Econom¨ªa en tiempos de crisis
Las mejoras del mercado laboral y del sistema educativo son claves para incrementar la calidad del capital humano
La crisis sanitaria nos ha devuelto a un entorno de pesimismo que hace pensar que, transcurrida m¨¢s de una d¨¦cada desde la gran crisis financiera, hemos vuelto a la casilla de partida. Y ello no es del todo cierto. S¨ª es rese?able que la econom¨ªa espa?ola ha sufrido un shock sin precedentes, pero en estos ¨²ltimos a?os se han corregido algunos desequilibrios que hacen que la situaci¨®n no sea comparable con la que nos encontr¨¢bamos a finales de la primera d¨¦cada del siglo. Tras un comienzo de siglo marcado por un elevado desequilibrio entre el ahorro y la inversi¨®n ¡ªcanalizada fundamentalmente hacia el sector de la construcci¨®n¡ª, el defectuoso dise?o de la eurozona como ¨¢rea monetaria y la integraci¨®n financiera facilitaron los flujos de capital hacia nuestro pa¨ªs. Todo ello gener¨® un grave desequilibrio de la balanza por cuenta corriente que finaliz¨® con un extraordinario incremento del endeudamiento privado. En el segundo trimestre de 2010, la deuda de las familias y empresas no financieras con respecto al PIB alcanz¨® la cifra del 226,4%, cuando la media de la eurozona era del 165,7%.
Posteriormente, las medidas adoptadas para enfrentar la crisis debilitaron las finanzas p¨²blicas, con un incremento desorbitado del endeudamiento del Estado. Todo ello llev¨® al conjunto de la eurozona a una situaci¨®n l¨ªmite en la que el BCE tom¨® las riendas con el inolvidable ¡°whatever it takes¡± de Mario Draghi el 26 de julio de 2012. El posterior inicio de una fase expansiva a finales de 2013, truncado recientemente a ra¨ªz de la crisis de la covid, ha permitido la correcci¨®n de los desequilibrios mencionados. El saldo de la balanza por cuenta corriente es positivo desde 2012 y la deuda de las familias y empresas no financieras era del 149,8% del PIB el cuarto trimestre de 2019, cuando en la zona euro dicho ratio alcanzaba el 163,4%. Esto no significa que la situaci¨®n econ¨®mica fuese id¨ªlica, ya que, al elevado endeudamiento p¨²blico ¡ªcon una deuda del 95,5% sobre el PIB¡ª, hay que a?adir una elevada tasa de paro y, en general, un bajo crecimiento potencial de la econom¨ªa.
Pero la crisis de la covid ha supuesto una disrupci¨®n de mucho calado. Los esfuerzos realizados para apoyar a empresas y trabajadores han debilitado las finanzas p¨²blicas sobremanera. En el pasado a?o, el d¨¦ficit ascendi¨® al 11% del PIB y la deuda pas¨® de suponer el 95,5% del PIB anteriormente comentado al 120%. Ello pone al conjunto del Estado en una situaci¨®n de vulnerabilidad frente a eventualidades, a pesar de que la pol¨ªtica del BCE no solo garantiza las emisiones de deuda, sino que, adem¨¢s, los programas de compras de activos hacen que el coste medio de la misma siga disminuyendo. De hecho, por ejemplo, la cifra de intereses pagados por la deuda en 2020 es inferior a la de 2019, a pesar de que el monto total de la deuda en t¨¦rminos netos aument¨® en 156.749,4 millones durante el pasado a?o. Y cuando finalice el Programa de Compras de Emergencia Pand¨¦mica ¡ªPEPP¡ª, previsiblemente en marzo de 2022, se espera que, o bien sea sustituido por otro, o quiz¨¢ se utilice m¨¢s activamente el Programa de Compras de Activos ¡ªAPP¡ª dot¨¢ndolo de una mayor flexibilidad, lo que permitir¨¢ a pa¨ªses como Espa?a seguir disfrutando de un marco benigno para afrontar la situaci¨®n de las cuentas p¨²blicas. No obstante, al t¨¦rmino de la crisis sanitaria ser¨¢ necesario abordar un proceso de ajuste que mejore sustancialmente la situaci¨®n y permita disponer de la flexibilidad necesaria ante futuros acontecimientos. En este sentido, es preciso resaltar que hace escasas fechas hemos asistido a un primer paso en la reforma de las pensiones, que sienta las bases para tratar de garantizar la sostenibilidad y suficiencia del sistema. Aunque tambi¨¦n es cierto que los asuntos m¨¢s espinosos, los que realmente pueden hacer disminuir el d¨¦ficit de manera significativa, han quedado pospuestos para la segunda ronda.
Por otra parte, a medida que desaparecen las restricciones, la recuperaci¨®n cobra dinamismo y previsiblemente en 2022 recobremos los niveles de PIB previos a la pandemia. Las predicciones de algunos analistas apuntan a tasas de crecimiento en el entorno del 6%-6,5% para 2021 y entre el 6,5%-7% para el pr¨®ximo a?o. No obstante, tambi¨¦n se debe resaltar la intensidad de la destrucci¨®n de tejido productivo asociado a la crisis sanitaria. En 2020, han desaparecido 44.759 empresas, cifr¨¢ndose la ca¨ªda interanual en diciembre en un 3,3%. Y la desaparici¨®n del marco de ayudas podr¨ªa pasar una factura adicional. De hecho, centr¨¢ndonos en el endeudamiento de las empresas no financieras, se constata que el peso de la deuda sobre el PIB agregado ha pasado del 92,9% de finales de 2019 al 107,6% a finales de 2020, un incremento considerable en tiempo r¨¦cord. Pero tambi¨¦n es verdad que los saldos de efectivo y dep¨®sitos han aumentado un 27,4% y un 15,9%, respectivamente, en tasa interanual en dicho periodo de tiempo, cifras asimismo muy relevantes. Sin embargo, ello no significa que determinados segmentos del tejido empresarial no vayan a tener problemas, con las consecuencias negativas que ello tendr¨¢ en el mercado laboral, elevando la tasa de paro natural.
Es por ello por lo que los fondos Next Generation brindan una extraordinaria oportunidad a pa¨ªses como Espa?a para regenerar tejido modernizando la estructura y sentando las bases del futuro en las direcciones marcadas: la sostenibilidad medioambiental y la digitalizaci¨®n. Con un monto total de 140.000 millones ¡ªde los que aproximadamente la mitad tendr¨ªa la forma de subvenciones¡ª, a los que habr¨ªa que sumar la adicional movilizaci¨®n de fondos privados, la cifra total que se podr¨ªa alcanzar es impresionante. Obviamente la clave est¨¢ en la calidad de los proyectos y en que estos est¨¦n en l¨ªnea con las directrices marcadas. Adem¨¢s, lo anterior deber¨¢ acompa?arse de medidas adicionales en materia de reformas que ayuden asimismo a incrementar el potencial de crecimiento de la econom¨ªa espa?ola. La mejora del mercado laboral y del sistema educativo con vistas a incrementar la calidad del capital humano son aspectos clave y deben alinearse con la nueva hoja de ruta de la Comisi¨®n Europea para afrontar con ¨¦xito las transiciones energ¨¦tico-clim¨¢tica y digital.
Joseba Madariaga es profesor en Deusto Business School y director de estudios de Laboral Kutxa.
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