Evitemos otro C¨¢diz
Cambiar las normas de la negociaci¨®n colectiva permitir¨ªa un reparto justo de las ganancias sin tener que recurrir a huelgas
La reforma laboral de 2012 apost¨® por mejorar la competitividad devaluando los salarios y ahora sufrimos las consecuencias. La conflictividad vista en las ¨²ltimas semanas (en C¨¢diz, huelga del metal en Alicante, de la limpieza en Castell¨®n, amenaza de huelga en el sector c¨¢rnico) es el resultado directo de la p¨¦rdida de poder adquisitivo que han sufrido los trabajadores en la ¨²ltima d¨¦cada. Y la realidad es que con el desmontaje de las normas que protegen la negociaci¨®n colectiva, el incremento de la conflictividad era previsible.
Una de las principales funciones de la normativa laboral es, precisamente, permitir una negociaci¨®n pausada y reglada con objeto de evitar que la ¡°sangre llegue al r¨ªo¡±. Sin embargo, el desequilibrio en el poder de negociaci¨®n generado por la reforma laboral de 2012 ha dificultado a la parte social obtener mejoras salariales en la mesa de negociaci¨®n sin tener que recurrir a salir a la calle y al conflicto.
As¨ª, por ejemplo, en la ¨²ltima d¨¦cada, las cl¨¢usulas de salvaguarda salarial ¡ªaquellas que permiten aumentar el salario autom¨¢ticamente conforme aumenta el IPC¡ª han pasado de proteger el salario frente a p¨¦rdidas de poder adquisitivo del 71% de los trabajadores a solamente un 19%. Adicionalmente, este menor recurso al IPC como indexador autom¨¢tico de los salarios en la negociaci¨®n colectiva no ha ocasionado su sustituci¨®n por otras f¨®rmulas de incremento retributivo (participaci¨®n en beneficios empresariales, en la productividad o en la competitividad empresarial), sino que sencillamente las personas trabajadoras han visto c¨®mo decrec¨ªa su poder adquisitivo en la ¨²ltima d¨¦cada.
Ni siquiera en las cabezas m¨¢s optimistas creo que cupiera la posibilidad de mantener de forma indefinida la p¨¦rdida de poder adquisitivo de la clase trabajadora sin que los sindicatos se plantaran y se echaran a la calle.
Con los brotes verdes a la vuelta de la esquina no es momento de obstinarse con la devaluaci¨®n salarial. Bien al contrario, hay que apostar por un crecimiento de la competitividad basado en la mejora de la productividad y de la calidad de los productos y servicios producidos. Este reto exige inversi¨®n en formaci¨®n del capital humano, innovaci¨®n metodol¨®gica/organizativa y tecnol¨®gica. Tres cosas incompatibles con un modelo de relaciones laborales basado en salarios bajos.
En efecto, con bajos salarios, dif¨ªcilmente se obtendr¨¢ la cooperaci¨®n necesaria de los trabajadores para incrementar la productividad, cuando no directamente estalle el conflicto social hundiendo, con ello, la producci¨®n de cualquier empresa afectada.
La clave para mejorar la productividad y mejorar el poder adquisitivo de los trabajadores pasa por cambiar las normas de la negociaci¨®n colectiva para permitir un reparto justo de las ganancias sin tener que recurrir a huelgas.
Adri¨¢n Todol¨ª es profesor de Derecho del Trabajo de la Universidad de Valencia.
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