de La Meca a Medina, 450 kil¨®metros, en tres horas frente a las entre cuatro y media a cinco por carretera. "Recibimos un servicio impecable", coinciden ambos. Lo m¨¢s sorprendente para ellos fue que el personal, tanto en la estaci¨®n como en los trenes, sea saud¨ª, otro factor clave en las reformas promovidas por el pr¨ªncipe Mohamed Bin Salm¨¢n, heredero y hombre fuerte del pa¨ªs.
Y, en efecto, el convoy arranca 10 segundos antes de que el reloj marque las 12.46 previstas para la salida de Yedda a Medina. Semejante rigor es posible porque, desde 20 minutos antes, un peque?o ej¨¦rcito de azafatas y azafatos ha dirigido a los viajeros hacia el and¨¦n. El control de seguridad, similar al de los aeropuertos, separa a mujeres y hombres para el cacheo electr¨®nico. El tren, sin embargo, no segrega. Los 13 vagones, con un total de 417 plazas distribuidas entre clase econ¨®mica y preferente, son mixtos, en l¨ªnea con los nuevos aires que soplan en Arabia Saud¨ª, hasta ahora uno de los pa¨ªses con mayor desigualdad de g¨¦nero del mundo.
A esta corresponsal le hubiera gustado viajar a La Meca, pero la estaci¨®n est¨¢ dentro del ¨¢rea exclusiva para musulmanes. Al adquirir los billetes hay que facilitar la documentaci¨®n, lo que ya pone sobre aviso sobre la religi¨®n de cada uno. Aunque pueden comprarse en taquilla, conviene hacerlo con antelaci¨®n por Internet debido a la elevada demanda. El viaje que realiz¨® EL PA?S, cortes¨ªa del Consorcio, cuesta 441 riales saud¨ªes (110 euros) ida y vuelta, IVA incluido, en clase preferente, y 262,50 (65,41 euros) en econ¨®mica.
Entrenados por Renfe
Dentro, el emblema de Talgo estampado en los pasillos de acceso y la similitud con el AVE Madrid-Valencia lo hacen familiar. Son los detalles los que marcan la diferencia. Nada m¨¢s arrancar, los mismos j¨®venes uniformados que han dado la bienvenida a la puerta, ofrecen caf¨¦ ¨¢rabe y d¨¢tiles, con exquisitos modales y guantes blancos.
"S¨ª, hemos sido entrenados por Renfe", responde una interventora que lleva el nombre de la compa?¨ªa espa?ola en la cinta de su identificaci¨®n. En la cafeter¨ªa, otras dos mujeres, Yaqeen y Latifa, que prefieren no decir su edad, pero j¨®venes como el resto del personal, atienden a quienes piden t¨¦, refrescos o s¨¢ndwiches. La mayor¨ªa de los contratados para los servicios de atenci¨®n a bordo y en las estaciones tienen menos de 30 a?os y un 35% son mujeres, aunque ninguna maquinista. No obstante, su presencia tras la barra es una revoluci¨®n en un pa¨ªs en el que, hasta principios de este siglo XXI, las saud¨ªes solo pod¨ªan trabajar en la sanidad y la educaci¨®n para mujeres.
El fin del boom del petr¨®leo y el aumento de poblaci¨®n han obligado a replantearse el despilfarro que supone tener en casa a la mitad femenina, a menudo m¨¢s formada que los varones, mientras se depende de la mano de obra inmigrante. Un tercio de los 33 millones de habitantes del pa¨ªs son extranjeros, que cubren el 90% de los puestos en el sector privado. Con un paro del 12,9% (el 40% entre los j¨®venes), dar trabajo a los 400.000 saud¨ªes que acceden al mercado laboral cada a?o constituye un verdadero desaf¨ªo. Pero adem¨¢s, hay que vencer los prejuicios hacia el trabajo manual y los servicios de los que hasta ahora se han ocupado los for¨¢neos.
"Estamos muy contentas de estar aqu¨ª", declara Yaqeen. Sin embargo, ni ella ni Latifa quieren aparecer en las fotos tras la barra. A sus compa?eros, Ahmed, Ali y Mohamed, no les importa, sin embargo, que la fot¨®grafa les capte sirviendo el caf¨¦, un ritual que probablemente han hecho mil veces en sus casas, donde los ni?os sol¨ªan atender a los visitantes de sus padres para evitar la exposici¨®n de las mujeres. Unas y otros llevan seis meses trabajando juntos, adem¨¢s de las seis semanas previas de formaci¨®n, y se les ve compenetrados como equipo.
Experiencia y saber hacer
Feda, el director saud¨ª del Haramain, reconoce la importancia de la cooperaci¨®n. "De los espa?oles hemos obtenido experiencia y saber hacer", resume en las oficinas del proyecto. "El tren es un salto cualitativo porque Arabia Saud¨ª no dispon¨ªa de alta velocidad, pero tambi¨¦n contribuye a la movilidad de las mujeres", apunta por su parte Jorge Segrelles, el presidente del Consejo del Consorcio Espa?ol Alta Velocidad Meca Medina, por tel¨¦fono desde Madrid.
Areej, una supervisora sanitaria, y sus hijas Yara y Lara son un buen ejemplo. Regresan a Medina despu¨¦s de pasar el fin de semana en Yedda con unos familiares. "Hab¨ªamos utilizado el ferrocarril en Europa durante las vacaciones, pero nunca en Arabia Saud¨ª. Nos ha encantado la experiencia", resume Yara. "Incluso ahora que podemos conducir, es m¨¢s seguro y r¨¢pido que viajar en coche".
El convoy se ralentiza al llegar a la estaci¨®n de KAEC, siglas en ingl¨¦s de la Ciudad Econ¨®mica Rey Abdal¨¢, uno de los cinco megaproyectos de desarrollo lanzados por el anterior monarca y que no terminaron de completarse. En este viaje no para.
El reto del desierto
Al salir, empieza una zona de desierto espectacular a la vista pero cuya arena, sumada a vientos que llegan a superar los 100 kil¨®metros por hora, ha constituido uno de los mayores retos para las empresas constructoras. Desde un dise?o especial de las juntas para mantener el nivel requerido de hermeticidad al polvo, hasta cristales reforzados con una pel¨ªcula protectora para evitar que se rayen, pasando por la pintura antiabrasi¨®n o los 80 kil¨®metros de v¨ªa en placa (frente al balasto habitual), todo ha sido un trabajo a medida para las especiales condiciones clim¨¢ticas de la zona.
"El calor, la arena y el viento", responde ?lvaro Senador-G¨®mez, el director general del consorcio espa?ol, cuando se le pregunta por los principales retos que han abordado durante la construcci¨®n de la superestructura y los sistemas. Todo ello, y la coordinaci¨®n de una docena de empresas, lo que ha provocado m¨¢s de un roce. Pero eso es ya el pasado. Ahora, una vez inaugurado por el rey Salm¨¢n el pasado septiembre, los responsables miran al futuro, a la operaci¨®n y el mantenimiento, que se extienden a los pr¨®ximos 12 a?os.
La primera prueba de fuego va a ser el Hajj, la gran peregrinaci¨®n a La Meca a la que acuden entre dos y tres millones de fieles y que este a?o cae a principios de agosto. Pero la avalancha de visitantes empezar¨¢ desde el Ramad¨¢n (del 7 de mayo al 4 de junio). No todos coger¨¢n el AVE del Desierto para hacer el trayecto de La Meca a Medina como exige el ritual, pero la demanda se incrementar¨¢ sustancialmente. Los gestores esperan aumentar los servicios, que en la actualidad se limitan a cuatro trenes diarios en cada direcci¨®n, cinco d¨ªas a la semana. Lunes y martes a¨²n se est¨¢ trabajando en remates, drenajes y rellenos de tierra fuera del trazado, algo que las empresas concesionarias (ajenas al consorcio espa?ol) deber¨ªan concluir en breve, al igual que las tres estaciones que siguen en obras. Solo entonces ser¨¢ posible alcanzar la velocidad de 300 kil¨®metros por hora que anuncian los folletos comerciales del Haramain.
De momento, un vergel de palmeras anuncia que el tren est¨¢ llegando a la estaci¨®n de Medina, una de las dos ya terminadas. En atenci¨®n a los viajeros m¨¢s ancianos o con dificultades de movilidad, varios j¨®venes esperan a las puertas con sillas de ruedas. Los reci¨¦n llegados vuelven a hacerse fotos junto al pico de pato de la m¨¢quina. Un par de encargadas de seguridad vigilan que nadie se acerque demasiado al borde del and¨¦n y pueda caer a las v¨ªas. Tambi¨¦n hay una brigada de limpiadores preparados para volver a dejar impecable el convoy. Estos ya no son saud¨ªes sino inmigrantes procedentes del subcontinente indio.
Hitos de un proyecto fara¨®nico
El recorrido. El ferrocarril cubre el trayecto entre las dos ciudades m¨¢s santas del islam: La Meca, donde naci¨® el profeta Mahoma, y Medina, donde muri¨®. Un total de 450 kil¨®metros, que se cubre en tres horas (dos horas y 11 minutos cuando est¨¦ a pleno rendimiento).
El proyecto. A finales de 2011, el consorcio Al Shoula Group, formado por 12 empresas espa?olas (las p¨²blicas Adif, Renfe e Ineco y las privadas Indra, OHL, Consultrans, Copasa, Imathia, Cobra, Dimetronic, Inabensa y Talgo) se adjudicaron el proyecto, presupuestado en 6.736 millones de euros.
Los problemas. La coordinaci¨®n entre las empresas del consorcio, dos de las cuales eran saud¨ªes y ten¨ªan una cultura empresarial muy diferente, as¨ª como con las autoridades, ha sido un foco constante de desavenencias y conflictos. Adem¨¢s, los retos planteados por el desierto (vientos, temperaturas extremas, movimientos de las dunas...) han complicado las obras. Por ejemplo, en las zonas m¨¢s arenosas hubo que tender la v¨ªa sobre una placa de hormig¨®n, algo mucho m¨¢s caro que el habitual balasto (piedras), y construir muros para detener las dunas.
Los retrasos. Inicialmente, el primer tren deb¨ªa haber salido de la estaci¨®n en diciembre de 2016. El primer trayecto completo Medina-La Meca en pruebas con pasaje se realiz¨® el 31 de diciembre de 2017. La inauguraci¨®n oficial, con el rey Salman y su hijo, el pr¨ªncipe heredero Mohamed bin Salman a bordo, tuvo lugar el 25 de septiembre de 2018. Unos d¨ªas despu¨¦s, el 11 de octubre, empez¨® a operar comercialmente, aunque con limitaciones.
Los sobrecostes. El proyecto fue adjudicado por 6.736 millones de euros, pero los retrasos y difucultades acercaron el coste final a 7.100 millones de euros.
El tren. El modelo que cubre la l¨ªnea es el Talgo 350 (apodado el pato, por el morro), con tecnolog¨ªas espec¨ªficas para la zona. La empresa espa?ola ha fabricado ya la flota de 35 trenes reforzados con el llamado pack del desierto.
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