El contrato indefinido m¨¢s corto del mundo
Navantia despide a un trabajador el mismo dia que lo contrata obligada por una resoluci¨®n judicial
El pasado d¨ªa 25, Alberto, un ingeniero industrial de 39 a?os, se present¨® en las instalaciones de Navantia en Cartagena (Murcia). Hac¨ªa cuatro a?os y ocho meses que empez¨® a trabajar en el departamento de sistemas de control del astillero, pero era la primera vez que lo hac¨ªa contratado por la empresa p¨²blica. Diez d¨ªas antes hab¨ªa recibido una carta de ?lvaro Tello, director de Relaciones Laborales de Navantia, quien le comunicaba que, ¡°en cumplimiento de la sentencia dictada por el Juzgado de lo Social n¨²mero 3 de Cartagena¡± el pasado 30 de diciembre, deb¨ªa incorporarse a las 7.00 de ese lunes a su puesto como ¡°trabajador indefinido no fijo¡±, con la antig¨¹edad y el salario que le especificaba.
La citada sentencia hab¨ªa condenado a Navantia a contratarlo, tras concluir que Alberto fue objeto de cesi¨®n ilegal por parte de Soologic Technological Solutions SL, una subcontrata de la compa?¨ªa. Para llegar a la conclusi¨®n de que Alberto trabajaba en Navantia y la subcontrata era una mera pantalla, el juez consider¨® que no solo ten¨ªa su puesto de trabajo en la factor¨ªa naval, sino que su jefe era un directivo de la empresa p¨²blica que repart¨ªa tareas entre los ingenieros en funci¨®n de sus habilidades sin importarle a qu¨¦ subcontrata pertenec¨ªan. ¡°Lo ¨²nico que hac¨ªa Soologic¡±, subraya la sentencia, ¡°era facilitar la mano de obra y gestionar cuestiones como altas, bajas o seguros sociales, pero no daba ninguna organizaci¨®n ni instrucciones t¨¦cnicas¡±. Aunque hab¨ªa un empleado de Navantia que hac¨ªa las mismas funciones hasta que se jubil¨®, apostilla el juez, ¡°no se le encargaban trabajos por su baja eficacia¡±.
El 25 de enero Alberto acudi¨® al astillero con un compa?ero que tambi¨¦n hab¨ªa ganado su contrato en un pleito. Pero, mientras este se incorpor¨® sin problemas, ¨¦l no pas¨® del control de acceso, donde le entregaron la carta de despido. Alberto asegura que se qued¨® paralizado, sin saber c¨®mo reaccionar. No esperaba que, tras haber ganado dos veces en los tribunales, se cumpliera finalmente la amenaza que recibi¨® en noviembre de 2019: si no renunciaba a acudir a la justicia, se ver¨ªa en la calle sin trabajo.
El primer juzgado que le dio la raz¨®n fue el n¨²mero 2 de Cartagena, en marzo pasado. Entonces no se dirim¨ªa su despido, sino su traslado forzoso. Seg¨²n aquella sentencia, 14 ingenieros t¨¦cnicos del departamento de Sistemas de Control de Navantia, vinculados a subcontratas presentaron el 4 de noviembre de 2019 papeletas de conciliaci¨®n ante el SMAC (Servicio de Mediaci¨®n, Arbitraje y Conciliaci¨®n) en las que reclamaban su contrataci¨®n por el astillero. Sus jefes les hicieron saber que ¡°era imprescindible que desistieran de la acci¨®n emprendida¡± y les dieron un ultim¨¢tum de 24 horas, advirti¨¦ndoles de que ¡°quien persistiera no podr¨ªa continuar trabajando la semana siguiente¡±, agrega la sentencia. La mitad se ech¨® atr¨¢s ¡°por temor a sufrir represalias y por no aguantar las presiones¡±. Los otros siete, incluido Alberto, mantuvieron la demanda.
El juzgado considera probado que el jefe de personal del astillero p¨²blico, ?lvaro Tello, le dijo a Alberto, en una conversaci¨®n telef¨®nica, ¡°que si quer¨ªa seguir trabajando estaba obligado a desistir y le anunci¨® que, pese al resultado del pleito, no iba a trabajar en Navantia, porque hab¨ªa decidido ejemplarizar con los siete que manten¨ªan la acci¨®n de cesi¨®n ilegal para evitar futuras demandas de otros subcontratados, existiendo medios para su prop¨®sito¡±.
Los siete fueron despedidos o trasladados forzosamente, en el caso de Alberto a Sevilla, aunque no lleg¨® a incorporarse: primero pidi¨® un permiso y luego estuvo de baja por ansiedad. El juez pidi¨® que cesara ¡°el hostigamiento sin duda llevado a cabo¡± por Navantia y Soologic contra ¨¦l y conden¨® a ambas empresas por ¡°vulneraci¨®n de derechos fundamentales, pues el trabajador no puede ser objeto de represalia por ejercer una acci¨®n legal amparada constitucionalmente¡±.
Fuentes de Navantia ¡°niegan rotundamente cualquier intenci¨®n de represalia¡± y aseguran que se ¡°dio cumplimiento al fallo judicial, ya que el trabajador se incorpor¨® el 25 de enero¡±, el mismo d¨ªa que se le comunic¨® la ¡°extinci¨®n de su contrato por causas objetivas¡±. La propia sentencia, recuerdan dichas fuentes, ordenaba contratarlo como ¡°indefinido no fijo¡±; que es aquel trabajador que ocupa una plaza hasta que es cubierta en un proceso selectivo, ya que al tratarse de una empresa p¨²blica deben respetarse los principios de publicidad, concurrencia, m¨¦rito y capacidad en el acceso al empleo a trav¨¦s de los procedimientos previstos en plan pactado con los sindicatos.
Eso es lo que sucedi¨®, seg¨²n las mismas fuentes: en octubre pasado sali¨® a concurso la plaza y Alberto ¡°se present¨®, pero no fue seleccionado. La informaci¨®n que tiene Navantia es que no complet¨® la prueba¡±, agregan. La empresa p¨²blica se remite a una instrucci¨®n de 2012 del Ministerio de Hacienda seg¨²n la cual, ¡°cuando un trabajador obtiene la condici¨®n de indefinido no fijo por sentencia¡±, hay que analizarla y, seg¨²n sus caracter¨ªsticas, ¡°amortizar la plaza o proceder a su provisi¨®n interna por el mecanismo previsto en el convenio vigente¡±.
Efectivamente, el ingeniero se present¨® al concurso para ocupar la plaza. Seg¨²n explica, el responsable de la empresa de colocaci¨®n mantuvo con ¨¦l una entrevista telef¨®nica de 10 minutos en ingl¨¦s y le anunci¨® que le avisar¨ªa para un examen escrito. Una semana despu¨¦s, ante la falta de noticias, Alberto le envi¨® un correo electr¨®nico, pero nunca le respondi¨® ni volvi¨® a contactar con ¨¦l.
Aunque supuestamente Alberto no se ajustar¨ªa ahora al perfil buscado por Navantia, dicha empresa lo seleccion¨® en 2017 y 2018 para que viajara en tres ocasiones a Australia e impartiera, durante siete semanas en total, cursos en ingl¨¦s al personal encargado de mantener los buques vendidos a la Armada de dicho pa¨ªs. Andr¨¦s Gal¨¢n, abogado del trabajador, subraya que el astillero p¨²blico sac¨® la plaza a concurso antes de que hubiera sentencia, lo que no solo contradice la instrucci¨®n de Hacienda, sino que supone reconocer que cubr¨ªa con subcontratas empleos fijos. En su opini¨®n, el despido es ¡°un fraude de ley y una nueva represalia que vulnera derechos fundamentales¡±, por lo que va a recurrirlo, aunque Alberto duda ya de que las sentencias de los tribunales sirvan para algo.
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