La complicada econom¨ªa de un mundo que envejece
Premios Nobel y expertos debaten en el Nobel Prize Dialogue sobre la mayor esperanza de vida y sus consecuencias
La buena noticia es que hoy las personas viven m¨¢s a?os. Pero, ?c¨®mo se financia eso y qu¨¦ esfuerzo implicar¨¢ ello para los j¨®venes? Y no menos importante: estas decisiones se tomar¨¢n en un contexto en el que los mayores son muchos y votan. En torno a estos asuntos debati¨® este mi¨¦rcoles en Madrid un grupo de premios Nobel y expertos en el Nobel Prize Dialogue celebrado en la Fundaci¨®n Ram¨®n Areces. La respuesta corta: hay que brindar m¨¢s facilidades para que los mayores puedan trabajar m¨¢s a?os, compatibilizando incluso parte de la pensi¨®n con el trabajo. Tambi¨¦n hay que formarse durante toda la vida, ahorrar m¨¢s y mejor e, incluso, cabe la posibilidad de establecer un impuesto a los robots conforme se extiende su uso.
Seg¨²n relat¨® este mi¨¦rcoles el premio Nobel de Literatura Mario Vargas Llosa, S¨®crates pas¨® un rato estudiando persa horas antes de ser ejecutado con cicuta. Intrigados, los verdugos le preguntaron por qu¨¦ lo hac¨ªa. A lo que el fil¨®sofo respondi¨®: "Es que quiero aprender a hablar persa". Se trata de aprovechar hasta el ¨²ltimo minuto todas las posibilidades que tiene la vida, apunt¨® Vargas Llosa en la jornada El Futuro del Envejecimiento.
No obstante, trayendo la materia de las musas al teatro, si la gente vive m¨¢s, eso se convierte en un problema para cualquier tipo de sistema de pensiones. "No importa c¨®mo est¨¦ dise?ado", destac¨® Nicholas Barr, profesor de la London School of Economics. As¨ª que en su opini¨®n solo hay cuatro opciones que se pueden combinar para financiarlo: o bien m¨¢s cotizaciones "pero que por s¨ª solas no bastar¨ªan". O bien pensiones m¨¢s bajas. O bien la misma prestaci¨®n pero que se empieza a cobrar m¨¢s tarde. O bien elevar el PIB para poder pagar m¨¢s. Enfrentado con estas opciones, Barr se centr¨® en la necesidad de alargar la edad de jubilaci¨®n, ajustarla a la esperanza de vida y redefinir la forma en que viven los mayores. "Necesitas hacerlo con tiempo, visi¨®n de largo plazo y no aplicar las medidas de un d¨ªa para otro", concluy¨®. Moraleja: no se deben postergar las decisiones para hacer sostenibles las pensiones.
Jos¨¦ Ignacio Conde-Ruiz, profesor de la Complutense, relat¨® c¨®mo el canciller Bismarck fij¨® la edad de jubilaci¨®n en los 65 a?os. Y todos los pa¨ªses decretaron esa misma edad conforme instauraron los sistemas de Seguridad Social. Sin embargo, desde entonces la demograf¨ªa ha evolucionado mientras que el dise?o institucional ha seguido igual. Es m¨¢s: con las conversiones industriales y las crisis incluso se rebaj¨® a¨²n m¨¢s la edad de retiro, explic¨® Conde-Ruiz. De ah¨ª que sea necesario "adaptar la Seguridad Social a la demograf¨ªa", dijo.
Ante la perspectiva de una fuerza laboral envejecida, Josep Pijoan-Mas, profesor del Cemfi, se?al¨® que no se tiene ninguna experiencia de qu¨¦ puede pasar cuando abunden los trabajadores de 70 a?os. Barr admiti¨® que la productividad puede resentirse, pero que todav¨ªa ser¨ªa positiva si se dan jornadas de menos horas y cobrando algo menos. Tambi¨¦n se podr¨ªa compatibilizar una parte de la pensi¨®n con el trabajo. Barr subray¨® que con 70 a?os a su madre se le ve¨ªa mucho m¨¢s vieja de lo que se encontrar¨¢ ¨¦l.
"Los pol¨ªticos deben dejar de pensar que pueden ganar votos limitando el trabajo m¨¢s all¨¢ de los 65 a?os", declar¨® el premio Nobel de Econom¨ªa, Edmund Phelps, a punto de cumplir 86 a?os. Y a?adi¨® que es absurdo pensar que los viejos puedan bloquear el acceso al trabajo de los j¨®venes porque se les contratar¨¢ seg¨²n lo que puedan aportar. Y aportan cosas muy distintas. "Forzar a la gente a que se jubile es econom¨ªa basura", sentenci¨®.
El poeta Luis Alberto de Cuenca record¨® que no siempre se hab¨ªa tenido un concepto peyorativo de la vejez. As¨ª, puso el ejemplo de que en la Roma cl¨¢sica la ¨²ltima instancia del poder era el Senado, compuesto por los senes o ancianos.
Coincidieron los expertos en la necesidad de fomentar que se ahorre m¨¢s y mejor. Sin embargo, seg¨²n argument¨® Barr, la mayor¨ªa no re¨²ne los conocimientos para invertir. "Incluso los que s¨ª tienen conocimientos y saben que tienen que ahorrar no lo hacen. As¨ª me ocurre a m¨ª", brome¨®. Por eso, propuso sistemas simples en los que se entra autom¨¢ticamente, que son gestionados centralmente para ahorrar gastos de administraci¨®n y en los que el sector privado puede participar compitiendo.
Los expertos tambi¨¦n discutieron sobre si la proliferaci¨®n de los robots podr¨ªa ayudar a disparar la producci¨®n y, en consecuencia, pagar las pensiones. Phelps incidi¨® en que la productividad apenas estaba mejorando, ni siquiera en pa¨ªses tan innovadores como Estados Unidos. Y que por lo tanto no parece que vayan a contribuir mucho. En cambio, Conde-Ruiz sugiri¨® que se puede invertir m¨¢s en robots y que incluso se podr¨ªan gravar para financiar el sistema. Si bien el tributo deber¨ªa aplicarse de forma global para que el capital no se marche. "Hay que tener cuidado con poner un impuesto a los robots porque puede perjudicar la innovaci¨®n", precis¨® Phelps.
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