El asalto de Elon Musk a Twitter: un ¡®thriller¡¯ con amagos de pu?etazo en la mesa
Cronolog¨ªa de la opa hostil contra la red social, una ofensiva que Musk ha desarrollado con luz y taqu¨ªgrafos en apenas un mes
Elon Musk, el hombre m¨¢s rico del mundo, el palad¨ªn libertario ¡ªo absolutista, para sus cr¨ªticos¡ª de la libertad de expresi¨®n, ha usado los tuits como ¨®rdagos en el acoso y derribo de Twitter, con una serie de andanadas propias del bravuc¨®n de la clase que a punto estuvieron de hacer descarrilar la negociaci¨®n con los 11 miembros de la junta directiva de la red social. Desplantes de divo y espantadas jalonaron el proceso, y el riesgo de un pu?etazo encima de la mesa plane¨® incluso en la madrugada del lunes, horas antes de anunciarse el acuerdo por el que el extempor¨¢neo ejecutivo, nacido en Sud¨¢frica y ciudadano estadounidense desde 2002, se hac¨ªa, por fin, con su nuevo y car¨ªsimo juguete.
Esta es la reconstrucci¨®n de d¨ªas de fren¨¦ticas negociaciones que tuvieron a 220 millones de usuarios en vilo. Una gran tormenta empresarial y medi¨¢tica con ritmo de thriller que se ha desarrollado en menos de un mes y que ha concentrado toda la tensi¨®n en apenas diez d¨ªas.
La oferta inicial. Despu¨¦s de convertirse a primeros de abril en el principal accionista de Twitter al adquirir el 9% de los t¨ªtulos, Musk coquete¨® con la posibilidad de incorporarse a su junta directiva, autoinvit¨¢ndose. Pero luego se ech¨® atr¨¢s, mientras tuiteaba una serie de improperios sobre la red a sus m¨¢s de 80 millones de seguidores, del estilo de ¡°Twitter apesta¡± (m¨¢s tarde prometi¨® enmendar su naturaleza lenguaraz y no desacreditar a la empresa con sus comentarios). El d¨ªa 13, por la tarde, lanz¨® el ¨®rdago a la grande: su envite de comprar toda la compa?¨ªa y sacarla de Bolsa, para lo que puso sobre la mesa, de una tacada, 43.400 millones de d¨®lares (unos 40.000 millones de euros). El d¨ªa 14, jueves, la junta de accionistas dijo que considerar¨ªa ¡°cuidadosamente¡± la propuesta, pero tras una reuni¨®n de varias horas, los antiguos due?os plantaron cara al magnate: no se lo iban a poner nada f¨¢cil, ni mucho menos barato.
La cl¨¢usula de la ¡®p¨ªldora venenosa¡¯. La maniobra de defensa corporativa conocida en EE UU como p¨ªldora venenosa consiste en evitar una opa hostil al encarecer las acciones del objetivo. Como escudo o ejercicio de autodefensa, es un recurso frecuente. As¨ª fue como Twitter intent¨® mantenerse a salvo de Musk, respondiendo el d¨ªa 15 a su oferta de compra con esta salvaguarda, vigente en principio durante un a?o, para ganar tiempo. La p¨ªldora venenosa no s¨®lo protege a los accionistas, tambi¨¦n entorpece la llegada de socios tipo caballo de Troya (como Musk), dispuestos a conquistar el poder desde dentro. Pero la tarde del mismo jueves, el milmillonario ya advirti¨® de que ten¨ªa un plan b para salvar el escollo. El factor psicol¨®gico de la guerra de nervios empezaba a paralizar al adversario.
La financiaci¨®n, lo primero. Aunque su oferta original no abundaba en detalles y Wall Street la recibi¨® con escepticismo, Musk se movi¨® r¨¢pidamente para asegurarse apoyos por valor de 46.500 millones de d¨®lares y poder as¨ª financiarla, mientras presionaba a la direcci¨®n de Twitter para que tomara en serio sus avances. El jueves 21, una semana despu¨¦s de activarse la cl¨¢usula de la p¨ªldora venenosa, el due?o de Tesla desvel¨® que hab¨ªa presentado en la v¨ªspera documentos en la Comisi¨®n de Bolsa y Valores (SEC, en sus siglas inglesas, el regulador burs¨¢til estadounidense) que mostraban la seriedad de su prop¨®sito: una combinaci¨®n de deuda y efectivo. El banco de inversi¨®n Morgan Stanley y un grupo de prestamistas le respaldaban con 13.000 millones de financiaci¨®n y otros 12.500 millones en pr¨¦stamos contra sus acciones en Tesla. A ello se a?ad¨ªan otros 21.000 millones cuyo origen estar¨ªa menos claro, y que se especulaba con que podr¨ªan obligar al magnate a vender parte de su participaci¨®n en Tesla para obtenerlos. Las cartas financieras sobre la mesa a?adieron presi¨®n a la direcci¨®n de Twitter.
Addenda: Despu¨¦s de cerrarse el acuerdo, Musk vendi¨® esta semana acciones de Tesla por valor de unos 8.500 millones de d¨®lares para hacer caja. Asegura que ser¨¢ el ¨²ltimo paquete del que se deshace, lo que apenas ha tranquilizado a los accionistas del fabricante de coches el¨¦ctricos, que desde principios de abril, cuando Musk inici¨® el asalto a Twitter, ha perdido un 20% de su valor en Bolsa.
La cocina del acuerdo. Con la financiaci¨®n m¨¢s clara, la direcci¨®n de Twitter capitul¨® durante una reuni¨®n celebrada en la ma?ana del domingo 24; posteriormente, se encerr¨® en una sala con Musk para sellar el trato. El acuerdo fue anunciado a primeras horas del lunes 25, pero incluso esa madrugada plane¨® la amenaza de un golpetazo en la mesa, seg¨²n fuentes cercanas a la negociaci¨®n. La compa?¨ªa de San Francisco acept¨® la oferta de 54,20 d¨®lares por acci¨®n. Ambas partes tambi¨¦n negociaron un calendario de formalizaci¨®n y las indemnizaciones a percibir si el voluble y visceral Musk se volv¨ªa, otra vez, atr¨¢s. Incluso antes de anunciarse oficialmente el acuerdo, las acciones de Twitter abrieron un 4% arriba el lunes, a casi 51 d¨®lares por t¨ªtulo.
Futuro inmediato. Los accionistas se pronunciar¨¢n sobre la oferta en una votaci¨®n; tambi¨¦n ser¨¢ evaluada por los reguladores, para determinar si supone una amenaza para la libre competencia y los derechos de los consumidores, aunque en principio se descarta que puedan bloquear la operaci¨®n. El importe milmillonario de la misma implica someterla a la evaluaci¨®n del Departamento de Justicia y la Comisi¨®n Federal de Comercio, las dos instancias que regulan las adquisiciones empresariales. Se prev¨¦ que el acuerdo tarde de tres a seis meses en cerrarse. Mientras tanto, parece probable que el escrutinio sea intenso ¡ªtambi¨¦n en la plaza p¨²blica virtual que es Twitter, con enconados partidarios y detractores de la operaci¨®n¡ª y quedan muchas preguntas en el aire sobre los planes de Musk para la empresa, sobre todo los relativos a la liberalizaci¨®n de los controles de contenido y la animada vida propia de los algoritmos.
Un factor clave: la imprevisibilidad. El car¨¢cter tornadizo de Musk no ayuda. La brecha entre el precio de las acciones de Twitter y lo que ofrece el cofundador de Tesla se ha ampliado desde el lunes. Los participantes en la operaci¨®n est¨¢n preocupados por el plan de financiaci¨®n del multimillonario y su compromiso de completar la transacci¨®n, aunque el anuncio de venta de t¨ªtulos de Tesla deber¨ªa ayudar a calmar algo las aguas. No faltan quienes piensan que el trato a¨²n puede colapsar, sobre todo ante el empe?o en llevar siempre la voz cantante de quien algunos consideran ¡°el novio problem¨¢tico que Twitter merece¡±. Una tribuna en el diario The New York Times recordaba el viernes c¨®mo en su primera boda, en el a?o 2000, Musk dijo a su esposa durante el baile del convite: ¡°Yo soy el alfa en esta relaci¨®n¡±. As¨ª es ya en Tesla, y quiere serlo ahora en Twitter.
Spoiler (final abierto). El control absoluto de Musk sobre Twitter podr¨ªa tener serias implicaciones para el discurso pol¨ªtico en todo el mundo, al relajar las pol¨ªticas de moderaci¨®n de la empresa, adem¨¢s de agitar a¨²n m¨¢s el debate sobre la libertad de expresi¨®n en EE UU en un momento de polarizaci¨®n extrema (y a seis meses de unas elecciones decisivas). Muchos tuiteros ven ya regresar por la puerta grande a Donald Trump, aunque de momento, en la semana cero de la operaci¨®n, parece que el mecanismo de moderaci¨®n sigue vigente, como demuestra el caso de Roger Stone. El amigo ¨ªntimo de Trump, que intent¨® volver a Twitter este jueves, hab¨ªa sido expulsado permanentemente en 2017. Su nueva cuenta apenas dur¨® unas horas antes de un nuevo cerrojazo. El libertador Musk tiene ahora la palabra.
Twitter exager¨® su n¨²mero de usuarios activos
El jueves, Twitter admiti¨® que hab¨ªa sobrerrepresentado ¡°accidentalmente¡± el n¨²mero de usuarios activos diarios monetizables entre 2019 y 2021, gracias a una funci¨®n que permite a cualquier usuario vincular varias cuentas separadas. Durante esos tres a?os, contabiliz¨® las cuentas vinculadas como si fueran individuales, ha informado esta semana el portal Axios. No es la primera vez que Twitter admite haber exagerado su base clientelar; tambi¨¦n lo hizo en 2017, en relaci¨®n con el n¨²mero de usuarios de los tres a?os anteriores. As¨ª que las cr¨ªticas sobre la gesti¨®n de la compa?¨ªa que Musk avienta en los trinos -y que han sido una t¨¢ctica m¨¢s de su estrategia de conquista- podr¨ªan tener, a la vista de estos datos, cierta base, pero eso tampoco ha calmado al mercado ni a los tuiteros. Twitter se apunt¨® en el primer trimestre del a?o 1.200 millones de d¨®lares en ingresos (el 16% m¨¢s que en el mismo periodo de 2021, pero por debajo del 20% esperado), mientras ampliaba su audiencia hasta los 227 millones de usuarios diarios activos, un 16% m¨¢s que hace un a?o pero muchos menos que los de Facebook, por ejemplo. Los resultados representan un mensaje agridulce, casi tan ambivalente como el propio Musk.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.