Apple se compromete a gastar 2.500 millones de d¨®lares para paliar la crisis de la vivienda en California

Las grandes empresas que han contribuido a hacer muy dif¨ªcil la vida para las clases medias en las ciudades de California est¨¢n empezando a poner dinero para contribuir a las soluciones. El lunes, Apple anunci¨® que va a destinar 2.500 millones de d¨®lares (unos 2.250 millones de euros) a proyectos para mitigar la tr¨¢gica crisis de vivienda que sufre la clase media del Estado. Apple sigue la estela de otros gigantes californianos como Facebook y Google, que han destinado 1.000 millones cada uno a proyectos parecidos.

¡°Sentimos una profunda responsabilidad c¨ªvica para que (Silicon Valley) siga siendo un lugar vibrante donde la gente pueda vivir, tener una familia y contribuir a la comunidad¡±, dijo el consejero delegado de Apple, Tim Cook, en un comunicado. ¡°La vivienda asequible significa estabilidad y dignidad, oportunidad y orgullo. Cuando estas cosas est¨¢n fuera del alcance para demasiada gente, sabemos que estamos en un camino insostenible, y Apple se compromete a ser parte de la soluci¨®n¡±.

Entre los proyectos que va a apoyar Apple, 1.000 millones de d¨®lares se dedicar¨¢n a un fondo de inversi¨®n para vivienda asequible, otro tanto para un fondo de ayuda a hipotecas para compradores de primera vivienda y 300 millones ser¨¢n para construir vivienda asequible en terrenos propiedad de la empresa en San Jos¨¦, California. Esta ¨¢rea al sur de San Francisco, donde se encuentra Silicon Valley, es una de las que han crecido en riqueza m¨¢s r¨¢pidamente con la explosi¨®n de las grandes tecnol¨®gicas, que lo han inundado de trabajadores con sueldos de elite.

Hoy hay distritos alrededor de Silicon Valley donde el precio medio de las casas es de cuatro millones de d¨®lares. El precio medio de una casa en California supera los 600.000 d¨®lares. Esa es la media entre Bel Air y el desierto. La media en San Francisco es 1,6 millones.

Las compa?¨ªas tecnol¨®gicas responden as¨ª a un creciente descontento en California que los ve como responsables de la carrera de precios que sufre el Estado desde principios de siglo. Todo este dinero, sin embargo, puede aliviar la presi¨®n en barrios concretos, pero apenas contribuye al problema global de la vivienda. Los expertos coinciden en que el principal obst¨¢culo son las regulaciones locales que impiden construir edificios de pisos. El gobernador, Gavin Newsom, se ha marcado como objetivo que el Estado construya 1,3 millones de viviendas en la pr¨®xima d¨¦cada y 3,5 millones para 2025, para lo cual est¨¢ presionando a los gobiernos locales.

La cara m¨¢s tr¨¢gica de la crisis de vivienda en California es la situaci¨®n de las personas sin hogar. El n¨²mero de sin techo ha crecido alarmantemente hasta las 130.000 personas. En ciudades donde siempre ha habido personas en la calle, como San Francisco o Los ?ngeles, la situaci¨®n est¨¢ fuera de control y los servicios de emergencia afirman que no han visto nada igual.

¡°Seg¨²n se dispara el coste para los inquilinos y los compradores potenciales en California, miembros de la comunidad como profesores, bomberos, personal de emergencia o trabajadores sociales tienen que tomar la dif¨ªcil decisi¨®n de dejar atr¨¢s la comunidad que es su hogar¡±, dice el comunicado de Apple. ¡°Casi 30.000 personas se han ido de San Francisco entre abril y junio de este a?o, y la propiedad de viviendas en la bah¨ªa ha llegado este a?o al punto m¨¢s bajo en los ¨²ltimos siete a?os¡±.

El gobernador Newsom aplaudi¨® la decisi¨®n de Apple y pidi¨® a otras compa?¨ªas ¡°que sigan su ejemplo¡±. Pero no todas las respuestas fueron positivas. La campa?a del senador Bernie Sanders, uno de los favoritos para ganar la nominaci¨®n del Partido Dem¨®crata, public¨® un comunicado en el que denuncia la ¡°hipocres¨ªa de una compa?¨ªa que tira unos c¨¦ntimos para una crisis de vivienda que Apple ha ayudado a crear¡±. Sanders denunci¨® que lo que est¨¢n haciendo estas compa?¨ªas es ¡°disfrazar su entrada en el mercado inmobiliario como si fuera altruismo filantr¨®pico¡±.