El multimillonario y el denunciante que ayudan a la ¡®garganta profunda¡¯ de Facebook
El fundador de eBay y un grupo de abogados liderado por un antiguo confidente dan apoyo econ¨®mico y legal a Frances Haugen, responsable de la gran filtraci¨®n sobre la red social
La ingeniera de 37 a?os Frances Haugen, que ha llevado a Facebook hasta la peor crisis en sus 17 a?os de historia con la filtraci¨®n de miles de documentos, no est¨¢ sola en su lucha por difundir las cuestionadas pr¨¢cticas de la empresa (ahora rebautizada Meta) y exigir una legislaci¨®n que ponga coto a la red social. La exempleada est¨¢ recibiendo apoyo econ¨®mico de una de las principales figuras del mundo digital, Pierre Omidyar, que fund¨® eBay en 1995 y es uno de los grandes cr¨ªticos del sector, una muestra del entusiasmo que sus revelaciones han generado entre los descontentos en Silicon Valley con la concentraci¨®n de poder de las tecnol¨®gicas. Esta ayuda se une a la de la organizaci¨®n Whistleblower Aid, que proporciona ayuda legal a los denunciantes y est¨¢ dirigida por John Tye (un abogado y antiguo informador), y al de una firma de comunicaci¨®n de California dirigida por un exasesor de Barack Obama.
Pocos informadores cuentan con un respaldo de estas caracter¨ªsticas para dar la cara y enfrentarse a una gran compa?¨ªa. ¡°Nuestro apoyo ayudar¨¢ a cubrir todos los gastos de viaje, log¨ªstica y comunicaci¨®n del equipo de Frances¡±, indica un portavoz de Luminate, la organizaci¨®n sin ¨¢nimo de lucro fundada por Omidyar y su esposa, Pam, en 2004 y que ha destinado desde entonces unos 418 millones de d¨®lares (370 millones de euros) para combatir, entre otras cosas, la polarizaci¨®n y la desinformaci¨®n. ¡°Decidimos apoyarla porque est¨¢ claro que las pruebas que presentaba y las revelaciones no tienen precedentes, y que sean difundidas es un asunto de inter¨¦s general que la gente debe saber y debatir¡±, explica por correo electr¨®nico Ben Scott, uno de los responsables del grupo.
El respaldo financiero del fundador de la web de comercio electr¨®nico eBay, cuya fortuna personal se estima en unos 21.400 millones de d¨®lares (18.900 millones de euros), ha servido para pagar la reciente gira europea de Haugen para hablar ante el Parlamento Europeo el 8 de noviembre y acudir a un evento en Portugal, la semana anterior, con el objetivo de explicar a los eurodiputados sus hallazgos en Facebook y promover que se cambie la regulaci¨®n en torno a las grandes tecnol¨®gicas.
Haugen asegura, aportando miles de documentos como prueba, que Facebook antepone su beneficio al inter¨¦s general. ¡°Los papeles no solo muestran que sus productos pueden ser da?inos para la gente, sino tambi¨¦n que la compa?¨ªa es consciente de ello, pero no hace nada, y todo esto nos hace pensar c¨®mo se puede actuar de forma eficiente para proteger a los usuarios, la salud de las adolescentes, la integridad de unas elecciones y muchas m¨¢s cosas¡±, opina Scott. Facebook ha afirmado que la informaci¨®n proporcionada por Haugen est¨¢ sacada de contexto y niega que act¨²e de mala fe.
La gran filtraci¨®n comenz¨® en realidad hace casi un a?o, cuando en diciembre Haugen contact¨® con Jeff Horowitz, periodista de tecnolog¨ªa de The Wall Street Journal, para ofrecerle la primicia. Meses despu¨¦s, a la vez que el diario financiero investigaba el material, la ingeniera de datos empez¨® a dejarse aconsejar y proteger por una de las organizaciones que ayudan a los informantes, Whistleblower Aid, fundada en 2017 por los abogados Mark Zaid y John Napier Tye. El primero es conocido, entre otros casos, por representar al antiguo propietario de Harrods Mohammed al Fayed en un controvertido caso de 2001 en el que acusaron (sin ¨¦xito) a la CIA de vigilar a la princesa Diana antes de su muerte en Par¨ªs en 1997. Tye, por su parte, es un exempleado del Departamento de Estado norteamericano que denunci¨® en 2014 ciertas pr¨¢cticas de vigilancia electr¨®nica del Gobierno de EE UU.
Para los contactos con los medios, y organizar una nueva ronda de filtraciones con otra veintena de peri¨®dicos que fueron publicadas un mes despu¨¦s que las del Journal, Haugen cont¨®, seg¨²n se ha publicado en la prensa estadounidense, con el gigante de las relaciones p¨²blicas Bryson Gillette, cuyo asesor en jefe es Bill Burton, antiguo asesor del expresidente Barack Obama.
¡°Uno de los servicios que damos es asegurarnos de que nuestros clientes son capaces de hablar de forma eficiente con los medios, o los pol¨ªticos¡±, explicaba Zaid sobre el papel de Whistleblower Aid en una entrevista reciente con la web Gizmodo. La organizaci¨®n anima a los denunciantes a que, en lugar de filtrar sin m¨¢s documentos a la prensa, busquen antes una ¡°representaci¨®n legal efectiva, para minimizar posibles represalias¡±, especialmente cuando se trata de temas que afectan a la seguridad nacional. Un ejemplo de c¨®mo desvelar secretos puede hipotecar el resto de una vida es el de Edward Snowden, el analista de la Agencia de Seguridad Nacional norteamericana que vive escondido en Rusia tras sus revelaciones sobre dos programas gubernamentales de vigilancia masiva en Estados Unidos.
Los whistleblowers del sector tecnol¨®gico arriesgan menos que los que sacan a la luz los grandes secretos oficiales, pero se enfrentan a posibles represalias legales de las empresas o a da?ar el futuro de su carrera. Sophie Zhang, que trabaj¨® para Facebook durante casi tres a?os antes de ser despedida en el oto?o de 2020 por ¡°bajo rendimiento¡±, no se arrepiente de haber sacado a la luz pr¨¢cticas de la compa?¨ªa que considera alejadas de la ¨¦tica. ¡°Tampoco dir¨ªa que estoy feliz por ello, porque denunciar nunca es f¨¢cil¡±, explica por tel¨¦fono Zhang, de 30 a?os, desde su casa en California.
Tras salir de la empresa (y rechazar una indemnizaci¨®n de 64.000 d¨®lares para no tener que firmar un acuerdo de confidencialidad), Zhang ha estado contando, en internet, medios de comunicaci¨®n y en el Congreso norteamericano, que los Gobiernos de pa¨ªses como Honduras y Azerbaiy¨¢n usaban cuentas falsas de Facebook para influir en la opini¨®n p¨²blica. En la India y Ecuador, la cient¨ªfica de datos detect¨® acciones coordinadas para manipular a la gente. Lo comunic¨® a Facebook, pero asegura que sus informaciones no se tomaron en serio. La experiencia de Zhang le llev¨® a concluir: ¡°Mis manos est¨¢n manchadas de sangre¡±. La empresa no ha desmentido sus declaraciones, pero ha minimizado su importancia.
Desde entonces, Zhang est¨¢ centrada en dar entrevistas y divulgar sus hallazgos: ¡°No tengo un trabajo de momento, aunque en el futuro espero recuperar una vida normal. Soy muy introvertida y no me gusta llamar la atenci¨®n. No cobro por lo que hago para difundir las pr¨¢cticas de mi antigua empresa. Tengo ahorros, porque aunque era una empleada de bajo nivel, en Silicon Valley los salarios son desorbitados y cobraba 200.000 d¨®lares al a?o¡±. Se ha pagado a su propio abogado, aunque recientemente cuenta que le han ofrecido ayuda, sin concretar. ¡°Ser un denunciante no es f¨¢cil, no hay mucha gente que d¨¦ el paso. Frances ha demostrado ser muy valiente¡±, afirma.
Tirar de la manta puede cambiar la vida a quien lo hace. Haugen vive ahora en Puerto Rico y, seg¨²n ha contado a The New York Times, tiene sus propios recursos financieros. Como explic¨® a este diario: ¡°Por ahora estoy bien, porque compr¨¦ criptomonedas en el momento adecuado¡±.
Otra importante denunciante de las big tech es Ifeoma Ozoma, que en 2020 dimiti¨® en Pinterest tras denunciar discriminaci¨®n racial y de g¨¦nero. Ha sido una de las impulsoras de una nueva legislaci¨®n que se acaba de aprobar en California (Silence No More Act) para limitar los casos en los que las empresas pueden exigir un acuerdo de confidencialidad para evitar que los trabajadores denuncien pr¨¢cticas que consideran discriminatorias.
En el ¨¢mbito m¨¢s econ¨®mico, el supervisor burs¨¢til estadounidense (SEC, en ingl¨¦s) tiene un canal de denuncias y se ofrecen recompensas seg¨²n el dinero recuperado. En Espa?a, tambi¨¦n hay un servicio similar (aunque sin contraprestaci¨®n econ¨®mica). Mientras, una nueva directiva en la UE busca dar mayor protecci¨®n a los whistleblowers en general.
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