La econom¨ªa global teme el oto?o
Los analistas advierten de un escenario adverso por la guerra de Putin y las subidas de tipos, tras una temporada tur¨ªstica r¨¦cord. EE UU ya es motivo de preocupaci¨®n
Hace dos meses que es imposible encontrar mesa en los cuatro restaurantes de Romain Fornell. El bullicio ha vuelto a Barcelona. Tras dos a?os de aton¨ªa, a la ciudad por fin han regresado los cruceros, los grandes conciertos y los festivales. Y los turistas. Los hoteles vuelven a colgar el cartel de completo y los restaurantes llenan de nuevo la caja. Es el preludio de un verano prometedor. ¡°Los n¨²meros est¨¢n ya por encima de 2019 y las previsiones para los meses que vienen son muy buenas¡±, celebra Fornell. Ha sobrevivido a la crisis de la pandemia y dice haber logrado adaptarse a la inflaci¨®n. Pero no quiere anticiparse a lo que pueda pasar en oto?o. ¡°Hemos aprendido a vivir d¨ªa a d¨ªa¡±, dice. Para entonces, nuevos nubarrones amenazan con empa?ar de nuevo la recuperaci¨®n econ¨®mica, hasta el punto de que los analistas ya vislumbran signos de recesi¨®n.
Formular previsiones econ¨®micas se ha convertido en un ejercicio imposible. Incluso a corto plazo. El rebote que deb¨ªa seguir al batacazo de la pandemia ha ido apag¨¢ndose. Los grandes organismos internacionales hace un a?o auguraban un fort¨ªsimo crecimiento de la zona euro, cercano incluso al 4%. El Banco Central Europeo (BCE) ha sido la ¨²ltima instituci¨®n en rebajarlo, hasta el 2,8%. En otra ¨¦poca, cualquier economista se lo pensar¨ªa m¨¢s de dos veces antes de pronunciar la palabra ¡°recesi¨®n¡±. Hoy ya no. Soplan vientos de cara hacia Europa desde todas las latitudes, en especial de Rusia. La prolongaci¨®n de la guerra en Ucrania y la adopci¨®n de nuevas tandas de sanciones pueden agudizar el alza de precios y da?ar todav¨ªa m¨¢s el crecimiento en la zona euro. Si Mosc¨² decide cerrar el grifo del gas, Europa puede verse abocada incluso a un invierno g¨¦lido.
Todo apunta a que los europeos ya han decidido darse un respiro en verano. En Espa?a, el elevado colch¨®n de ahorro que a¨²n acumulan y la mejora del mercado laboral ¡ªcon m¨¢s contratos indefinidos¡ª, permitir¨¢ llenar hoteles y restaurantes. ¡°Estamos viendo disposici¨®n por parte de los consumidores con ahorro disponible a gastar. Y entre ese gasto est¨¢ el ocio y el turismo. Todo apunta a que ser¨¢ una buena temporada¡±, afirma ?ngel Talavera, analista de Oxford Economics. Desde los puestos de mando de la UE se percibe el verano de Espa?a, Italia o Grecia como el b¨¢lsamo para compensar el retroceso que pueden estar experimentando este mismo trimestre la industria y la construcci¨®n en Alemania.
Pero entre los economistas empiezan a correr expresiones como ¡°oto?o negro¡±. ¡±Crucemos los dedos¡±, acierta a resumir Fornell, el restaurador barcelon¨¦s. Si nada se tuerce, Europa ¡ªy Espa?a¡ª deben seguir creciendo. El influyente instituto Ifo de Alemania contempla que la locomotora europea crezca un 2,5% este a?o y un 3,7% el que viene. Su director de An¨¢lisis, Timo Wollmersh?uer, explica que la guerra de Ucrania, la crisis energ¨¦tica y los confinamientos en China han obligado ya a recortar 1,5 puntos las previsiones para este a?o respecto a las que hab¨ªa formulado a finales de 2021. ¡°Si este shock hubiese golpeado a la econom¨ªa alemana en tiempos normales, hubi¨¦ramos ca¨ªdo en recesi¨®n¡±, lamenta.
Las previsiones de todos los organismos, sin embargo, est¨¢n repletas de asteriscos y pies de p¨¢gina. Los riesgos vinculados a la pandemia se disipan, pero emergen nuevas amenazas geopol¨ªticas. ¡°En Europa, la historia podr¨ªa ser incluso a¨²n m¨¢s sombr¨ªa que en Estados Unidos debido a la perspectiva de un boicot energ¨¦tico ruso¡±, avisa Adam Tooze, historiador y profesor de la Universidad de Columbia.
El BCE ha esbozado un escenario alternativo a sus previsiones centrales en el que contempla un cierre total del grifo por parte de Vlad¨ªmir Putin. El Kremlin ya ha bloqueado el suministro a varios socios de la UE, como Pa¨ªses Bajos y Finlandia, e incluso ha reducido parcialmente el env¨ªo a Alemania, Francia e Italia. Europa teme, sin embargo, que Mosc¨² vaya m¨¢s all¨¢, con cortes que impliquen racionamientos y sigan disparando los precios.
Esa hip¨®tesis, seg¨²n el BCE, dibuja ya un crecimiento mucho m¨¢s d¨¦bil para 2022, del 1,3%, e incluso una contracci¨®n del 1,7% en 2023. La inflaci¨®n tambi¨¦n se har¨ªa m¨¢s persistente y se situar¨ªa en una media del 8% este a?o y del 6,4% el que viene. Los elevados precios se comer¨ªan la renta de los hogares y el consumo se deprimir¨ªa. En plata: la tan temida estanflaci¨®n. Pese a su reducida exposici¨®n a Rusia, ser¨ªa extra?o que Espa?a no se viera arrastrada por esa din¨¢mica.
La pandemia ha demostrado la rapidez con la que cualquier crisis, sanitaria o econ¨®mica, se propaga por todo el planeta. Y los principales socios comerciales de Europa empiezan a lanzar se?ales de agotamiento. En Estados Unidos, una econom¨ªa sobrecalentada, esta semana se han producido ya dos fen¨®menos que no han pasado inadvertidos a los economistas. Uno: Wall Street entr¨® en una senda inequ¨ªvocamente bajista despu¨¦s de haber acumulado p¨¦rdidas superiores al 20% desde su pico hist¨®rico del pasado 4 de enero. Y dos: se invirti¨® la curva de intereses; es decir, los bonos a dos a?os rend¨ªan m¨¢s que la deuda a diez a?os, lo cual indica el pesimismo a corto plazo. En ambos casos, los analistas ven alertas de que viene una recesi¨®n.
Casi m¨¢s valor que esos dos signos tiene el consenso de los economistas y los empresarios. Y estos ya hablan sin tapujos de una recesi¨®n en 2023. Eso s¨ª, suave y corta. El 70% de los economistas consultados en una encuesta de Financial Times as¨ª lo cree. ¡°La inflaci¨®n est¨¢ por encima del objetivo y la Reserva Federal debe reducirla subiendo los tipos de inter¨¦s y ralentizando la demanda y la econom¨ªa¡±, cuenta Jonathan Wright, profesor de Econom¨ªa de la Universidad Johns Hopkins, que ha coordinado esa encuesta.
El banco central presidido por Jerome Powell busca que su agresiva pol¨ªtica de tipos de inter¨¦s provoque, a lo sumo, un aterrizaje suave para una econom¨ªa que se recuper¨® enseguida de la pandemia y con un mercado laboral fort¨ªsimo. Sin embargo, Wright lo considera improbable. ¡°Dada la situaci¨®n de la inflaci¨®n, est¨¢ claro que la Fed [nombre informal de la Reserva Federal estadounidense] debe endurecer las condiciones financieras r¨¢pidamente ¡ªy lo har¨¢¡ª, incluso si el coste es provocar una recesi¨®n¡±, sostiene.
Adam Tooze, quien resalta este ¡°cambio dram¨¢tico¡± de las expectativas, afirma estar preocupado sobre todo por el mercado de la vivienda estadounidense. ¡°Las tasas hipotecarias han aumentado del 3% al 6% en seis meses. Para 2023, se predice una ca¨ªda de los precios. El sector inmobiliario estadounidense constituye la clase de activo m¨¢s importante de la econom¨ªa mundial¡±, a?ade. A ello se a?ade el derrumbe del mercado de las criptomonedas, que ya se hab¨ªan popularizado como inversi¨®n.
Pendientes del BCE
Tampoco llegan buenas noticias de China, el otro gran socio comercial de la UE y a su vez un ¡°rival sist¨¦mico¡±, en palabras de Bruselas. La pol¨ªtica de covid-cero de Pek¨ªn, basada en confinamientos ante nuevos brotes, sigue impidiendo acabar con los cuellos de botella y el gran atasco global, tambi¨¦n responsables del galope de la inflaci¨®n. El banco de inversi¨®n Nomura espera un crecimiento para el gigante asi¨¢tico del 3,3%, modesto comparado con el fren¨¦tico ritmo de expansi¨®n de la econom¨ªa china en los ¨²ltimos a?os. Y ese dato puede menguar, seg¨²n la entidad, si acaba por estallar la burbuja del ladrillo que empez¨® a vislumbrarse con la crisis de la inmobiliaria Evergrande.
No todos los peligros, sin embargo, est¨¢n fuera. El mundo est¨¢ tambi¨¦n pendiente de la resoluci¨®n que el BCE da al dilema entre crecimiento e inflaci¨®n. Los pa¨ªses del sur aceptan que deben subirse tipos, pero con sumo cuidado para que no descarrile la recuperaci¨®n. Los del norte creen que Fr¨¢ncfort va tarde. ¡°El BCE todav¨ªa tiene que admitir que tendr¨¢ que elevar sus tipos de inter¨¦s profundamente en territorio positivo, por encima del 3% y posiblemente mucho m¨¢s. Esto ralentizar¨¢ la econom¨ªa. La guerra de Ucrania aumenta las probabilidades de una recesi¨®n. Es frustrante ver que el BCE a¨²n arrastra los pies¡±, afirma Charles Wyplosz, profesor de la Graduate Institute de Ginebra.
Sin embargo, el sur de la zona euro, con Italia a la cabeza, ha contenido el aliento despu¨¦s de la subida de las primas de riesgo con solo anunciar la primera subida de tipos de inter¨¦s. El miedo al gran nubarr¨®n: la crisis de deuda de 2010, que fue tambi¨¦n la del euro. Athanasios Orphanides, hoy profesor de la escuela de negocios del Massachusetts Institute of Technology, entonces era gobernador del Banco Central de Chipre y miembro del consejo de gobierno del BCE. Cree que a¨²n no se han resuelto los problemas que golpearon a la zona euro en ese momento. ¡°A medida que el BCE endurezca la pol¨ªtica, podemos observar un endurecimiento m¨¢s significativo de las condiciones monetarias en Italia y Espa?a, por ejemplo. Eso puede llevar a resultados catastr¨®ficos en esos Estados miembros, pero toda la zona del euro va a sufrir¡±, afirma.
Si todos esos riesgos se materializan, la gran pregunta es cu¨¢n intenso ser¨¢ ese retroceso. Lorenzo Codogno, exsecretario del Tesoro italiano y profesor de la London School of Economics, cree que, de producirse, la recesi¨®n deber¨ªa limitarse a algunos pa¨ªses y ser corta. Y, esta vez, Europa tiene un instrumento cuyo despliegue solo ha empezado para respaldar la inversi¨®n: un fondo de recuperaci¨®n de hasta 800.000 millones.
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