El teletrabajo no ha venido para quedarse
La ley que regul¨® por primera vez este modelo para proteger a los trabajadores se ha convertido en un freno para su implantaci¨®n porque las empresas consideran que les exige demasiadas cargas
Antes de la pandemia, se ve¨ªa el teletrabajo como el modelo laboral del futuro. En los meses m¨¢s duros del coronavirus, y especialmente durante el confinamiento domiciliario, las empresas tiraron de esta modalidad como ¨²nica v¨ªa para mantener su actividad, lo que inund¨® las redes sociales de im¨¢genes de oficinas improvisadas en casa. Y ahora, una vez que se recupera una cierta normalidad laboral, muchos trabajadores retornan a la presencialidad. Los motivos son m¨²ltiples y var¨ªan en funci¨®n de cada caso. Sin embargo, las fuentes consultadas convergen en una misma idea: la ley de septiembre de 2020 que se aprob¨® para la regulaci¨®n del teletrabajo resta flexibilidad a las compa?¨ªas e impone unas cargas que no todas las firmas est¨¢n dispuestas a asumir. El resultado es que al empleo a distancia se le escapa el tren, pierde fuelle tras meses de furor y sigue siendo ese futuro que no llega.
¡°Al inicio del confinamiento la gente estaba encantada, pero luego vieron que no era tan bonito¡±, dice Mar¨ªa Rivero, que lleva teletrabajando como traductora de italiano desde Ciudad Rodrigo (Salamanca) nueve a?os, y hace cinco cre¨® el blog sobreviviratrabajarencasa.com. En ¨¦l explica c¨®mo abordar la fusi¨®n entre domicilio y oficina. ¡°El teletrabajo no favorece la conciliaci¨®n, todo lo contrario. He perdido clientes porque no pod¨ªa ocuparme de mis hijas [tiene dos] y de los encargos¡±, reconoce.
Antes de la covid, el uso del teletrabajo era poco frecuente en Espa?a. Seg¨²n el Instituto Nacional de Estad¨ªstica (INE), el 31,3% de los trabajadores ejerc¨ªa su labor en alg¨²n momento en remoto antes de la pandemia. No obstante, seg¨²n matiza la Encuesta de Poblaci¨®n Activa (EPA) del organismo p¨²blico, tan solo el 4,8% de los ocupados lo hac¨ªa m¨¢s de la mitad de los d¨ªas, muy por debajo de pa¨ªses como Pa¨ªses Bajos (14%), Finlandia (13,3%) y Luxemburgo (11%).
La falta de implantaci¨®n de esta relaci¨®n laboral gener¨® un vac¨ªo legal que se resolv¨ªa mediante el establecimiento de un acuerdo entre la empresa y los empleados, ya fuese de forma colectiva o individual. M¨¢s all¨¢ de este remiendo, no exist¨ªa una hoja de ruta com¨²n ni unos requisitos m¨ªnimos.
En el contexto de emergencia sanitaria el uso del teletrabajo se dispar¨®. Durante los Estados de alarma, el INE cifra la plantilla que utiliz¨® en alg¨²n momento el trabajo en remoto en el 46,7%. Y en el primer semestre de este a?o, ten¨ªan previsto hacerlo un 35,3%, seg¨²n el Instituto. Es decir, se qued¨® solo cuatro puntos por encima del dato prepandemia. Y falta por ver el impacto que tendr¨¢ la vuelta a una casi normalidad tras las vacaciones. Seg¨²n los expertos consultados, se prev¨¦ que supere el dato previo a la covid, aunque por debajo del pico durante el confinamiento. Eso s¨ª, el INE recoge el porcentaje de la plantilla que usa el trabajo en remoto en alg¨²n momento, pero no los que lo hacen a partir de un tiempo determinado de su jornada, como dice la ley del teletrabajo. Es decir, marcar¨¢ un dato por encima del que realmente se le aplicar¨¢ la norma.
30% de la jornada laboral
En concreto, la ley del teletrabajo, que reconoce que en la actualidad ¡°m¨¢s que trabajo a domicilio lo que existe es un trabajo remoto y flexible¡±, establece que este es el que se presta durante al menos un 30% de la jornada en un per¨ªodo de referencia de tres meses. Adem¨¢s, obliga a las partes a que haya un acuerdo por escrito, que debe ser voluntario y reversible. Y la compa?¨ªa tiene que hacer frente obligatoriamente a los gastos derivados de prestar sus servicios a distancia. ¡°El desarrollo del trabajo a distancia deber¨¢ ser sufragado o compensado por la empresa, y no podr¨¢ suponer la asunci¨®n por parte de la persona trabajadora de gastos relacionados con los equipos, herramientas y medios vinculados al desarrollo de su actividad laboral¡±, se recoge en la norma publicada en el Bolet¨ªn Oficial del Estado (BOE) el 23 de septiembre de 2020, con la que se buscaba proteger a los trabajadores.
¡°El teletrabajo en pandemia fue de las primeras medidas que se tomaron. Lo que hizo la ley fue buscar una soluci¨®n para el futuro, adaptarse a los nuevos tiempos, al siglo XXI. De hecho, la ley recoge que los que ya estaban teletrabajando en pandemia pudiesen seguir haci¨¦ndolo sin el acuerdo de trabajo. La ley es para los nuevos acuerdos y los antiguos, pero con un per¨ªodo de adaptaci¨®n¡±, explican fuentes del Ministerio de Trabajo. ¡°No tiene escasa flexibilidad, al rev¨¦s, el 30% permite las jornadas semipresenciales. No haberlo definido hubiese supuesto una indeterminaci¨®n entre las fronteras del trabajo a distancia y presencial, de enorme inseguridad jur¨ªdica, como ten¨ªa la norma del PP. El 30% fue un acuerdo con empresarios y representantes de los trabajadores¡±, a?aden.
Sin embargo, la norma no termina de convencer a todos: los requisitos del tiempo m¨ªnimo y el coste adicional que recoge conforman la gatera por la que se escapa el teletrabajo. ¡°Las empresas lo que nos preguntan es por c¨®mo pueden saltarse la norma para librarse de esas obligaciones¡±, explica la abogada Ana G¨®mez, socia del ¨¢rea laboral del bufete Ceca Mag¨¢n. ¡°Delimitar el teletrabajo con un porcentaje es lo m¨¢s inflexible del mundo¡±, a?ade Jos¨¦ Luis Risco, socio responsable de Recursos Humanos de EY. Y va m¨¢s all¨¢ sobre el dise?o de la ley, que no responde a la realidad actual. ¡°Ha sido concebida para un per¨ªodo como el del confinamiento, no para ahora¡±, destaca.
La intimidad entra en la ecuaci¨®n
No es el ¨²nico que piensa as¨ª. ¡°No se ha hecho un esfuerzo de imaginaci¨®n con esta ley¡±, argumenta Eva Rimbau, profesora agregada de los Estudios de Econom¨ªa y Empresa de la UOC. ¡°No tiene sentido que el teletrabajo del futuro pr¨®ximo sea como el que hemos tenido durante la pandemia¡±, indica. En esas estrategias para bordear la aplicaci¨®n de la ley, hay algunas empresas, especialmente las de menor tama?o, que se agarran al mantenimiento de los acuerdos que alcanzaron con su plantilla dentro del marco de la pandemia para evitar dar el salto. ¡°El teletrabajo puede suponer un cierto ahorro, pero en las compa?¨ªas m¨¢s peque?as es mucho m¨¢s dif¨ªcil mantener los gastos de dos formas de trabajo para un solo empleado¡±, sostiene Gerardo Cuerva, presidente de Cepyme.
En el art¨ªculo 7 de la secci¨®n segunda de la ley se estipula que dentro del contenido m¨ªnimo obligatorio del acuerdo entre empresa y empleado se ha de definir el lugar de trabajo elegido por la persona trabajadora, y este deber¨¢ superar una evaluaci¨®n de riesgos. As¨ª, la introducci¨®n del domicilio en la ecuaci¨®n provoca una nueva complicaci¨®n para su control, esta vez en la autoridad laboral. ¡°La Constituci¨®n recoge la inviolabilidad del domicilio [art¨ªculo 18], por lo que nosotros no podemos presentarnos en casa de nadie y entrar aunque no nos dejen, como s¨ª pasar¨ªa en una empresa¡±, reconoce Eva Olivares, presidenta del Sindicato Estatal de Subinspectores Laborales de Empleo y Seguridad Social (SESLAESS). ¡°Se dan casos en los que hay una persona que est¨¢ en ERTE, pero teletrabaja. Y para poder demostrarlo es m¨¢s complicado¡±, se suma Ana Ercoreca, inspectora y presidenta del Sindicato de Inspectores de Trabajo (SITSS).
La excepcionalidad del sector p¨²blico
El salto obligado al teletrabajo por la irrupci¨®n del virus no fue un desaf¨ªo exclusivo del sector privado. La Administraci¨®n p¨²blica se sum¨® al carro, no obstante, hoy ya no queda pr¨¢cticamente nadie en ¨¦l. ¡°Se hizo todo de una manera an¨¢rquica, sin protocolo, sin reparar en temas de seguridad como se vio con el ataque inform¨¢tico al SEPE [un virus de tipo ransomware paraliz¨® el trabajo en 710 oficinas presenciales y 52 telem¨¢ticas del organismo que gestiona las prestaciones a principios de marzo de este a?o]¡±, recuerda Josetxo G¨¢ndara, responsable de Acci¨®n Sindical de CC OO en la Administraci¨®n General del Estado.
La regulaci¨®n de los trabajadores p¨²blicos no se contempla en la ley de teletrabajo, depende del criterio del Ministerio de Funci¨®n P¨²blica. Y en octubre les pidi¨® que regresasen a sus puestos f¨ªsicos y limit¨® el trabajo a distancia en un m¨¢ximo del 20% de la jornada. ¡°Se precipit¨® la vuelta de los funcionarios porque el teletrabajo est¨¢ creando un malestar en una parte de la ciudadan¨ªa que denuncia que cuando quiere hacer alguna gesti¨®n no consigue que alguien lo atienda¡±, justifica G¨¢ndara.
De esta forma, tras m¨¢s de a?o y medio de v¨¦rtigo de teletrabajo en el sector privado y p¨²blico, ahora se queda casi como una moda pasajera. Las semanas en las que cosech¨® mayor inter¨¦s en las b¨²squedas de Google fueron las del 15 al 21 de marzo ¡ªcuando entr¨® en vigor el Estado de alarma¡ª y en la del 20 al 26 de septiembre ¡ªcon la aprobaci¨®n de la ley¡ª. Desde entonces la curva ha ca¨ªdo, al igual que su uso. Una modalidad laboral eficaz que no termina de convencer. Al menos no con las condiciones actuales.
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