El miedo a una recesi¨®n sacude los mercados: las Bolsas se desploman y suben los bonos de deuda soberana
El temor a que la Reserva Federal suba los tipos con fuerza y provoque una recesi¨®n penaliza a los activos de riesgo. El Ibex 35 cae un 2,47% y cierra en 8.183 puntos
La huida de los activos de m¨¢s riesgo est¨¢ provocando un aut¨¦ntico vuelco en los mercados financieros. Las autoridades monetarias est¨¢n teniendo dificultades para lidiar con el binomio inflaci¨®n-crecimiento. Si las subidas de tipos de inter¨¦s con las que los bancos centrales buscan frenar la escalada de los precios se pasan de frenada, el avance del PIB se pone en riesgo al encarecerse la financiaci¨®n. Y si se quedan cortas, el peligro de una espiral de precios se acent¨²a, y con ella aumentan las tensiones sobre el consumo y los m¨¢rgenes de las empresas. En ese contexto, el mal dato de inflaci¨®n de mayo en EE UU ha inclinado la balanza: los inversores est¨¢n descontando la posibilidad de que la Reserva Federal se vea empujada a subir los tipos m¨¢s agresivamente este a?o, lo que amenaza con desencadenar una recesi¨®n en la primera econom¨ªa del planeta.
Las consecuencias de esa creciente incertidumbre son visibles en los mercados este lunes. Las Bolsas profundizaban en las ca¨ªdas de las ¨²ltimas semanas, con descensos del 2,47% en el Ibex 35 hasta los 8.183 puntos, y un desplome similar en el Eurostoxx 50. El selectivo espa?ol ha perdido cerca del 7% en lo que va de a?o, y aunque su comportamiento est¨¢ siendo mejor que el de sus pares europeos, tambi¨¦n fue peor el a?o pasado, cuando el resto volvi¨® de la pandemia con m¨¢s fuerza, y se esperaba que este 2022 pudiera remontar el vuelo con el impulso de los fondos comunitarios y de una potente recuperaci¨®n espa?ola a la que la guerra en Ucrania y la subsiguiente crisis energ¨¦tica han restado entusiasmo.
En los principales ¨ªndices estadounidenses la sangr¨ªa est¨¢ siendo a¨²n peor, con el Nasdaq tecnol¨®gico dej¨¢ndose m¨¢s de un 4% mediada la sesi¨®n y el S&P 500 haciendo lo propio un 3,5%. Eso significa que este ¨²ltimo ¨ªndice ha entrado en el denominado bear market, o mercado bajista, la expresi¨®n que se usa en EE UU para hablar de ca¨ªdas superiores al 20% desde m¨¢ximos.
Los temblores tambi¨¦n llegaron a la deuda. Las primas de riesgo de los pa¨ªses de la periferia europea no dejan de subir. La de Espa?a repunt¨® por encima de los 130 puntos, la de Italia sobrepas¨® los 240, y la de Grecia ronda los 280, umbrales que no se ve¨ªan desde la pandemia. Detr¨¢s de esos movimientos est¨¢ el aumento de la rentabilidad de los bonos a diez a?os, que en el caso espa?ol roza el 3%, m¨¢ximos de 2014, en el italiano el 4%, y en el griego el 4,5%, lo que contribuye a elevar el diferencial con el alem¨¢n, del 1,6%. Por su parte, el bono estadounidense a diez a?os ofrece un 3,28% de rentabilidad, la m¨¢s alta desde 2011.
En una inversi¨®n menos ortodoxa, pero cada vez m¨¢s extendida, como la de las criptomonedas, tampoco hubo tregua. Protagonizaron su en¨¦sima jornada de p¨¦rdidas, con el bitcoin rompiendo a la baja los 24.000 d¨®lares, esta vez ante el estallido de la crisis de Celsius Network, una de las grandes plataformas, que congel¨® las retiradas de fondos a sus clientes por problemas de liquidez.
En paralelo, los valores refugio est¨¢n funcionando como tales: el oro se mantiene en niveles hist¨®ricamente altos m¨¢s all¨¢ de los 1.800 d¨®lares, y el d¨®lar no est¨¢ lejos de una paridad con el euro que no se ve desde hace 20 a?os. Solo el yen japon¨¦s est¨¢ incumpliendo su habitual papel de refugio frente a las turbulencias: su banco central ha optado por una pol¨ªtica monetaria flexible que ha llevado a la divisa a m¨ªnimos de 24 a?os frente al d¨®lar.
Natalia Aguirre, directora de An¨¢lisis y Estrategia de Renta 4, lo resume as¨ª. ¡°El viernes se esperaba un dato de IPC americano que confirmase que ya habr¨ªamos visto el techo de inflaci¨®n en EE UU. Y no fue as¨ª, sino que volvi¨® a marcar un nuevo m¨¢ximo. En el caso de Europa, tampoco est¨¢ claro d¨®nde est¨¢ el techo de inflaci¨®n, especialmente teniendo en cuenta la elevada dependencia energ¨¦tica y el embargo al crudo ruso. As¨ª que los bancos centrales se enfrentan al dif¨ªcil escenario de tener que primar el control de la inflaci¨®n sobre el crecimiento, y el mercado est¨¢ descontando cada vez m¨¢s subidas de tipos para controlar la inflaci¨®n¡±.
Pendientes de la Fed
En ese escenario de rojo, rojo y m¨¢s rojo, todos miran a la reuni¨®n de la Reserva Federal de esta semana. El mercado anticipaba subidas de 50 puntos b¨¢sicos para junio y julio, pero el 8,6% de inflaci¨®n de mayo ha sorprendido negativamente, y ahora se especula con que la Fed ir¨¢ m¨¢s all¨¢ anunciando incrementos de 75 puntos b¨¢sicos, algo no visto desde 1994, lo que supondr¨ªa un jarro de agua fr¨ªa para el gasto de los consumidores, la actividad empresarial y el crecimiento en general. Los analistas de ING no esperan que la autoridad monetaria estadounidense vaya tan lejos, y mantienen ciertas dosis de optimismo sobre la econom¨ªa norteamericana en medio del escepticismo. ¡±Si bien los ingresos de los hogares no est¨¢n a la altura del aumento del coste de vida, los consumidores parecen dispuestos a gastar algunos de sus ahorros acumulados para mantener su estilo de vida¡±.
Los precios en la zona euro no est¨¢n evolucionando de forma muy diferente a los estadounidenses. Se situaron en el 8,1% en mayo, apenas cinco d¨¦cimas por debajo de los norteamericanos, lo que mantiene la presi¨®n sobre el Banco Central Europeo. Su presidenta, Christine Lagarde, se comprometi¨® a evitar la fragmentaci¨®n en los mercados de deuda, esto es, a que las primas de riesgo de unos pa¨ªses se disparen frente a otras, pero no ha desvelado con qu¨¦ instrumentos cuenta para frenar ese desenlace, una vez parece agotado el recurso al whatever it takes ¡ªhar¨¦ todo lo que sea necesario¡ª que en el pasado bast¨® al expresidente Mario Draghi para salvar los muebles.
Draghi afronta la crisis ahora desde otro puesto, el de primer ministro de Italia. Su nombre es un ant¨ªdoto contra la ansiedad de los mercados. Pero hasta cierto punto. ?l mismo lo ha advertido varias veces desde que comenz¨® su mandato hace ya algo m¨¢s de un a?o. Pero ahora, justo cuando su Ejecutivo afronta las mayores turbulencias internas, hay se?ales desde el exterior de que ning¨²n blindaje es a prueba de bombas. La prima de riesgo italiana se situ¨® el lunes en los 243 puntos, un nuevo m¨¢ximo que sit¨²a el aumento en 108 puntos en lo que va de a?o. El punto m¨¢s alto desde que se decret¨® el confinamiento por la pandemia de covid-19, informa Daniel Verd¨².
En su ¨²ltima reuni¨®n, el Consejo de Gobierno del BCE se comprometi¨® a subir los tipos de inter¨¦s en 25 puntos b¨¢sicos en julio, el primer aumento de la tasa en 11 a?os, as¨ª como a volver a subir el precio del dinero en septiembre a un ritmo incluso m¨¢s intenso. En su comparecencia ante la prensa del pasado jueves, Christine Lagarde record¨® que el BCE dispone de instrumentos para combatir la fragmentaci¨®n, como la capacidad de reinversi¨®n de la deuda adquirida bajo el programa antipandemia (PEPP), que ser¨¢ implementada con total flexibilidad de tiempo y jurisdicciones. Sin embargo, la falta de detalles en su explicaci¨®n cre¨® un clima de inseguridad palpable en mercados del sur de Europa como el italiano, el portugu¨¦s o el espa?ol.
Esa falta de precisi¨®n en detallar futuros planes que acompa?en la decisi¨®n de subir el precio del dinero ha levantado algunas cr¨ªticas en Italia. Sin embargo, el pa¨ªs transalpino tampoco ha completado las tareas exigidas por la Comisi¨®n Europea para recibir los fondos del Plan de Recuperaci¨®n, y eso despierta alguna inquietud tambi¨¦n desde Bruselas.
Este martes la alemana Isabel Schnabel, miembro del Consejo de Gobierno del BCE, puede dar nuevas pistas en la conferencia que imparte en el gran anfiteatro de la Universidad de la Sorbona de Par¨ªs sobre la fragmentaci¨®n financiera en Europa. Mientras, los inversores venden el riesgo de las acciones, las criptomonedas y los pa¨ªses m¨¢s endeudados. El Bar¨®n de Rothschild sol¨ªa decir que el mejor momento para comprar era cuando hab¨ªa sangre en las calles, un modo de se?alar que en ese momento casi nada pod¨ªa devaluarse m¨¢s porque el miedo estaba en m¨¢ximos. En los mercados, sin embargo, lo dif¨ªcil es adivinar si la guerra est¨¢ terminando o solo acaba de empezar.
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