La ¨²ltima oportunidad de Rishi Sunak para enderezar una d¨¦cada perdida en el Reino Unido
El plan fiscal del nuevo primer ministro intenta recuperar la credibilidad econ¨®mica que han arruinado el Brexit y la rebaja masiva de impuestos de su antecesora, Liz Truss. La inflaci¨®n alcanza ya el 11,1%
La ¨²ltima oportunidad para rescatar la credibilidad econ¨®mica del Reino Unido, y la reputaci¨®n como buen gestor del Partido Conservador, est¨¢ en manos de una extra?a pareja que la pol¨ªtica brit¨¢nica hab¨ªa dado por amortizada hace apenas dos meses. ¡°Algunos nacen con grandeza; los hay que la conquistan; y a otros la grandeza se les viene encima¡±, dec¨ªa el Malvolio de Shakespeare en Noche de Reyes. El primer ministro, Rishi Sunak, y su ministro de Econom¨ªa, Jeremy Hunt, presentan este jueves un plan fiscal, m¨¢s bien un nuevo presupuesto, para intentar convencer a los mercados de que su pa¨ªs no es el enfermo de Europa. Del rigor y la honestidad de unas medidas ¡ªsubida de impuestos y recorte de gastos¡ª que deben comenzar a tapar un agujero en las cuentas p¨²blicas que algunos expertos sit¨²an en casi 70.000 millones de euros depender¨¢ que Sunak y Hunt alcancen esa grandeza o acaben siendo los protagonistas del fracaso final de m¨¢s de una d¨¦cada de los tories, como se conoce hist¨®ricamente a los conservadores brit¨¢nicos, en el poder.
¡°Soy un ministro de Econom¨ªa del Partido Conservador, y estoy siendo bastante expl¨ªcito al advertir que los impuestos van a subir. Algo que me resulta bastante dif¨ªcil, porque yo entr¨¦ en pol¨ªtica precisamente para defender la idea opuesta¡±, aseguraba Hunt esta semana en la BBC. ¡°Voy a ser honesto, intentar¨¦ ser justo y procurar¨¦ que nuestro plan sea equilibrado¡±, promet¨ªa.
La respuesta del Gobierno de Sunak a la incertidumbre y el p¨¢nico desatados por su predecesora, Liz Truss, cuando anunci¨® una rebaja hist¨®rica de impuestos ¡ªequivalente a m¨¢s de 50.000 millones de euros, sin explicar c¨®mo iba a compensarse esa renuncia de ingresos¡ª es un acto de contrici¨®n. Pero tambi¨¦n es un ensayo de laboratorio del que va a estar pendiente el resto de Europa.
Porque el malogrado plan de Truss no fue m¨¢s que, como dicen los ingleses, la ¨²ltima brizna de paja que revent¨® la espalda del camello. Es decir, la gota irresponsable que colm¨® un vaso a punto de desbordarse: inflaci¨®n galopante (11,1%, seg¨²n datos de este mismo mi¨¦rcoles); tipos de inter¨¦s en alza (3%); huelgas en el sector p¨²blico ante la falta de un pacto de rentas; un mercado laboral estresado, incapaz de responder a la demanda; una crisis energ¨¦tica que obligaba a destinar decenas de miles de millones de euros en ayudas directas a familias y empresas; una recesi¨®n en ciernes; y finalmente, como producto ¨²nico y genuino, un Brexit del que todav¨ªa no se conocen ventajas, pero que ha introducido fricciones desesperantes en las empresas brit¨¢nicas que se dedican a la exportaci¨®n.
Alguno de estos problemas es aut¨®ctono ¡ªBrexit¡ª y algunos presentan mayor gravedad que en pa¨ªses del entorno. El Reino Unido es el ¨²nico del grupo del G-7, las econom¨ªas m¨¢s avanzadas del mundo, que no ha regresado a su nivel econ¨®mico anterior a la pandemia. Otras dolencias, sin embargo, son compartidas, y la respuesta fiscal del Gobierno de Sunak va a ser observada con detalle. ?Regreso a la austeridad de los a?os posteriores a la crisis financiera de 2008? ?O austeridad 2.0? Es decir, una vuelta a la ortodoxia fiscal, pero de un modo m¨¢s atemperado y socialmente m¨¢s justo.
Porque, parad¨®jicamente, la locura temporal de Truss y su ministro de Econom¨ªa, Kwasi Kwarteng, consisti¨® en defender un crecimiento a base de rebajas de impuestos a las rentas m¨¢s elevadas y a las empresas, liberado de las ataduras de la ortodoxia fiscal que despreciaban. Ni iban a plegarse a las sugerencias del Banco de Inglaterra ni estaban dispuestos a someter sus planes al an¨¢lisis independiente de la Oficina de Responsabilidad Presupuestaria (OBR, en sus siglas en ingl¨¦s). Los mercados respondieron alarmados, con el desplome de la libra esterlina y de los bonos a largo plazo del Tesoro brit¨¢nico. El mazazo a la credibilidad econ¨®mica del Reino Unido fue de tal calibre que Sunak y Hunt se ven ahora obligados a adoptar decisiones mucho m¨¢s duras de las que habr¨ªan sido necesarias antes de aquel desastre. ¡°Las palabras de moda vuelven a ser estabilidad y confianza. No solamente ha regresado la ortodoxia, sino que la ha hecho con af¨¢n de venganza¡±, ha dicho Nick Macpherson, el alto funcionario que, como secretario permanente del Tesoro, vel¨® por el rigor presupuestario durante el Gobierno laborista de Gordon Brown y el conservador de David Cameron. ¡°Un partido que llevaba m¨¢s de 12 a?os en el poder ten¨ªa que encontrar nuevos dragones a los que matar para construir su nueva Jerusal¨¦n¡±, ironizaba MacPherson recientemente sobre el plan de Truss y Kwarteng, en una conferencia para el centro de pensamiento Strand Group en Edimburgo.
Regreso a la disciplina fiscal
Sunak ¡ªque fue ministro de Econom¨ªa con Boris Johnson¡ª y Hunt acumulan reuniones durante las ¨²ltimas semanas para preparar su plan fiscal. Siete d¨ªas antes de la presentaci¨®n p¨²blica, han enviado las medidas dise?adas a la OBR, para que la agencia independiente de responsabilidad fiscal pueda acompa?ar al anuncio del Gobierno con el an¨¢lisis y las previsiones correspondientes. Se trata de recuperar credibilidad a toda costa. Algunas filtraciones sobre un informe guardado bajo siete llaves, como la revelada por el Financial Times, dibujan un panorama desalentador en el que el Tesoro brit¨¢nico aumentar¨ªa su deuda en 113.000 millones de euros en el periodo 2026-2027, frente a los 36.000 calculados previamente por la OBR. Es decir, un agujero de 77.000 millones que Hunt deber¨ªa comenzar a tapar cuanto antes.
Desde la era de Gordon Brown, el Gobierno brit¨¢nico se autoimpone ¡ªcon cierta flexibilidad¡ª un rigor fiscal a trav¨¦s de planes ¡ªsendas de gasto¡ª que suelen tener tres a?os de duraci¨®n. Brown estableci¨® la regla de que la deuda nunca superara el 40% del PIB. Los ¨²ltimos planes del Tesoro aspiran simplemente a que el pasivo sostenga una tendencia de descenso en proporci¨®n al PIB al final del plazo. Y no es necesario que el plan sea trianual. Podr¨ªa ser de cinco a?os, una opci¨®n que permitir¨ªa a Hunt retrasar las decisiones m¨¢s dolorosas para despu¨¦s de las elecciones, previstas a finales de 2024. Cualquier sugerencia de austeridad en un momento en que los brit¨¢nicos sufren en su econom¨ªa dom¨¦stica una enorme crisis del coste de la vida har¨ªa sonar las alarmas entre los diputados conservadores, y desatar¨ªa las cr¨ªticas de algunos analistas que temen que el remedio pueda ser peor que la enfermedad. ¡°El mayor peligro al que nos enfrentamos ahora ser¨ªa tomar la decisi¨®n de demostrar credibilidad fiscal a base de adoptar una pol¨ªtica fiscal muy restrictiva, que redujera las ayudas a los hogares m¨¢s pobres o refrenara elementos clave de inversi¨®n p¨²blica¡±, advierte Jagjit S. Chadha, director del Instituto Nacional de Econom¨ªa e Investigaciones Sociales.
Un retraso excesivo de las medidas necesarias corre el riego, sin embargo, de despertar escepticismo en los inversores y volver a inquietar a los mercados.
Impuestos invisibles
Hunt no deja de repetir que los impuestos subir¨¢n para todos. El m¨¦todo m¨¢s sutil para lograr eso sin desatar la ira de los conservadores ser¨ªa a trav¨¦s de lo que en la jerga fiscal se conoce como ¡°impuestos invisibles¡±. El m¨ªnimo de renta exento se sit¨²a ahora en 12.570 libras (unos 14.300 euros). A partir de unos ingresos de 100.000 libras (cerca de 114.000 euros), cada dos libras m¨¢s que se cobran, deducen una del m¨ªnimo exento. Es decir, al cobrar 125.000 libras, desaparece ese m¨ªnimo y se cotiza al 40% la cantidad ¨ªntegra de la renta. Normalmente, suele actualizarse con la inflaci¨®n el m¨ªnimo exento. Si el Gobierno no lo hace, y los salarios medios en el sector privado suben el 6% previsto por la Oficina Nacional de Estad¨ªstica, la recaudaci¨®n tributaria aumentar¨¢ sin necesidad de anunciar un aumento de impuestos.
¡°Que todo el mundo vaya a pagar m¨¢s impuestos puede significar cualquier cosa. Desde mantener congelado el m¨ªnimo exento a introducir nuevas figuras impositivas, como puede ser resucitar el aumento de las cuotas de la Seguridad Social [las aument¨® el Gobierno de Johnson. Anul¨® la decisi¨®n Liz Truss]. Aunque si de verdad va a ser un aumento para todo el mundo, el ¨²nico modo de hacerlo es subiendo el IVA¡±, apunta Paul Johnson, director del Instituto de Estudios Fiscales.
Medidas para los m¨¢s vulnerables
Una de las primeras decisiones que adopt¨® Hunt en cuanto se hizo con las riendas del Ministerio de Econom¨ªa fue rebajar el alcance de las ayudas directas a familias y empresas para hacer frente a la factura del gas y la electricidad. El anuncio del Gobierno de Truss supon¨ªa un desembolso generalizado de casi 150.000 millones de euros, sin discriminar entre usuarios, y generaba directamente la misma cantidad de deuda p¨²blica. Con la rectificaci¨®n, la ayuda universal se mantendr¨¢ hasta abril ¡ªpara pasar el invierno¡ª. A partir de ese momento, las subvenciones ser¨¢n m¨¢s selectivas y progresivas, centradas sobre todo en los hogares m¨¢s vulnerables. Es adem¨¢s muy probable que el Gobierno brit¨¢nico recurra de nuevo a un impuesto extraordinario y temporal sobre los ¡°beneficios ca¨ªdos del cielo¡± de unas empresas energ¨¦ticas que han visto c¨®mo se disparaba su cuenta de resultados gracias a la crisis desatada por la guerra en Ucrania.
Adem¨¢s de medidas de eficacia transversales, para congelar inversiones en todos los departamentos del Gobierno, Hunt debe decidir qu¨¦ hacer con los salarios de los funcionarios p¨²blicos. Todo sugiere un aumento superior al 2% previsto, pero inferior al 6% del sector privado. Y algo similar deber¨¢ plantearse con las ayudas y prestaciones sociales. Otro asunto son las pensiones p¨²blicas, cuyo aumento est¨¢ garantizado por el ¡°triple cerrojo¡±. Siempre deber¨¢n subir de acuerdo con la cifra m¨¢s alta de tres datos: la inflaci¨®n, la subida salarial media o el 2,5%. Sunak se ha comprometido a respetar esta regla.
Algunos medios, como The Times, apuntan a una subida del salario m¨ªnimo, e incluso a cheques de ayuda directa para las familias m¨¢s vulnerables. Gestos de solidaridad selectiva, nada de ayudas universales.
El elefante en la habitaci¨®n
Sunak fue un defensor ferviente del Brexit de los de primera hora. Hunt era un conservador partidario de la permanencia en la UE, y lleg¨® incluso a pedir un segundo refer¨¦ndum despu¨¦s del de 2016. Pero ¡°la palabra que empieza por B¡± se ha convertido en un tab¨² de la pol¨ªtica brit¨¢nica, el elefante en medio de la habitaci¨®n que todos ¡ªconservadores y laboristas¡ª esquivan sin mirar. ¡°No acepto la premisa de que el Brexit nos har¨¢ m¨¢s pobres (¡). No niego que una decisi¨®n como esa ha tenido costes, pero tambi¨¦n han surgido oportunidades. Lo que ha ocurrido es que, a los pocos meses de abandonar la UE, hemos sufrido una pandemia hist¨®rica que ha retrasado el proceso necesario de determinar cu¨¢les eran esas oportunidades. Ahora necesitamos hacerlo¡±, defiende Hunt con la fe del converso.
Los conservadores son incapaces de afrontar esa realidad. Un 16% menos de exportaciones a la UE ¡ªque en algunos productos llega al 50%¡ª; un 20% menos de importaciones desde el continente (seg¨²n el Instituto de Investigaciones Econ¨®micas y Sociales). Unos costes comerciales muy superiores para las empresas. Fricciones en aduana y una burocracia insoportable. El Brexit ha sido el factor agravante de una gesti¨®n econ¨®mica llena de agujeros negros y de decisiones m¨¢s ideol¨®gicas que pr¨¢cticas.
En medio de una crisis mundial cada vez m¨¢s preocupante, el mundo observa al Reino Unido, para comprobar si rema en la misma direcci¨®n que el resto o es una isla definitivamente a la deriva.
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