Fedea advierte sobre la reforma del contrato temporal: ¡°Deber¨¢ reducir sus causas sin sacrificar su utilizaci¨®n bajo necesidades reales¡±
El Gobierno se ha comprometido a acabar con el abuso de la temporalidad y a unificar los tipos de contratos en tres modalidades: indefinido, temporal y de formaci¨®n.
El Gobierno se ha comprometido con Bruselas a atajar la elevada temporalidad del mercado laboral, un problema que existe desde los a?os ochenta y que ni siquiera siete reformas han conseguido reducir. El Ejecutivo se ha propuesto rebajar los tipos de contratos a tres: indefinido, temporal y de formaci¨®n. Al mismo tiempo va a endurecer las penalizaciones por el abuso del contrato temporal.
En un informe publicado este lunes y titulado Contra la dualidad laboral, el economista Jos¨¦ Ignacio Conde-Ruiz, de Fedea, y el experto en derecho laboral de la Universidad Complutense Jes¨²s Lahera coinciden en aplaudir la unificaci¨®n de contratos, pero advierten que no puede hacerse de cualquier forma: ¡°Deber¨¢ reubicar las causas de temporalidad en un espacio m¨¢s reducido sin sacrificar la utilizaci¨®n de contratos temporales ante necesidades transitorias reales¡±. Todo esto, a la espera de los detalles de la reforma, que no han sido a¨²n cerrados por el Ejecutivo con los agentes sociales.
La reducci¨®n de los tipos de contratos a tres intenta generalizar el contrato indefinido. Para ello el Gobierno deber¨¢ acotar los escenarios bajo los que se emplea el temporal, del que ahora se hace un uso excesivamente alto y totalmente injustificado, seg¨²n los autores: ¡°Si al final tenemos un solo contrato temporal, pero es muy flexible, dado que se pueda usar para muchas situaciones, la temporalidad apenas cambiar¨¢¡±.
Por otra parte, si el contrato temporal se acota en exceso, dejar¨¢ de ser ¨²til en los sectores donde es necesario. ¡°Si por el contario se impone un contrato temporal muy restrictivo, donde apenas se puede utilizar, pero al mismo tiempo dejamos el indefinido tal como est¨¢, la reforma puede suponer un aumento importante y contraproducente en los costes laborales¡±, destaca el informe. Es decir, para que funcione se tendr¨ªa que flexibilizar el contrato fijo.
Y los expertos sugieren tres v¨ªas: una, clarificando las causas de despido para dotarlas de una mayor seguridad jur¨ªdica. Dos, aumentando la flexibilidad interna en la empresa y aplicando los nuevos ERTE estructurales, que se deber¨ªan utilizar solo durante ca¨ªdas temporales de la demanda. Y, por ¨²ltimo, reduciendo los costes del despido en los indefinidos para repartir mejor las indemnizaciones entre fijos y temporales. En el agregado los costes por despido que soportan las empresas deber¨ªan permanecer igual, pero la nueva distribuci¨®n perjudicar¨ªa menos a los temporales y se incentivar¨ªa la generalizaci¨®n del contrato indefinido.
Igualmente, para perseguir el abuso del empleo temporal, los autores proponen elevar de 33 d¨ªas por a?o trabajado a 45 d¨ªas la indemnizaci¨®n de los despidos improcedentes cuando provienen las demandas de la finalizaci¨®n de contratos temporales fraudulentos.
Limitar el contrato temporal
Seg¨²n Conde-Ruiz y Lahera, el futuro contrato temporal deber¨ªa darse ¨²nicamente ante dos causas. La primera, organizativa, con motivo de una sustituci¨®n, como bajas, permisos, vacaciones o complementos de jornadas reducidas. La segunda, productiva, por alteraciones temporales en la producci¨®n o para proyectos con autonom¨ªa de la actividad de la empresa.
Esta clase de contrato trasladar¨ªa a la ley la reciente sentencia del pleno del Supremo de diciembre, que impide el contrato por obra ligado a una contrata o a una concesi¨®n administrativa, que tiene un ¡°notable impacto en el sector servicios¡±. ¡°Las actividades habituales y permanentes, dentro del objeto social de la empresa, deber¨ªan quedar cubiertas por trabajadores fijos¡±, a?aden los autores.
Los cambios propuestos en el informe, publicado por la Fundaci¨®n de Estudios de Econom¨ªa Aplicada, de la que Conde-Ruiz es subdirector, pretenden acabar con la profunda dualidad del mercado laboral espa?ol, esto es, la brecha entre fijos y temporales. Cada a?o hay 25 millones de contratos temporales en Espa?a, ¡°un aut¨¦ntico disparate que convierte nuestro mercado de trabajo en una aut¨¦ntica anomal¨ªa en nuestro entorno econ¨®mico¡±, se?ala el informe.
Adem¨¢s de la injusticia que supone para los trabajadores, Conde-Ruiz y Lahera afirman que la dualidad castiga a la sociedad espa?ola desde m¨²ltiples flancos: ¡°En primer lugar, no existen incentivos a la acumulaci¨®n de capital humano ni por parte del trabajador, ni por parte del empresario, que no le compensa formar a un trabajador que solo va a trabajar temporalmente en su empresa. En segundo lugar, incentiva la creaci¨®n de proyectos empresariales para los cuales la temporalidad no resulta un problema, sino una ventaja competitiva, es decir actividades de bajo valor a?adido y sin perspectivas de crecimiento de largo plazo. Ambos hechos son un lastre para la productividad, la gran olvidada de las ¨²ltimas d¨¦cadas¡±.
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