Philipp Hildebrand (BlackRock): ¡°La pol¨ªtica monetaria est¨¢ alcanzando su l¨ªmite¡±
El vicepresidente de la mayor gestora de fondos del mundo aspira a suceder a ?ngel Gurr¨ªa al frente de la OCDE y sit¨²a la lucha contra la desigualdad en el centro de su campa?a
Philipp Hildebrand (Berna, 57 a?os), vicepresidente y miembro del comit¨¦ ejecutivo de BlackRock, la mayor gestora de fondos del mundo, ha hecho cumbre en el mundo de las finanzas. A la todopoderosa firma estadounidense lleg¨® desde la presidencia del banco central suizo, que abandon¨® en 2012 tras una controvertida operaci¨®n monetaria protagonizada por su esposa y de la que meses despu¨¦s una auditor¨ªa no encontr¨® evidencias de que se hubiese producido ninguna infracci¨®n. Ocho a?os despu¨¦s aspira a suceder al mexicano ?ngel Gurr¨ªa al frente de la Organizaci¨®n para la Cooperaci¨®n y el Desarrollo Econ¨®micos (OCDE), el gran think tank de los pa¨ªses ricos. De lograrlo, repite, su objetivo prioritario ser¨¢ combatir la desigualdad.
Pregunta. Los mercados cuentan por subidas las semanas transcurridas desde los anuncios de la vacuna en noviembre y son varias las voces que apuntan a que la reacci¨®n de las Bolsas puede ser un tanto exagerada. ?Lo comparte o a¨²n ve recorrido?
Respuesta. No. Como resultado de los confinamientos hemos sufrido unas contracciones dram¨¢ticas del PIB y, asumiendo que las vacunas pueden estar en marcha en alg¨²n punto de principios del a?o que viene, tiene sentido pensar que la econom¨ªa se va a recuperar muy r¨¢pido. Ya lo vimos a finales de verano y principios de oto?o, cuando muchas econom¨ªas se vieron sorprendidas por c¨®mo de r¨¢pido la actividad rebot¨®. Las noticias sobre la vacuna son muy prometedoras, porque hay que recordar que hace solo ocho meses la mayor¨ªa de expertos cre¨ªa que tardar¨ªamos dos o tres a?os en tener una. Y los mercados han ganado terreno, tambi¨¦n, por el resultado de las elecciones en Estados Unidos y por la elecci¨®n de los miembros del Gabinete de Joe Biden, que han sido muy bien recibidos por los mercados. Pero en lo que en ¨²ltima instancia se van a fijar los mercados es en c¨®mo de grande ser¨¢ la cantidad de producto perdida a lo largo de la recesi¨®n: en los cinco a?os posteriores a la crisis financiera, el da?o para la econom¨ªa europea fue enorme pero si la vacuna tiene ¨¦xito el PIB perdido ser¨¢ peque?o en comparaci¨®n con entonces.
P. Los bancos centrales, dec¨ªa recientemente el secretario general de la OCDE en entrevista con este peri¨®dico, han sido los grandes h¨¦roes de la funci¨®n tambi¨¦n esta vez. ?Tambi¨¦n lo ve as¨ª?
R. Han estado en primera l¨ªnea de respuesta frente a la crisis, eso est¨¢ claro. Pero la diferencia clave con la gran crisis financiera es que la pol¨ªtica monetaria ya estaba alcanzando sus l¨ªmites y la pol¨ªtica presupuestaria ha tenido que desempe?ar un papel mucho m¨¢s importante, lo que queda reflejado en el aumento sin precedentes de los niveles de endeudamiento a escala mundial. La deuda es m¨¢s f¨¢cil de sostener debido a la elevada fracci¨®n de ella que rinde cero o negativo, unos 17 billones de d¨®lares en t¨¦rminos brutos, es muy alta. Y eso nos indica que hay un l¨ªmite en lo que los bancos centrales pueden hacer. Han sido extraordinariamente agresivos y efectivos evitando un hundimiento de los mercados financieros gracias a su arsenal de pol¨ªtica monetaria, pero estamos llegando a un punto en el que ya no podemos esperar que vayan m¨¢s all¨¢ simplemente viendo los intereses que paga la deuda alrededor del mundo. Es el final de un cap¨ªtulo. Y, adem¨¢s, hay que tener en cuenta que la forma en la que se ha desplegado la pol¨ªtica monetaria ha exacerbado la desigualdad: han salido ganando aquellos que ten¨ªan acceso a riqueza financiera mientras los salarios del resto ca¨ªan.
P. Dice que la capacidad de acci¨®n de la pol¨ªtica monetaria est¨¢ llegando a su l¨ªmite. Pero, ?cu¨¢nto m¨¢s puede seguir anestesiando los mercados?
R. Ya en el verano de 2019, cuando ni nosotros ni nadie pensaba en una pandemia, advert¨ªamos de que, en caso de una nueva crisis, la pol¨ªtica monetaria no ser¨ªa suficiente y tendr¨ªa que ir de la mano con la pol¨ªtica fiscal. Y es exactamente lo que ha ocurrido: han desaparecido las fronteras entre lo monetario y lo fiscal. Pero, de nuevo, a la vista de los intereses que paga la deuda en todo el mundo, hemos llegado al l¨ªmite. Ahora lo que tenemos que hacer es transformar nuestras econom¨ªas con inversi¨®n en infraestructura y reformas estructurales para afrontar los grandes retos del futuro, que son la desigualdad y el cambio clim¨¢tico.
P. Est¨¢, tambi¨¦n, la cuesti¨®n de la deuda p¨²blica, que saldr¨¢ de esta pandemia en m¨¢ximos hist¨®ricos. ?Cu¨¢n preocupados deber¨ªamos estar?
R. En el corto plazo no mucho. Con los tipos a cero en muchos pa¨ªses, no tiene pr¨¢cticamente ning¨²n coste. El largo plazo es otra cosa: en la crisis financiera los pa¨ªses de la OCDE entraron con un 70% o 75% de deuda p¨²blica y ahora est¨¢n en el entorno del 120%. Tenemos que ser conscientes de qu¨¦ uso le damos, igual que a los fondos de recuperaci¨®n europeos: en ambos casos deben reforzar el crecimiento potencial a largo plazo. No se trata solo de parar el golpe a corto plazo, sino de elevar el potencial de nuestras econom¨ªas y transformarlas para que sean sostenibles.
P. A corto plazo, la sostenibilidad de la deuda depende de la pol¨ªtica monetaria. Pero a largo influir¨¢, sobre todo, la inflaci¨®n. ?Qu¨¦ espera en ese frente?
R. En el futuro m¨¢s pr¨®ximo seguir¨¢ por debajo del objetivo [de los bancos centrales]. A un plazo m¨¢s largo, digamos entre tres y cinco a?os, creo que los mercados est¨¢n infravalorando los riesgos inflacionarios.
P. ?Qu¨¦ le lleva a pensar eso?
R. Mucha gente no compartir¨¢ mi visi¨®n, pero estamos en un proceso de reglobalizaci¨®n, en el sentido de reconfiguraci¨®n de las cadenas globales de producci¨®n, que llevar¨¢ a un incremento en los costes de producci¨®n. Larry Summers lo dice brillantemente: estamos movi¨¦ndonos de un mundo de m¨¢xima eficiencia a otro en el que se valorar¨¢ m¨¢s resiliencia. Y los bancos centrales est¨¢n moviendo ficha para acercar la inflaci¨®n real a sus objetivos, lo que cambia las expectativas. Todo eso me lleva a pensar que estamos infraestimando los riesgos inflacionarios a medio plazo. En los 60 nadie pensaba que la inflaci¨®n subir¨ªa pronto, pero luego lleg¨® un shock de oferta, la crisis del petr¨®leo, y eso llev¨® a un cambio de expectativas. Aqu¨ª tambi¨¦n tenemos un shock de oferta importante. Si logramos que este aumento de la inflaci¨®n que vendr¨¢ se quede cerca del nivel objetivo de los bancos centrales, ayudar¨¢ en la cuesti¨®n de la deuda. Pero es importante que no pase de ah¨ª.
P. La epidemia de gripe de 1918 no desemboc¨® en una crisis econ¨®mica de grandes dimensiones sino en los felices a?os veinte. ?Estamos siendo demasiado pesimistas con el horizonte econ¨®mico esta vez?
R. De hecho yo estoy entre los optimistas (r¨ªe). Tenemos grandes retos por delante: la desigualdad, la propia crisis sanitaria¡ Pero en lo puramente econ¨®mico, las sorpresas pueden venir m¨¢s por el lado optimista: hay una gran demanda contenida. De nuevo, creo que la p¨¦rdida de PIB acumulada esta vez ser¨¢ mucho menor que con la crisis financiera. Y hay otra cosa que debemos tener en cuenta, sobre todo en Europa: las medidas de contenci¨®n de da?os a corto plazo sobre el mercado de trabajo han funcionado y la Uni¨®n Europea, bajo el liderazgo de [Angela] Merkel y de [Emmanuel] Macron ha virado significativamente.
P. ?Ve la victoria de Biden como una buena noticia en lo econ¨®mico?
R. Es, sin lugar a dudas, una buena noticia para Europa y para Espa?a: la Administraci¨®n entrante llega con una intenci¨®n clara de realinearse con sus aliados tradicionales y de abrazar el multilateralismo como respuesta a los problemas globales. El nuevo secretario de Estado tiene fuertes ra¨ªces europeas: fue al instituto en Par¨ªs, su padre fue embajador en Hungr¨ªa y su t¨ªo, en B¨¦lgica. Y una de las mejores cosas de la campa?a electoral de Biden ha sido su consistencia, desde su primer discurso hasta el ¨²ltimo: no recuerdo ning¨²n caso similar.
P. ?Qu¨¦ le lleva a presentar su candidatura para liderar la OCDE y qu¨¦ propone?
R. Tengo tres objetivos fundamentales: ayudar a los pa¨ªses a conseguir llegar a las emisiones cero; reducir el problema significativo de la desigualdad, que est¨¢ creando importantes problemas pol¨ªticos como el Brexit y que tiene que estar en el coraz¨®n de las pol¨ªticas p¨²blicas; y darle un nuevo vigor a la cooperaci¨®n internacional. Y, adem¨¢s, tenemos que resolver la cuesti¨®n de los impuestos digitales.
P. ?Entiende que se perciba como una contradicci¨®n el hecho que un candidato que, como usted, ocupa un cargo directivo de la mayor gestora de fondos del mundo, BlackRock, enarbole la bandera de la desigualdad?
R. No veo ninguna contradicci¨®n ni en mis antecedentes para que la desigualdad est¨¦ en el centro de mi campa?a. Conocer desde dentro los mercados financieros es un ingrediente clave para ayudar a desplegar las pol¨ªticas que se necesitan para afrontar los problemas que hemos generado. Espero que la combinaci¨®n de experiencia en el sector p¨²blico y en el sector privado que puedo aportar convenza a los pa¨ªses para que me elijan.
P. Uno de los asuntos clave que tendr¨¢ que afrontar es la fiscalidad internacional y el da?o de los para¨ªsos fiscales. Pero no lo ha mencionado ni una sola vez en esta conversaci¨®n como asunto prioritario en caso de llegar al cargo.
R. La OCDE ha creado unos est¨¢ndares importantes en esta cuesti¨®n y el siguiente paso ser¨¢ concluir el trabajo que ?ngel Gurr¨ªa ha comenzado. Es un desaf¨ªo enorme y, si fallamos, tambi¨¦n el crecimiento potencial de la econom¨ªa se resentir¨¢.
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