La globalizaci¨®n entra en barrena
La guerra en Ucrania es el ¨²ltimo episodio de una bater¨ªa de cambios hacia un modelo m¨¢s fraccionado y compartimentado en la econom¨ªa global
A diferencia de lo que sucede con una pandemia, las guerras provocan cambios estructurales en la econom¨ªa global y la invasi¨®n rusa de Ucrania no va a ser una excepci¨®n, como apunta Enrique Fe¨¢s, investigador del Real Instituto Elcano. Pas¨® con la Primera Guerra Mundial, que puso freno a la primera ola globalizadora, y sucedi¨® tambi¨¦n con la Segunda, que deriv¨®, por un lado, en la Guerra Fr¨ªa y propici¨® por el otro el establecimiento de instituciones para facilitar la gobernanza global. Ahora, el conflicto ha agudizado cambios que ven¨ªan produci¨¦ndose desde hace a?os y ha reescrito d¨¦cadas de orden geopol¨ªtico y cooperaci¨®n multilateral.
¡°A falta de una palabra mejor, la desglobalizaci¨®n ha desatado un shock pol¨ªtico y econ¨®mico masivo en Europa, aunque no solo aqu¨ª. Lo que nos espera cuando pase el shock, c¨®mo ser¨¢ la pr¨®xima normalidad, todav¨ªa est¨¢ por ver, pero hay cambios dr¨¢sticos evidentes¡±, subraya por correo electr¨®nico Erik Nielsen, asesor econ¨®mico de Unicredit. Solo en los ¨²ltimos a?os, la globalizaci¨®n se ha visto golpeada por las consecuencias de la crisis financiera de 2008, la guerra comercial desatada entre Estados Unidos y China, la pandemia del coronavirus y, ahora, la guerra en Ucrania. Cada uno de estos episodios ha ido ara?ando espacio al libre comercio y la libre circulaci¨®n de bienes y personas y hoy avanzamos sin remedio hacia un modelo m¨¢s fraccionado y compartimentado del que las autoridades han impulsado en d¨¦cadas.
La economista jefe de la Organizaci¨®n para la Cooperaci¨®n y el Desarrollo Econ¨®mico (OCDE), Laurence Boone, ya advert¨ªa a finales de marzo que ¡°esta guerra ha puesto en marcha fuerzas desglobalizadoras que podr¨ªan tener efectos profundos e impredecibles¡±. Por lo pronto, los economistas de ING anticipan que el comercio mundial se desplomar¨¢ este a?o y que los flujos comerciales se ver¨¢n severamente reajustados en busca de una mayor autosuficiencia, una din¨¢mica que se inici¨® con la pandemia.
Para el premio Nobel Paul Krugman puede haber efectos adversos: ¡°Si bien la globalizaci¨®n tal como la conoc¨ªamos ten¨ªa aspectos negativos, las consecuencias ser¨¢n a¨²n peores si, como otros muchos y yo mismo tememos, asistimos a un retroceso significativo del comercio mundial¡±. Miguel Sebasti¨¢n, profesor de An¨¢lisis Econ¨®mico de la Universidad Complutense, discrepa. ¡°No creo que una ca¨ªda en el comercio mundial sea en s¨ª misma una muestra de desglobalizaci¨®n. S¨ª que veo ese fen¨®meno en dos ¨¢mbitos: por un lado, el impacto que va a tener la huella de carbono, que va a primar la producci¨®n de proximidad para reducir la penalizaci¨®n por emisiones de transporte, y, por otro, la seguridad del suministro, que va a acabar con la teor¨ªa competitiva de David Ricardo por el que cada pa¨ªs se especializa en determinadas ¨¢reas y va a traer de vuelta producci¨®n que se hab¨ªa externalizado a terceros pa¨ªses¡±, subraya.
Pero el impacto de la seguridad sobre las relaciones comerciales va mucho m¨¢s all¨¢ de las cadenas de suministro a las que alude Sebasti¨¢n, aunque sean unas de las principales afectadas, especialmente tras la pandemia. Fue el anterior presidente de EE UU, Donald Trump, el que esgrimi¨® el argumento de la seguridad en su guerra comercial y tecnol¨®gica con China, un postulado ahora asumido por todo el mundo occidental en el desarrollo, por ejemplo, del 5G. El conflicto en Ucrania ha abierto otro ¨¢ngulo en el ¨¢mbito de la seguridad: que el suministro proceda de socios fiables y con los que se comparten valores.
De hecho, la guerra ha servido de llamada de atenci¨®n para aquellos pa¨ªses que se mostraban reticentes a cortar lazos con reg¨ªmenes autoritarios. Desde el final de la Segunda Guerra Mundial, la teor¨ªa de las relaciones internacionales se ha basado en profundizar en la interdependencia econ¨®mica como v¨ªa para evitar el conflicto armado. Es lo que los alemanes denominan ¡°Wandel durch handel¡±, el cambio a trav¨¦s del comercio, desde el convencimiento de que las pol¨ªticas autoritarias de pa¨ªses como China o Rusia se transformar¨ªan en un sistema m¨¢s libre, abierto y democr¨¢tico mediante lazos econ¨®micos m¨¢s estrechos. Eso explica, en buena medida, que la primera econom¨ªa europea haya acabado dependiendo para la mayor parte de su suministro energ¨¦tico de Rusia. Pase lo que pase ya en Ucrania, Mosc¨² ha dejado de ser un socio fiable para Europa y el resto del mundo occidental y la decisi¨®n de reducir progresivamente la compra de energ¨ªa a Rusia no va a cambiar. Adem¨¢s, y de vuelta a la seguridad, una vez que grandes compa?¨ªas como BP o Shell han anunciado su intenci¨®n de retirarse del mercado ruso asumiendo p¨¦rdidas milmillonarias no es f¨¢cil que los inversores vuelvan a apostar por el pa¨ªs en el medio plazo. En palabras de Erik Nielsen, ¡°Rusia va a seguir siendo un Estado paria durante al menos la pr¨®xima d¨¦cada, y eso va a suponer que buena parte de las sanciones comerciales, financieras y de todo tipo se van a mantener¡±.
Cambios financieros
Con todo, el mayor cambio que ha propiciado la invasi¨®n de Ucrania ha sido el que afecta al sistema financiero, el sector m¨¢s beneficiado de la globalizaci¨®n. ¡°La exclusi¨®n del sistema de mensajer¨ªa interbancaria Swift de varios bancos rusos y del procesamiento de pagos a trav¨¦s de la c¨¢mara de compensaci¨®n ha llevado a China a acelerar su alternativa para intentar reducir su vulnerabilidad¡±, asegura Fe¨¢s. ¡°Lo mismo sucede con las reservas en divisas y el uso de monedas alternativas al d¨®lar para desvincularse progresivamente del billete verde¡±, insiste. ¡°No es algo que vaya a pasar de un d¨ªa para otro, porque para convertirse en activo de reserva hace falta que la moneda sea plenamente convertible, que el pa¨ªs sea pol¨ªtica e institucionalmente estable y que est¨¦ garantizada la independencia del banco central. Pero el camino ya se ha iniciado. El banco central de China ha empezado a promover swaps de divisas con otros bancos centrales y a intentar que empresas y gobiernos extranjeros emitan valores en los mercados chinos para ganar liquidez y profundidad¡±, apunta Fe¨¢s.
Este nuevo escenario afecta profundamente a las relaciones internacionales. Las instituciones surgidas tras la Segunda Guerra Mundial, como el Fondo Monetario Internacional (FMI), no han sido capaces de adaptarse al cambio experimentado por la econom¨ªa y la pol¨ªtica global en estos a?os. El consenso para reformar la Organizaci¨®n Mundial del Comercio (OMC), que ya hab¨ªa apuntillado Trump, resulta a d¨ªa de hoy literalmente imposible. Y el futuro de foros que hab¨ªan surgido m¨¢s recientemente, como el G-20, y que permiti¨® la coordinaci¨®n global en plena crisis financiera, est¨¢ seriamente en peligro, seg¨²n apuntaba recientemente el fundador de la consultora Eurasia, Ian Bremmer, en su nota semanal.
¡±La invasi¨®n rusa de Ucrania pone fin a la globalizaci¨®n¡±, dec¨ªa en su carta anual a los accionistas, Larry Fink, presidente del mayor fondo de inversi¨®n del mundo, BlackRock. Los expertos no se atreven a ir tan lejos, pero s¨ª a que habr¨¢ una ¡°pr¨®xima normalidad¡± distinta a la de los ¨²ltimos a?os.
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