Christopher Pissarides: ¡°El Estado deber¨ªa hacerse cargo de cubrir a los repartidores aut¨®nomos¡±
El economista, premio Nobel en 2010, defiende la flexibilidad del trabajo en plataformas digitales y anticipa que la pandemia dejar¨¢ huellas profundas en el empleo o la organizaci¨®n de las ciudades
Nada como una pandemia que ha puesto patas arriba la econom¨ªa mundial y buena parte de los usos y costumbres a los que est¨¢bamos acostumbrados para poner a prueba a todo un premio Nobel de Econom¨ªa. Para el brit¨¢nico-chipriota Christopher Pissarides (Nicosia, Chipre, 72 a?os), que se hizo con el galard¨®n en 2010, junto a sus colegas estadounidenses Dale Mortensen y Peter Diamond, por sus estudios sobre c¨®mo casar oferta y demanda de empleo, el factor fundamental de la crisis sanitaria es la [falta de] proximidad f¨ªsica. Que llevemos un a?o guardando dos metros de distancia entre nosotros lo cambia todo, desde el trabajo hasta la organizaci¨®n de las ciudades, seg¨²n Pissarides, que alaba la reacci¨®n de la UE y el BCE a la crisis y defiende con matices la condonaci¨®n de la deuda soberana en manos del supervisor europeo, una idea apadrinada por el economista franc¨¦s Thomas Piketty.
¡°Antes nos centr¨¢bamos en si los trabajos pod¨ªan ser automatizados, si eran mec¨¢nicos, etc. Ahora hay un nuevo elemento, la proximidad f¨ªsica¡±, explica por videoconferencia con EL PA?S tras participar en un debate sobre el futuro del trabajo y el empleo organizado por Mobile World Capital, una fundaci¨®n que impulsa las iniciativas digitales. Esa distancia obligada trajo el teletrabajo masivo o dispar¨® el comercio electr¨®nico y ya no hay vuelta atr¨¢s. ¡°Aunque el coronavirus deje de ser un problema, el impacto que ha tenido en las empresas ser¨¢ duradero¡±, vaticina.
El trabajo en remoto o las videollamadas se quedar¨¢n, es evidente, pero Pissarides atisba cambios m¨¢s profundos. ¡°El gig work, [el empleo en plataformas de econom¨ªa colaborativa como las empresas de reparto a domicilio o transporte de pasajeros] se acelerar¨¢¡±, reflexiona. ¡°En tiempos de incertidumbre, es m¨¢s flexible para las empresas emplear a independientes que provean el servicio que contratar trabajadores a tiempo completo¡±, explica. Compara el fen¨®meno con los contratos temporales espa?oles, pero m¨¢s flexible.
Y no ve con malos ojos esa flexibilidad. Preguntado por la regulaci¨®n que prepara el Gobierno sobre los repartidores de comida, los famosos riders, actualmente el ejemplo m¨¢s visible del empleo en plataformas, Pissarides pisa callos. Cree imprescindible esa regulaci¨®n, pero considera que debe preservarse esa flexibilidad que defienden muchos repartidores porque les permite trabajar para m¨¢s de una plataforma. ¡°El problema con esa flexibilidad es que no hay un empleador, que es el que proporciona las bajas por enfermedad, las vacaciones pagadas¡±. En su ausencia, ?qui¨¦n debe hacerlo? ¡°Creo que deber¨ªa hacerlo el Gobierno¡±, defiende, recaudando dinero de esas plataformas digitales para crear un fondo del que puedan tirar los trabajadores para bajas, vacaciones¡ ¡°Creo que podr¨ªa funcionar, es una buena manera de mantener la flexibilidad y que el trabajador sienta que hay alguien preocup¨¢ndose de los aspectos sociales del trabajo¡±, lanza.
Los repartidores son una muestra de los cambios en el consumo. La pandemia nos ha metido en casa y cree que en ella pasaremos mucho m¨¢s tiempo. Teletrabajo, comercio electr¨®nico, plataformas de streaming¡ ¡°Volveremos de compras al centro de las ciudades, pero no en el n¨²mero que lo hac¨ªamos antes. Tampoco a los cines, teatros, restaurantes¡±, se?ala. ¡°Se van a hacer muchas m¨¢s cosas en casa¡±, opina, pero no las tareas dom¨¦sticas. ¡°Si trabajo en casa, no querr¨¦ ponerme a cocinar o limpiar cuando termine. Entonces vendr¨¢ alguien a hacerlo. El servicio dom¨¦stico va a crecer como profesi¨®n, en Reino Unido [donde reside] ya est¨¢ pasando, el servicio est¨¢ ganando respetabilidad y creo que deber¨ªa ganar a¨²n m¨¢s¡±.
El hecho de trabajar o recibir las compras en casa tendr¨¢ reflejo en el tejido urbano. A las cadenas comerciales les sobrar¨¢n tiendas ¡ª¡±ya est¨¢ pasando, caen los precios de los alquileres comerciales, hay espacios vac¨ªos¡±, explica¡ª y ¡°cambiar¨¢ la diferencia tan clara que existe entre los distritos comerciales y residenciales de las ciudades¡±. ¡°Si la gente trabaja en casa, habr¨¢ menos demanda de espacios comerciales en el centro y m¨¢s demanda de servicios o negocios en las ¨¢reas residenciales¡±, vaticina, aunque pone por delante que eso depender¨¢ de lo proactivos que sean los responsables de la planificaci¨®n de las ciudades. En esto ve m¨¢s ¨¢gil a Barcelona que a la ¡°estricta¡± Londres, que ¡°no permite hacer nada en las ¨¢reas residenciales¡±.
Pissarides alaba la reacci¨®n de las autoridades europeas a la crisis de la pandemia, sobre todo el hecho de que la Comisi¨®n condicione la entrega de las ayudas a programas concretos con acento medioambiental o innovador. ¡°Lo est¨¢n manejando mejor que otros pa¨ªses, como EE UU¡±, dice. Tambi¨¦n alaba al BCE por ¡°mantener el dinero barato¡± y por sus compras de deuda. Y se alinea, con matices, con los que, con Piketty al frente, abogan por cancelar la deuda soberana europea en manos del BCE. ¡°Creo que es una buena idea. Ahora no es un problema, porque los tipos de inter¨¦s est¨¢n en cero. Cuando suban, los pa¨ªses tendr¨¢n que pagar los intereses, en vez de usar el dinero para invertir¡±, afirma, aunque tambi¨¦n admite que decir que no se va a devolver ese dinero ¡°no est¨¢ bien en t¨¦rminos de credibilidad para transacciones financieras en el futuro¡±. Y bromea con otra raz¨®n de peso: ¡°Como griego [la deuda p¨²blica griega roza el 200% de su PIB], ?tengo que estar a favor!¡±.
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