La Agencia Internacional de la Energ¨ªa pide a Espa?a que suba los impuestos sobre los combustibles f¨®siles

La Agencia Internacional de la Energ¨ªa (AIE) considera que Espa?a tendr¨ªa que aumentar los impuestos que gravan los combustibles f¨®siles para que los consumidores finales paguen los costes reales de las emisiones contaminantes y, de esa forma, las renovables y la electrificaci¨®n puedan ser m¨¢s competitivas. Para que la electricidad ¡ªdonde las renovables ya empiezan a ser dominantes¡ª pueda ser m¨¢s competitiva frente a las fuentes f¨®siles y se pueda extender su uso a nuevos sectores, la agencia apuesta en su ¨²ltimo informe sobre Espa?a, publicado este mi¨¦rcoles, por una revisi¨®n en profundidad de la fiscalidad para gravar directamente las emisiones de di¨®xido de carbono (CO2), el principal gas de efecto invernadero.

El ente con sede en Par¨ªs recuerda que el objetivo espa?ol es que el 100% de la electricidad consumida sea generada por renovables y que el peso de estas tecnolog¨ªas limpias sobre el mix energ¨¦tico total ronde el 97%. ¡°A pesar del considerable progreso en descarbonizaci¨®n hasta la fecha y el aumento en la participaci¨®n de las renovables, sigue fuertemente dominado por los combustibles f¨®siles¡±, enfatizan los t¨¦cnicos de la AIE en la primera revisi¨®n en profundidad de la matriz energ¨¦tica espa?ola en casi seis a?os. El objetivo ¨²ltimo: una mayor electrificaci¨®n y una mejor capacidad de almacenamiento de los excedentes para cuando las fuentes verdes no son capaces de cubrir toda la demanda.

El director general del organismo dependiente de la Organizaci¨®n para la Cooperaci¨®n y el Desarrollo Econ¨®micos (OCDE), Fatih Birol, destaca que ¡°Espa?a tiene grandes recursos de energ¨ªas renovables que pueden dirigir la transformaci¨®n de su sistema energ¨¦tico y ayudar a realizar sus objetivos ambiciosos¡±, en particular la neutralidad en las emisiones de carbono para 2050. Birol pone el acento en que las bases para esa transformaci¨®n se tienen que sentar esta d¨¦cada y en que los planes de recuperaci¨®n econ¨®mica, incluidos los fondos europeos que debe recibir, ofrecen ¡°una importante oportunidad¡± a corto plazo, al ser uno de sus principales beneficiarios.

Los autores del estudio constatan un ¡°considerable progreso¡± en la descarbonizaci¨®n del sector el¨¦ctrico, en el que las renovables han incrementado su cuota del 33% en 2010 al 44% en 2020. Y se felicitan de que se haya resuelto el problema que se ven¨ªa arrastrando con el d¨¦ficit de tarifa (que era uno de los puntos negros se?alados en el ¨²ltimo informe, en 2015), lo que ha permitido que las inversiones volvieran a crecer en 2019. Pero el mayor problema hoy, dicen, es que el sistema energ¨¦tico espa?ol sigue fuertemente dominado por lo f¨®sil, una fuente de energ¨ªa que supone casi el 68% del consumo final, una cifra todav¨ªa demasiado alta.

El peso de este tipo de combustibles es particularmente elevado en el transporte, donde el 93% de la energ¨ªa consumida sigue proviniendo de derivados del petr¨®leo. La fiscalidad no ayuda a la transici¨®n: seg¨²n un reciente an¨¢lisis de la patronal europea de fabricantes automotrices ACEA, Espa?a es el pa¨ªs comunitario que menos impuestos recauda por veh¨ªculo y, por tanto, la que menos desincentiva fiscalmente el uso del coche. En la industria, el 31% de la energ¨ªa consumida procede del crudo y el 36%, del gas natural. Y en las viviendas, el petr¨®leo suma a¨²n el 16% del total y el gas natural, el 21%. En todos los casos, las cifras siguen muy lejos de las metas de descarbonizaci¨®n a las que se han comprometido las autoridades espa?olas.

Ese dominio f¨®sil tiene una segunda derivada negativa: una alta dependencia energ¨¦tica del exterior, un problema que Espa?a arrastra desde hace d¨¦cadas y que acarrea, a su vez, una costosa factura a pagar que desestabiliza la balanza comercial. Sin embargo, desde el punto de vista de la seguridad de suministro, la AIE valora la ¡°relativamente buena diversificaci¨®n¡± y los robustos mecanismos de respuesta en caso de que se produzca una disrupci¨®n en el suministro.

Evitar el cierre de los ciclos combinados

El brazo de la OCDE para temas energ¨¦ticos tambi¨¦n pone el acento, por parad¨®jico que pueda parecer, en que hay que evitar que cierren las centrales de ciclo combinado que queman gas (combustible f¨®sil, aunque menos contaminante que el carb¨®n o el petr¨®leo), que suponen un tercio, porque tienen un car¨¢cter ¡°crucial¡± durante la transici¨®n.

La raz¨®n es que conforme desaparezcan las centrales de carb¨®n (que ya suponen menos del 5%) y las nucleares (est¨¢ previsto que a finales de la pr¨®xima d¨¦cada cierren cuatro de las siete centrales, que en 2019 aportaron el 22% de la electricidad consumida), el gas ser¨¢ uno de los principales mecanismos de flexibilidad para lidiar con la intermitencia de las renovables, que deber¨ªan elevar su cuota hasta el 74% en 2030. M¨¢s adelante, sin embargo, el objetivo deber¨ªa ser hacer uso de nuevas formas de almacenamiento que permitiesen acumular la electricidad producida en los picos de actividad renovable para liberarla cuando estas apenas aportan por falta de sol o viento.

M¨¢s interconexiones

Otro instrumento ¡°cr¨ªtico¡± para afrontar la intermitencia de las renovables, son las interconexiones el¨¦ctricas con pa¨ªses vecinos. Los proyectos de l¨ªneas con Portugal progresan, como recuerda la AIE, pero no as¨ª con Francia, que son los que tienen mayor potencial ¨Den gran medida, gracias a su elevada generaci¨®n nuclear¡ª, y que ya en el pasado sufrieron fuertes retrasos (la l¨ªnea Baixas-Santa Llogaia, por Catalu?a) o que incluso fueron abandonados (la l¨ªnea por el valle de Gista¨ªn, en Arag¨®n). A finales de 2019, el propio gestor del tendido el¨¦ctrico espa?ol, REE ¡ªuna empresa p¨²blico-privada¡ª llam¨® a acelerar las interconexiones alegando que el enlace de Girona hab¨ªa ahorrado m¨¢s de 500 millones de euros en cuatro a?os.

Sin embargo, la escasa importancia concedida a estos proyectos contribuy¨® a que no se llegara a lograr el objetivo de un 10% de capacidad de intercambio con Francia en 2020, fijado por la Uni¨®n Europea, y la agencia tampoco acaba de ver que se vaya a cumplir con el 15% para 2030: ¡°La meta est¨¢ en riesgo¡±.