El FMI abre su cita anual con una gota de esperanza en un mar de pesimismo

Y, de repente, parece que todo puede cambiar. El Fondo Monetario Internacional (FMI) se preparaba para inaugurar esta semana su reuni¨®n anual en Washington en un ambiente de m¨¢xima preocupaci¨®n. Un 90% de los pa¨ªses del mundo crecer¨¢n este a?o menos que al anterior. La nueva jefa del organismo, Kristalina Georgieva, va a tener el dudoso honor de estrenarse en el cargo presentando las previsiones m¨¢s bajas de toda la d¨¦cada. Seg¨²n las semanas se iban acercando a esta cita, todo apuntaba adem¨¢s a que las cosas solo pod¨ªan empeorar. Y, sin embargo, en los d¨ªas previos a la semana grande del FMI aparecen signos esperanzadores en dos de las grandes preocupaciones de los responsables de las econom¨ªas y finanzas mundiales: la guerra comercial entre EE UU y China y el Brexit.

Conviene coger con pinzas este renovado optimismo. No es la primera vez que se anuncian avances en ambos frentes tan solo para que a los pocos d¨ªas se agrave el conflicto. Un agravamiento que en muchas ocasiones viene acompa?ado de alg¨²n exabrupto del estadounidense Donald Trump o del brit¨¢nico Boris Johnson. Pero los s¨ªntomas positivos est¨¢n all¨ª.

Todav¨ªa puede pasar mucho hasta el 31 de octubre, el plazo ¨²ltimo ¨Cpor ahora- para que Reino Unido abandone la UE. Pero los rumores de que el primer ministro estar¨ªa dispuesto a hacer concesiones para firmar un acuerdo de divorcio hicieron que la libra experimentara el jueves y viernes su mayor subida en una d¨¦cada. Mientras, EE UU lleg¨® a un acuerdo provisional con China que Trump consider¨® como el ¡°mejor y m¨¢s grande¡± firmado nunca para los agricultores estadounidenses. La primera fase del pacto consiste, entre otros aspectos, en el compromiso chino de comprar productos agr¨ªcolas estadounidenses por valor de entre 40.000 y 50.000 millones de d¨®lares y de la renuncia de la Administraci¨®n republicana a elevar del 25 al 30% los aranceles a productos chinos por valor de 250.000 millones de d¨®lares.

Este principio de acuerdo aleja los augurios m¨¢s negros que hizo la nueva directora gerente del FMI la semana pasada, que habl¨® del riesgo de que las tensiones comerciales amenazaran la vida de toda una generaci¨®n. Adem¨¢s, el Fondo ha calculado que, si todo contin¨²a sin cambios, los costes de la guerra comercial se elevar¨¢n el pr¨®ximo a?o a 700.000 millones de d¨®lares. ¡°Esto es aproximadamente el tama?o de toda la econom¨ªa de Suiza¡±, dijo Georgieva la semana pasada en Washington.

Mientras, las previsiones de crecimiento en todas las partes del mundo no hacen m¨¢s que rebajarse. En su actualizaci¨®n del pasado julio, el FMI recort¨® su pron¨®stico para la econom¨ªa global al 3,2% y dej¨® intacta la de la eurozona con un 1,3%. La espa?ola, sin embargo, la elev¨® ligeramente, hasta el 2,3%. Georgieva ya anunci¨® la pasada semana que en el informe sobre perspectivas de la econom¨ªa global que presentar¨¢ el marte recortar¨¢ sus augurios para este a?o y el pr¨®ximo.

Pese a las buenas noticias del fin de semana, pocos analistas conf¨ªan en que las tensiones comerciales hayan llegado a su fin. En primer lugar, porque es muy posible que a este acuerdo le sigan nuevas dificultades. Es previsible que la ret¨®rica agresiva contin¨²e hasta las elecciones presidenciales de 2020 en las que se ver¨¢ si la experiencia Trump es solo una an¨¦cdota un tanto estrafalaria o cala entre el electorado estadounidense. Pero adem¨¢s, la rivalidad con China va mucho m¨¢s all¨¢ que la escalada arancelaria. El conflicto por la hegemon¨ªa tecnol¨®gica es el que realmente importa, muy por encima de la tradicional guerra comercial. Y esta batalla excede la personalidad de los actuales dirigentes de los dos pa¨ªses.

La Administraci¨®n Trump, adem¨¢s, tambi¨¦n apunta contra Europa. Si cumple su amenaza, EE UU impondr¨¢ este viernes aranceles a productos europeos ¨Cespecialmente alemanes, franceses, brit¨¢nicos y espa?oles- por valor de 7.500 millones de d¨®lares. La comisaria europea de Comercio, Cecilia M?lmstrom, reclam¨® la semana pasada en una carta a Washington que se siente a negociar para buscar una ¡°soluci¨®n justa¡± que beneficie a los dos bloques. Ese ser¨¢, sin duda, uno de los temas que presidir¨¢n las conversaciones entre estadounidenses y europeos esta semana en Washington.