Nicholas Stern ¡°Hace falta un acuerdo similar al de Bretton Woods¡±
Economista. Stern se hizo famoso en 2006 con el informe que lleva su nombre en torno al coste del cambio clim¨¢tico. Hoy defiende una acci¨®n coordinada de reconstrucci¨®n similar a la de la posguerra
Seg¨²n sir Nicholas Stern, nada como las lecciones del siglo XX para decidir la salida a la crisis del coronavirus. En un extremo, el ¡°nacionalista, cortoplacista y vengativo Tratado de Versalles¡± con el que Europa termin¨® la I Guerra Mundial, ¡°incapaz de gestionar el desempleo y de frenar el nacionalismo¡±. En el otro, las Naciones Unidas, el incipiente proyecto europeo y las instituciones de Bretton Woods que siguieron a la II Guerra Mundial. ¡°En el ejemplo cl¨¢sico de Keynes¡±, resume Stern, ¡°lo que hubo fue una acci¨®n fuerte inmediata de reconstrucci¨®n junto a una se?al clara de hacia d¨®nde ¨ªbamos en el medio plazo para tener inversi¨®n, empleo y consumo sostenidos¡±.
Para el economista y presidente del Instituto de Investigaci¨®n Grantham sobre Cambio Clim¨¢tico en la London School of Economics, el riesgo de una salida al coronavirus sin esa visi¨®n de medio plazo no es solo empeorar el retroceso econ¨®mico, sino volver a la ¡°forma marr¨®n de hacer las cosas¡±, en alusi¨®n a los hidrocarburos, y agravar as¨ª la cat¨¢strofe clim¨¢tica. Un regreso que el mundo no supo evitar tras la crisis de 2008 y que, seg¨²n Stern, hoy deber¨ªa ser m¨¢s f¨¢cil de eludir: ¡°Nuestro nivel de comprensi¨®n sobre los riesgos del cambio clim¨¢tico es mucho mayor y conocemos mejor c¨®mo puede ser esa forma alternativa de producir y consumir¡±.
Stern, que en 2006 se hizo muy conocido por el informe que lleva su nombre sobre las consecuencias econ¨®micas del calentamiento global, est¨¢ hablando estos d¨ªas sobre la necesidad de un nuevo orden econ¨®mico internacional con ampliaci¨®n de las instituciones financieras multilaterales para evitar la crisis de deuda en las econom¨ªas emergentes. Como explica a EL PA?S durante una entrevista por Skype desde su casa de Inglaterra, esta crisis es verdaderamente global y ¡°hace falta un acuerdo similar al de Bretton Woods que ayude a fijar una posici¨®n en temas como el precio de las emisiones de carbono¡±.
Sabemos m¨¢s sobre calentamiento y energ¨ªas renovables, pero estamos peor organizados que en 2008. Recuperar el esp¨ªritu internacionalista que en 1944 impregn¨® a la Conferencia de Bret?ton Woods, donde se fijaron las reglas comerciales y financieras que ordenaron el mundo tras la II Guerra Mundial, parece hoy m¨¢s dif¨ªcil que hace 10 a?os, con Donald Trump sacando a EE UU del Acuerdo de Par¨ªs como una de sus primeras medidas presidenciales. En opini¨®n de Stern, no es un obst¨¢culo insalvable. ¡°Europa s¨ª puede, y China tambi¨¦n: China est¨¢ armando su decimocuarto plan quinquenal de producci¨®n y tengo muchas esperanzas en que incluya esta nueva perspectiva¡±.
El primer desaf¨ªo, subraya Stern, es evitar que la gente pierda su empleo, ¡°pero en cuanto entremos en la fase de recuperaci¨®n, es extremadamente importante definir una senda de progreso en la que la gente pueda confiar¡±. ¡°Los empleos sucios del siglo XX se han convertido en trabajos inseguros, pero hay muchos trabajos limpios en los que podemos centrarnos muy r¨¢pidamente si sube el desempleo¡±, explica, ¡°como reforestar, construir redes de recarga el¨¦ctrica, aislar nuestros hogares o sustituir el gas como forma de calefacci¨®n¡±.
El poco entusiasmo de Trump por el internacionalismo no es la ¨²nica traba para revivir el esp¨ªritu de Bretton Woods. Como el propio Stern admite, el tipo de intervenci¨®n que pide remite a las propuestas de John Maynard Keynes, figura central en aquella conferencia. El problema es que las ideas del economista brit¨¢nico llevan d¨¦cadas siendo cuestionadas por los defensores del neoliberalismo. El margen pol¨ªtico para implementar hoy pol¨ªticas fiscales que en los a?os de posguerra segu¨ªan Gobiernos de derecha y de izquierda es mucho menor.
¡°Creo que la gente est¨¢ volviendo a entender la sabidur¨ªa de la respuesta keynesiana ante un derrumbe en la demanda¡±, dice Stern, ¡°pero si el adjetivo ¡®keynesiano¡¯ ya no gusta, no importa, basta con no usarlo; yo no estoy comprometido con esa palabra, lo que me interesa es el argumento de que hace falta una acci¨®n decisiva ahora para rescatar y un plan claro para las innovaciones del futuro que dirija el empleo, el consumo y las inversiones¡±.
Una las medidas econ¨®micas que Stern defend¨ªa ya desde su informe de 2006 era ponerle precio a las emisiones de gases de efecto invernadero, algo que se puede hacer con impuestos o con permisos para emitir que luego se venden, como hace la Uni¨®n Europea. Para Stern, es uno de los temas que justifican la necesidad de un entendimiento internacional, por m¨¢s que otros promotores de la idea sostengan que se puede llegar al mismo resultado sin acuerdo y con aranceles a los productos de pa¨ªses donde no se grava el di¨®xido de carbono.
Evitar el dumping medioambiental con aranceles suena l¨®gico, dice Stern, pero tambi¨¦n peligroso: ¡°Algunos pa¨ªses podr¨ªan estar consiguiendo la reducci¨®n de emisiones con regulaci¨®n en vez de con un precio para las emisiones, por un lado; por otro, se abre la puerta a posibles abusos de Gobiernos que lo aprovechan para proteger su mercado¡±. Adem¨¢s, dice, salvo excepciones como la industria sider¨²rgica o la petroqu¨ªmica, la competitividad de los pa¨ªses no tiene que ver con gravar o no las emisiones de carbono.
Contaminaci¨®n
Para lo que en su opini¨®n s¨ª servir¨ªa un acuerdo internacional es para subir el precio de las emisiones. ¡°EL FMI estima que para mantenernos en un mundo donde las temperaturas no aumenten m¨¢s de 1,5 grados deben estar en torno a los 75 d¨®lares por tonelada de CO2, asumiendo que adem¨¢s de eso se imponen regulaciones sobre veh¨ªculos el¨¦ctricos, calefacci¨®n, aislamientos, etc¨¦tera¡±. Seg¨²n un informe del a?o pasado del Banco Mundial, un 20% de las emisiones mundiales est¨¢n sujetas hoy a imposici¨®n, aunque con tasas demasiado bajas como para cumplir con el Acuerdo de Par¨ªs.
En opini¨®n de Stern, ¡°es crucial que Europa no repita el error de despu¨¦s de la crisis financiera, cuando se provoc¨® una ca¨ªda en el precio de las emisiones porque se siguieron dando permisos para emitir como si la econom¨ªa no se hubiera ralentizado¡±. Y a?ade: ¡°Las decisiones de inversi¨®n necesitan la m¨¢xima claridad posible en el precio de las emisiones, por eso es tan importante mantenerlos estables con un acuerdo suscrito por una mayor¨ªa de pa¨ªses¡±.
Lo que ha dejado claro esta crisis, dice Stern, es que pararlo todo no es la mejor medida para evitar el calentamiento. Por su gigantesco coste humano y porque no alcanza. Un estudio de la brit¨¢nica Universidad de East Anglia estim¨® que las emisiones de gases de efecto invernadero caer¨¢n entre el 4% y el 7% en 2020. Parece mucho, pero el Acuerdo de Par¨ªs pide un 7,6% de reducci¨®n anual para evitar la cat¨¢strofe. ¡°No vamos a lograrlo dejando de producir, sino cambiando la forma en que funcionan nuestras econom¨ªas¡±, dice Stern. ¡°Usar menos insumos para producir lo mismo o m¨¢s; cambiar a productos que no requieren tanta energ¨ªa, como el transporte p¨²blico en vez del privado, y producir la energ¨ªa de una forma diferente. Ahora mismo ya es m¨¢s barato generar electricidad sin carbono que de la manera tradicional, incluso sin gravar las emisiones¡±.
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