Portugal ensaya un plan con descuentos del 20% en los alquileres

La oferta de pisos de alquiler en Portugal ha ca¨ªdo un 65% en cinco a?os. En el mismo tiempo, el precio del metro cuadrado ha subido un 75% en Lisboa y un 57% en Oporto, principales ciudades que sufren el problema de la vivienda en toda su dimensi¨®n, pero particularmente la falta de pisos de alquiler y su consiguiente carest¨ªa. La presi¨®n tur¨ªstica, el fomento de la rehabilitaci¨®n sobre la construcci¨®n de nueva vivienda, el fin de la mayor¨ªa de contratos indefinidos y el par¨®n en la construcci¨®n de viviendas sociales, han provocado un problema nacional de acceso a la vivienda.

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En el ¨²ltimo a?o, el Gobierno ha reaccionado con dos medidas urgentes: ventajas fiscales progresivas para arrendamientos de larga duraci¨®n ¡ªde escaso efecto¡ª y, la m¨¢s medi¨¢tica, la prohibici¨®n de desalojar a mayores de 65 a?os o personas con discapacidad que lleven viviendo 15 a?os en el mismo lugar, un remedio para barrios lisboetas como Alfama y la Morer¨ªa, donde la presi¨®n del alojamiento para turistas ha causado estragos en un vecindario envejecido y de recursos modestos.

Pero el problema de la vivienda es m¨¢s general; la dificultad de acceso abarca a j¨®venes y a familias con ingresos salariales pero a los que, aun as¨ª, les resulta imposible encontrar casa. Para intentar atajar el problema, el Gobierno pone en marcha a partir de este lunes el Programa de Alquiler Accesible (PAA).

El plan, al que se puede apuntar quien quiera, impone l¨ªmites en los precios en funci¨®n de la zona del pa¨ªs en el que se encuentre el inmueble y su tama?o. Seg¨²n la secretaria de Estado de la Vivienda, Anna Pinho, la aspiraci¨®n del Gobierno es que absorba un 20% del mercado. La principal ventaja para el inquilino es un descuento del 20% sobre los actuales precios de mercado. Por su parte, la propiedad se beneficia de dos puntos menos en la fiscalidad (del 28% al 26%). Principal inconveniente: los precios siguen siendo poco accesibles. El PAA ha dividido el mapa nacional de la vivienda en seis escalones, seg¨²n los precios de mercado. El nivel m¨¢s alto corresponde a Lisboa, donde, por ejemplo, un piso de dos habitaciones no podr¨¢ alquilarse por m¨¢s de 1.150 euros (1.228 en el mercado libre).

Todos en contra

El plan abre un per¨ªodo de registro voluntario de arrendatarios y arrendadores. Del lado de la demanda, los candidatos no pueden ganar m¨¢s de 35.000 euros brutos anuales ¡ªno m¨¢s de 45.000 si es una pareja¡ª y no habitar¨¢ menos de una persona por habitaci¨®n. De lado de la oferta, el propietario no podr¨¢ firmar contratos inferiores a cinco a?os (excepto a estudiantes), y deber¨¢ contratar tres seguros, por ahora inexistentes en el mercado y cuyo coste va a contrarrestar los beneficios fiscales.

Antes de su funcionamiento, el PAA ya ha puesto de acuerdo a las asociaciones de inquilinos y a las de propietarios: el programa nace muerto. ¡°Ni va a resolver ni va a dinamizar el mercado de alquiler¡±, ha dicho Rom?o Lavadinho, presidente de la Asociaci¨®n de Inquilinos Lisbonenses (AIL). ¡°La mayor parte de las familias no tienen condiciones ¡ªel salario medio es de 800 euros¡ª para pagar, aunque los precios sean un 20% inferiores de media parten de unos precios ya muy altos¡±.

Para Lu¨ªs Menezes, presidente de la Asociaci¨®n Lisboeta de Propietarios (ALP), la adhesi¨®n al PAA no compensa los beneficios fiscales: ¡°Establecer restricciones absurdas al alquiler solo provoca la desmotivaci¨®n de los propietarios¡±.