Abascal abandona la protesta tras intentar capitalizar la movilizaci¨®n del campo en Madrid
Unos pocos cientos de agricultores se concentran ante la sede del Ministerio de Agricultura en la capital
Sin tractores por falta de permisos de la Delegaci¨®n del Gobierno, sin animales y con el l¨ªder de Vox, Santiago Abascal, intentando rentabilizar la protesta junto a varios miembros de su partido, varios cientos de agricultores se han manifestado este mi¨¦rcoles en la capital ante el Ministerio de Agricultura en defensa del campo madrile?o. "El sector agrario en Madrid existe", se?al¨® el responsable de UPA, Jes¨²s Anchuelo, en referencia a una actividad que supone tan solo el 0,002% de la econom¨ªa regional, pero ocupa el 62% del territorio.
Durante la concentraci¨®n, en la que hubo m¨¢s expectaci¨®n medi¨¢tica que asistencia de trabajadores del campo, se dejaron ver (de forma breve) dirigentes de varios partidos pol¨ªticos. El que m¨¢s focos atrajo, tanto a favor como en contra, fue Santiago Abascal, l¨ªder de Vox. Estuvo acompa?ado por otros pesos pesados de la formaci¨®n, aunque se cre¨® cierto ruido a su alrededor y discusiones entre los que defend¨ªan su presencia y los que no. ¡°En el campo no queremos pol¨ªtica¡±, le gritaban algunos asistentes, mientras que otros le alababan. ¡°No lo critiqu¨¦is, para uno que viene a apoyarnos deber¨ªamos de agradec¨¦rselo¡±, gritaban. Tambi¨¦n estuvo durante la jornada Edmundo Bal, de Ciudadanos, que pas¨® desapercibido.
Los agricultores y ganaderos madrile?os han dado con esta concentraci¨®n continuidad a las recientes movilizaciones en otras comunidades aut¨®nomas. Entre las exigencias de las principales asociaciones del sector (Asaja, COAG y UPA) destacaron las peticiones de regulaci¨®n de precios, controlar la cadena de distribuci¨®n y, sobre todo, la petici¨®n de defensa a ultranza de los intereses del campo espa?ol en la negociaci¨®n de la PAC. Tambi¨¦n hubo espacio para criticar las subidas del impuesto al di¨¦sel o el incremento del salario m¨ªnimo interprofesional.
En la Comunidad de Madrid, aunque los ganaderos se consideran una especie en extinci¨®n, se estima que aguantan unos 5.000 agricultores y ganaderos. En la actividad, de forma directa o indirecta, trabajan unas 10.000 personas. "Si ser agricultor en cualquier parte de Espa?a es muy duro, lo es mucho m¨¢s en Madrid", han afirmado varios productores presentes en la movilizaci¨®n.
¡°Estamos al l¨ªmite de la rentabilidad, al l¨ªmite de nuestras fuerzas, al l¨ªmite de seguir con nuestro trabajo y al l¨ªmite de desaparecer¡±, han resumido los organizadores de la protesta la realidad de un sector golpeado por los nuevos aranceles a productos del sector primario, la amenaza de una reducci¨®n de las ayudas europeas y unos m¨¢rgenes de beneficios exiguos. ¡°No puedes planear un futuro con unos precios tan inestables y bajos. Si esto sigue as¨ª, el medio rural va a morir¡±, ha asegurado ?lvaro Mart¨ªnez, agricultor de 34 a?os de Valdelaguna.
La responsable de COAG, Ivana Mart¨ªnez, una hist¨®rica en el sector, ha le¨ªdo un manifiesto en el que reclam¨® unos precios justos para la actividad agraria, no al recorte de las ayudas, el reconocimiento de su papel como mantenedores del medio rural y del medio ambiente, m¨¢s apoyo frente a los ataques del lobo o la defensa un etiquetado de sus productos.
Francisco Garc¨ªa, responsable de Asaja, ha denunciado las dificultades que tiene ser ganadero en Madrid no solamente por los precios bajos en este momento del vacuno y el mayor coste de las materias primas. "Va a ser necesaria una ley que, adem¨¢s de proteger a los lobos, proteja a los ganaderos como una especie a extinguir".
La jornada ha transcurrido sin incidentes. La Polic¨ªa Nacional acordon¨® en todo momento la zona y seg¨²n los agentes no lleg¨® al medio millar de asistentes. Tras la lectura del manifiesto, los productores cortaron el Paseo de la Infanta Isabel a la altura del ministerio (junto a Atocha), sin que hubiera ning¨²n altercado entre manifestantes y las fuerzas de seguridad.
El campo madrile?o existe, de momento
Jos¨¦ Brunete resalta con orgullo su cultivo garbancero de Quijorna, esencial para elaborar los cocidos t¨ªpicos de Madrid. Este mi¨¦rcoles ha abandonado por un d¨ªa su cosecha y ha cambiado tractor y azada por pancartas y proclamas con las que, junto a centenares de trabajadores del campo, se ha presentado frente al Ministerio de Agricultura: "Sube el gasoil, la luz, los nitratos, los productos fitosanitarios...Unos costes que solo nos repercuten a los productores, el eslab¨®n m¨¢s d¨¦bil de la cadena alimentaria", explica el agricultor.
Hastiado de las grandes distribuidoras de alimentaci¨®n y los precios que les fijan los intermediarios ha montado una cooperativa para salir del paso: "Las grandes cadenas te torean. Si intentas subir el precio de tu cosecha, se la traen de M¨¦xico o Canad¨¢, donde pagan menos costes que nosotros, que ofrecemos un producto m¨¢s sano y regulado", a?ade Brunete. Resume su petici¨®n en una frase: "Solo queremos poder vivir de nuestro trabajo".
Junto a Brunete, Mariano Gonz¨¢lez sostiene una pancarta en defensa de los agricultores de Madrid. Tiene 73 a?os y lleva desde los diez dedicado a la labranza en una de las pocas explotaciones que a¨²n quedan en Fuenlabrada, junto al campus de la Universidad Rey Juan Carlos. Su rostro, curtido por el sol, se mantiene impasible a los pitidos, silbidos y repiques de cencerros que inundan durante la ma?ana la puerta del ministerio. Su expresi¨®n se quebraba, en cambio, al hablar de los precios por los que tiene que "malvender" sus verduras: "Apenas nos pagan 35 c¨¦ntimos el kilo de acelgas. Luego lo vemos a dos euros en el supermercado. Si esto sigue as¨ª, los agricultores vamos a desaparecer", critica Gonz¨¢lez.
Jacinta Mart¨ªn, de Villarejo de Salvan¨¦s, se ha vuelto una estudiosa de las relaciones internacionales a sus 70 a?os. No le ha quedado otra, ya que tanto su marido como ella dependen de los ingresos de sus olivares y uvas, dos productos golpeados por los aranceles impuestos por EE UU. Se conoce al dedillo los problemas que sacuden al sector, hasta el punto de casi perder el aliento enumer¨¢ndolos. "La PAC, adem¨¢s, est¨¢ muy mal negociada", destaca Mart¨ªn, que teme que las ayudas se recorten m¨¢s ante un Gobierno "que se ha olvidado del campo" y al que no duda en lanzar una advertencia: "Si el campo no produce, la ciudad no come".
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