Menos morosidad¡ y menos cr¨¦dito
Es como si, tras una borrachera, fu¨¦ramos recomponiendo el cuerpo pero no las ganas de comer
A pesar de la recuperaci¨®n econ¨®mica, Espa?a sigue sumida en esa cicatrizaci¨®n prolongada que implica una crisis de la magnitud de la que se manifest¨® hace diez a?os. Se mide por un conjunto de term¨®metros cuyo mercurio se dispar¨® y que se han ido enfriando a velocidades muy distintas. La experiencia hist¨®rica ya anticipaba que el PIB se recupera relativamente pronto, pero no sucede as¨ª con otros indicadores trascedentes, como el empleo. En pa¨ªses como Espa?a parecen necesarios entre 10 y 15 a?os para recomponer el mercado laboral tras una crisis. Y esto tiene una incidencia clara en la calidad del cr¨¦dito.
Justo hace diez a?os que se cre¨® en Espa?a el que fue el primer referente para hacer frente a la crisis, el Fondo de Reestructuraci¨®n Ordenada Bancaria (FROB). Entonces la morosidad no se hab¨ªa disparado, estaba a¨²n en el 4,5%. Acabar¨ªa llegando a una cima del 13,8% en diciembre de 2013 para el conjunto de entidades de dep¨®sito. Desde aquel momento se ha producido, progresivamente, una ca¨ªda hasta alcanzar el 5,6% del que el lunes inform¨® el Banco de Espa?a para mayo de 2019, ¨²ltimo dato disponible. El volumen de pr¨¦stamos morosos actual de los bancos (64.784 millones de euros) es similar al de 2009 pero el cr¨¦dito total es alrededor de un 35% inferior. Esto ¨²ltimo no es ni bueno ni malo. Es, simplemente, cuesti¨®n de oferta y demanda¡ y de la regulaci¨®n bancaria. La disponibilidad est¨¢ ah¨ª y el cr¨¦dito es barato, pero las posibilidades de endeudamiento son limitadas. Tanto como muestran los datos. Espa?a crece pero con una contribuci¨®n crediticia limitada. Forma parte de un fen¨®meno de recuperaci¨®n sin cr¨¦dito (creditless recovery) que ha sucedido en otras ocasiones y pa¨ªses y que se est¨¢ produciendo en la eurozona ahora. Otro s¨ªntoma de un tiempo abrumadoramente colgado de la liquidez oficial. Es como si, tras una borrachera, fu¨¦ramos recomponiendo el cuerpo pero no las ganas de comer.
Detr¨¢s de la reducci¨®n de las cifras de morosidad hay una intrahistoria de esfuerzos personales, empresariales y bancarios. Daciones en pago, reestructuraciones de deuda, segregaci¨®n y venta de activos deteriorados¡ Y siempre una constante muy inspirada en una de las exigencias que marc¨® desde un inicio del FROB, mantener una cobertura elevada de esa morosidad. En particular, las entidades financieras espa?olas han venido manteniendo provisiones para eventuales situaciones de impago del 60% de la cartera morosa. La reducci¨®n de la mora crediticia est¨¢ distinguiendo a Espa?a en un momento en el que los supervisores piden al un¨ªsono menos deterioro y m¨¢s capital. Que vuelva el cr¨¦dito depender¨¢, entre otras cosas, de que ¨¦ste se demande. Eso s¨ª, hay una determinaci¨®n supervisora clara a que, sea cuando sea, se produzca con criterios de calidad. Volver¨¢n, seguramente, aquellos tiempos en los que la morosidad se acerque a¨²n m¨¢s a m¨ªnimos hist¨®ricos. Volver¨¢n tambi¨¦n los de la animaci¨®n crediticia, siempre que la situaci¨®n monetaria se normalice. Entonces ser¨¢ el momento de comprobar cu¨¢nto de eso que acad¨¦micamente se llama memoria institucional queda para no repetir los errores del pasado.
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