Por qu¨¦ Espa?a y Alemania quieren el MidCat y Francia lo rechaza: pros y contras del proyecto
Berl¨ªn quiere sumar m¨¢s opciones de suministro a corto y medio plazo, Madrid valora su potencial para la exportaci¨®n de hidr¨®geno verde y Par¨ªs no lo ve necesario ni para gas ni para hidr¨®geno
Un gasoducto enfrenta a Francia con sus vecinos del norte y del sur: Alemania y Espa?a. La iniciativa hispanoalemana para retomar la construcci¨®n del MidCat debe llevar gas desde la pen¨ªnsula Ib¨¦rica al norte de Europa, pero ha entrado en punto muerto tras la negativa rotunda del presidente franc¨¦s, Emmanuel Macron, al proyecto.
Macron considera que el tubo tardar¨ªa demasiado en construirse para responder a la crisis energ¨¦tica actual, y que socava los objetivos medioambientales de la Uni¨®n Europea. Berl¨ªn pugna por una v¨ªa alternativa de entrada de gas tras el cerrojo ruso. Y Madrid mantiene que el no de Macron no deber¨ªa impedir el debate entre los Veintisiete para una alternativa que le abrir¨ªa una jugosa v¨ªa de exportaci¨®n cuando llegue la hora del hidr¨®geno verde. Un portavoz de la Comisi¨®n Europea evit¨® el martes declarar el apoyo de la instituci¨®n al gasoducto y dijo que deben resolverlo los gobiernos.
¡°El problema es puramente pol¨ªtico¡±, sostiene Gonzalo Escribano, del Real Instituto Elcano. ¡°Francia no lo quiere porque quiere proteger su mercado y su modelo [de energ¨ªa] nuclear. Hay obst¨¢culos t¨¦cnicos, s¨ª, pero ni son insalvables ni pueden ser los principales argumentos en contra¡±. En Par¨ªs, Thomas Pellerin-Carlin, director del departamento de Energ¨ªa en el Instituto Jacques Delors, opina: ¡°Este proyecto no es pertinente en absoluto. Hoy estamos en una l¨®gica, francesa y europea, de reducci¨®n de nuestra dependencia del gas¡±. Las declaraciones cruzadas entre pa¨ªses, contextualiza Alejandro Labanda, director de la consultora BeBartlet y experto en transici¨®n energ¨¦tica, ¡°hay que entenderlas en el contexto de una negociaci¨®n¡±. As¨ª lo ven las tres partes en liza:
Espa?a: una oportunidad de futuro ¨²til en el presente
Cuando el gas ruso entraba a borbotones en Europa, el sentido econ¨®mico del MidCat era escaso y prevalec¨ªan los motivos ambientales, contrarios a la infraestructura. La invasi¨®n rusa de Ucrania lo ha cambiado todo y, ahora s¨ª, las autoridades espa?olas ven en ¨¦l una ocasi¨®n de oro. En un futuro no tan lejano, el hidr¨®geno de origen verde, producido a partir de fuentes renovables, tiene todos los visos para jugar un papel fundamental en la ecuaci¨®n energ¨¦tica europea, con la neutralidad de emisiones entre ceja y ceja para 2050. Y disponer de un tubo que permita el tr¨¢nsito hacia los n¨²cleos industriales del centro y el norte del continente abre una puerta que hasta hace poco parec¨ªa poco menos que de ciencia ficci¨®n.
La hoja de ruta comunitaria pasa por que la producci¨®n interna de hidr¨®geno verde alcance los 10 millones de toneladas a finales de esta d¨¦cada. Para ello, el concurso de Espa?a, uno de los pa¨ªses del bloque con m¨¢s potencial renovable, se antoja esencial. Pero se necesitar¨ªa una v¨ªa de salida de ese gas, y el MidCat encajar¨ªa a la perfecci¨®n en ese rol. Con la m¨¢s que probable vitola de proyecto de inter¨¦s com¨²n (PIC), tendr¨ªa garantizada una financiaci¨®n mayoritaria con fondos de Bruselas.
Pellerin-Carlin no lo ve claro. ¡°Hay quien dice: ¡®Vamos a invertir en el gas, y no se inquieten, m¨¢s tarde podremos transportar hidr¨®geno¡¯. O bien es una mentira o bien hay que ver las cifras y el dinero: hablamos de centenares de millones de euros de m¨¢s. Y en este momento no existe ning¨²n modelo econ¨®mico para transportar hidr¨®geno a larga distancia¡±.
En todo caso, y hasta que esto sea tangible, el tubo no solo puede echar una mano a Alemania, sino dar un mayor uso a la red ib¨¦rica de regasificadoras (siete en total: seis en Espa?a y una m¨¢s en Portugal), hoy infrautilizada. El nuevo gasoducto pondr¨ªa a trabajar a pleno rendimiento esas infraestructuras para devolver a estado gaseoso el gas licuado que llega por barco a los puertos peninsulares para su posterior inyecci¨®n en el tubo, rumbo al norte.
Alemania: sin Rusia, todo el gas es bueno
A la fuerza ahorcan. El suministro de gas barato procedente de Rusia, vital para su industria, ya es historia en Alemania. El giro de guion obliga a jugar todas las cartas posibles. Y a hacerlo a toda prisa. En ese movimiento acelerado se enmarca la pujanza del canciller, Olaf Scholz, por el MidCat, un proyecto por el que hasta hace unos meses Berl¨ªn hab¨ªa mostrado poco inter¨¦s.
El Gobierno tripartito espera contar ya a finales de este a?o, o ¨Dcomo tarde¨D a principios del que viene, con dos de las cinco regasificadoras que tiene en marcha, lo que le permitir¨ªa importar combustible de un gran n¨²mero de suministradores. Es algo que, hasta ahora, no pod¨ªa hacer: Alemania sigue sin contar con ninguna planta de este tipo, indispensables para procesar el gas que llega por barco desde lugares como Estados Unidos, Australia o Qatar. Pero, incluso en ese escenario, Berl¨ªn ve todo el sentido al tubo pirenaico: tanto en el presente, para el trasiego de gas natural; como en el futuro, para hidr¨®geno.
¡°Alemania necesitar¨¢ [gas] este invierno, quiz¨¢ el siguiente, pero no despu¨¦s¡±, contrapone Pellerin-Carlin, del Instituto Jacques Delors. El motivo: est¨¢ invirtiendo en la reducci¨®n del consumo de gas y en la construcci¨®n de terminales de gas natural licuado (GNL, en la jerga del sector, el que llega por barco). ¡°Si vivi¨¦semos en un mundo imaginario en el que pudi¨¦semos construir inmediatamente un gasoducto temporal que podr¨ªamos desmantelar en dos a?os, ?por qu¨¦ no?¡±, argumenta el experto franc¨¦s. ¡°Pero as¨ª no funcionan las cosas¡±.
Francia: muy pocos incentivos, muchos argumentos en contra
Macron desgran¨® el lunes, en una rueda de prensa, sus razones contra el MidCat. La primera es que las dos conexiones gas¨ªsticas entre Espa?a y Francia que ya existen no est¨¢n a pleno rendimiento (solo al 53% desde febrero, dijo) y que en agosto incluso era Francia la que exportaba gas a Espa?a. Esto cuestionar¨ªa la necesidad de un tubo para enviar gas hacia Europa.
Los datos de Enag¨¢s, el operador espa?ol del sistema, apuntan en otra direcci¨®n. Entre el 1 de marzo y el 7 de septiembre, el saldo ha sido exportador (Espa?a-Francia) tres de cada cuatro d¨ªas, y el 20% de las jornadas ha ido al m¨¢ximo de capacidad (m¨¢s del 80%). ¡°Desde que estall¨® la guerra, ha habido m¨¢s d¨ªas en los que se ha exportado gas de Espa?a a Francia, aunque agosto ha sido una excepci¨®n en ese sentido¡±, precisa una fuente del sector, que aboga por evitar las medias y atender a los picos de demanda.
La segunda raz¨®n de Macron apunta a las dificultades que afrontar¨ªa la construcci¨®n del MidCat en Francia: desde la duraci¨®n de las obras a la probable oposici¨®n de los ecologistas, que el presidente franc¨¦s ve justificada. Macron tampoco considera que, en el futuro, Espa?a vaya a importar tanto gas de pa¨ªses del sur como para justificar un nuevo tubo que lo lleve al resto de Europa.
En tercer lugar, el presidente franc¨¦s cuestiona que el tubo pueda f¨¢cilmente transportar hidr¨®geno por el coste que supondr¨ªan las obras para que as¨ª fuera. ¡°A¨²n no est¨¢ claro que tenga sentido llevar hidr¨®geno por tubo, por el coste adicional que supondr¨ªa, o si se llevar¨ªa en forma de amoniaco¡±, analiza Labanda. ¡°No tengo tan clara esa viabilidad t¨¦cnica: todav¨ªa hay mucha incertidumbre tecnol¨®gica¡±.
Pero Macron fue un paso m¨¢s all¨¢: citando a expertos que no nombr¨®, afirm¨® que llevar hidr¨®geno a tan larga distancia, de Espa?a a Alemania, ser¨ªa ¡°aberrante¡±. ¡°No es toda la verdad¡±, matiza Escribano, de Elcano. ¡°Es cierto que el transporte de hidr¨®geno es costoso y que a¨²n no sabemos exactamente c¨®mo va a ser, pero ser¨ªa mucho m¨¢s eficiente y barato mandarlo a trav¨¦s de Francia que a trav¨¦s de Italia o por barco en forma de amoniaco¡±.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.