El a?o que consumimos (mucha) menos energ¨ªa
La demanda dom¨¦stica y empresarial de electricidad y gas cae con fuerza respecto a 2021. La de carburantes tambi¨¦n es notablemente menor que en 2019, el ¨²ltimo a?o comparable antes de la pandemia
La brutal escalada en el precio de los productos energ¨¦ticos no solo ha tra¨ªdo consigo lo m¨¢s evidente: un golpe sin precedentes para el bolsillo de los consumidores y una in¨¦dita reacci¨®n del Gobierno en forma de ayudas para capear el temporal. A pesar de que, al tratarse de un suministro b¨¢sico, buena parte de la energ¨ªa consumida no fluct¨²a en funci¨®n de su precio, el reciente encarecimiento de esta ha provocado una reducci¨®n sobre el consumo de electricidad, gas natural y productos petrol¨ªferos sin apenas precedentes.
La tendencia es especialmente acusada en el sector empresarial y, muy particularmente, en la industria. En ambos casos, la reacci¨®n a los precios ha sido instant¨¢nea: la subida ha conducido a una mayor eficiencia en los procesos, a una menor producci¨®n o ¡ªen un pu?ado de casos¡ª a un cambio de combustible. En los hogares, la reacci¨®n ha sido menor, en gran medida porque las opciones tambi¨¦n lo eran: a partir de un umbral, es dif¨ªcil reducir el consumo de energ¨ªa sin un cambio dr¨¢stico de los h¨¢bitos.
A corto plazo, la continuidad de esta merma en el consumo de energ¨ªa parece garantizada: hasta marzo, la comparaci¨®n se establecer¨¢ con un periodo de 2022 en el que la guerra a¨²n no hab¨ªa terminado de disparar los precios y no hab¨ªa llevado a las autoridades a acelerar en el despliegue de planes de ahorro. A partir de entonces, todo depender¨¢ de lo que ocurra con los precios: si se prolonga la senda bajista de la electricidad, el gas y los carburantes de las ¨²ltimas semanas y la econom¨ªa no se resiente, las empresas volver¨¢n a consumir y los hogares tendr¨¢n un aliciente menos para la eficiencia. Si vuelven a subir, el incentivo para que los hogares reduzcan su consumo ser¨¢ menor y la industria volver¨¢ a renunciar a nuevos pedidos.
Electricidad
A menos de una semana de que termine el a?o, la demanda el¨¦ctrica acumula un descenso del 2,2% respecto a 2021, cuando el consumo todav¨ªa a¨²n no hab¨ªa recuperado ¡ªni de lejos¡ª el nivel previo a la pandemia de coronavirus. Si se corrige por temperatura y laboralidad, dos determinantes fundamentales del consumo, la demanda de electricidad acumula un descenso interanual a¨²n mayor: del 3,2% respecto a 2021, casi un punto m¨¢s, seg¨²n los ¨²ltimos datos de Red El¨¦ctrica de Espa?a (REE) consultados por este diario. La ca¨ªda, adem¨¢s, ha ido a m¨¢s con el paso de los meses, en especial desde el inicio de la guerra y tras el verano, cuando el Gobierno puso en marcha su primer plan de ahorro energ¨¦tico.
Este ser¨¢ el ejercicio de menor consumo desde 2020, cuando el confinamiento y la crisis econ¨®mica provocada por la pandemia causaron un aterrizaje forzoso del consumo de luz (-5,5%). Aunque sin llegar a la ca¨ªda interanual de entonces, la bajada en el consumo de electricidad provocada por el fuerte repunte de los precios rondar¨¢ este 2022 el 7% respecto a los dos ejercicios en los que m¨¢s electricidad se consumi¨® en Espa?a (2008 y 2018).
Al margen de la crisis sanitaria, que provoc¨® un ajuste sin precedentes en el consumo el¨¦ctrico, hay que remontarse a m¨¢s de una d¨¦cada atr¨¢s para dar con una menor demanda que en 2022. Ni siquiera el paulatino avance de la electrificaci¨®n ¡ªcada vez m¨¢s coches, m¨¢s calefacciones y m¨¢s industrias apuestan por esta fuente de energ¨ªa, en detrimento del gas natural y del gas¨®leo, un movimiento necesario para avanzar en la descarbonizaci¨®n de la econom¨ªa¡ª han sido suficientes para contrarrestar la tendencia, en la que el auge del autoconsumo en hogares y empresas tambi¨¦n empieza a tener incidencia.
¡°La demanda reacciona poco frente a cambios limitados en el precio, pero s¨ª lo hace frente a subidas dr¨¢sticas¡±, explica Luis Atienza, expresidente de REE. ¡°Hay una mayor concienciaci¨®n y una mayor vigilancia de consumos superfluos, peque?as decisiones que responden a una mayor concienciaci¨®n y a los precios. Adem¨¢s, la demanda empresarial y, especialmente, la industrial, que es la que m¨¢s ha ca¨ªdo, es mucho m¨¢s el¨¢stica que la dom¨¦stica¡±. Los datos respaldan su an¨¢lisis: las empresas de consumo medio y alto han reducido su demanda en un 5,2% en t¨¦rminos brutos y hasta en un 6,9% en t¨¦rminos corregidos por calendario y temperatura. En el caso espec¨ªfico de las manufacturas, el descenso es a¨²n mayor: del 9,5% bruto y del 10,8% ajustado.
A diferencia de en los procesos industriales que consumen gas, los que requieren electricidad no tienen manera de sustituirla por otros tipos de energ¨ªa: ¡°La ¨²nica forma es dejar de aceptar algunos pedidos; producir menos¡±, recuerda Atienza.
Gas natural
La demanda convencional de gas ¡ªhogares y empresas¡ª se encamina a su menor nivel anual en dos d¨¦cadas, seg¨²n los datos del gestor t¨¦cnico del sistema (Enag¨¢s). Los algo menos de 229 teravatios hora (TWh) que se consumir¨¢n este a?o son casi un 21% menos que el a?o pasado, una cifra inusualmente alta para una comparaci¨®n anual. Adem¨¢s de a la mayor eficiencia obligada por los precios, la bajada tambi¨¦n se puede achacar a la menor quema de gas para calefacciones ¡ªha sido un a?o m¨¢s c¨¢lido¡ª y a la sustituci¨®n de combustible en la industria ¡ªt¨ªpicamente, por di¨¦sel o fuel¨®leo¡ª.
Donde s¨ª ha aumentado, y mucho, el consumo de gas natural es en las centrales de ciclo combinado. Estas plantas, que queman el combustible f¨®sil para obtener electricidad, han operado este a?o a pleno rendimiento. Tanto, que se han convertido en la principal fuente de energ¨ªa en Espa?a por primera vez en una d¨¦cada, por delante de la e¨®lica y la nuclear.
En buena medida, este aumento coyuntural en el consumo de gas para producir electricidad responde a dos factores que desaparecer¨¢n en los pr¨®ximos meses: la sequ¨ªa, que ha dejado fuera de juego a un buen n¨²mero de centrales hidroel¨¦ctricas; y el aumento de las exportaciones a Francia por el par¨®n nuclear y, en menor medida, por la excepci¨®n ib¨¦rica. Incluso con ese aumento en el gas usado por los ciclos combinados, solo uno de los cuatro ¨²ltimos a?os (de nuevo 2020, marcado de principio a fin por la pandemia) se sald¨® con un menor consumo.
Carburantes
Al margen de los dos a?os en los que las restricciones a la movilidad redujeron dr¨¢sticamente los desplazamientos de los espa?oles ¡ªy, consecuentemente, los repostajes¡ª, 2022 va camino de ser el ejercicio de menor demanda de gasolina y gas¨®leo A desde 2016. Hasta octubre ¡ªel ¨²ltimo mes para el que Corporaci¨®n de Reservas Estrat¨¦gicas de Productos Petrol¨ªferos (Cores) tiene registros¡ª, las estaciones de servicio dispensaron casi 1,8 millones de toneladas m¨¦tricas de di¨¦sel, 454.000 de gasolina 95 y algo menos de 26.000 de gasolina 98. En total, 2,28 millones de toneladas de carburantes de automoci¨®n, un 4% menos que en el mismo periodo de 2019, el ¨²ltimo a?o plenamente comparable.
¡°El consumo no solo no ha recuperado los niveles de 2019, sino que est¨¢ volviendo a bajar tanto respecto a los meses anteriores como respecto al mismo mes del a?o pasado, cuando todav¨ªa hab¨ªa menor movilidad por la pandemia¡±, afirma In¨¦s Cardenal, de la Asociaci¨®n Espa?ola de Operadores de Productos Petrol¨ªferos ¡ªla patronal del sector¡ª, que lo achaca tanto a los altos precios como al menor crecimiento econ¨®mico. ¡°Los conductores est¨¢n usando menos el coche y teniendo m¨¢s cuidado en sus desplazamientos¡±. El abaratamiento del transporte p¨²blico, con subvenciones estatales, auton¨®micas y municipales, tambi¨¦n podr¨ªa estar empujando a las familias a dejar el coche en casa y optar por alternativas m¨¢s limpias y econ¨®micas.
Adem¨¢s de la escalada sinf¨ªn en los monolitos ¡ªlos espa?oles nunca pagaron tanto por llenar el dep¨®sito de su coche como en 2022; el Gobierno nunca antes se hab¨ªa visto forzado a implementar una ayuda universal de 20 c¨¦ntimos por litro para aliviar la inflaci¨®n¡ª, influyen otros factores. Aunque a un ritmo m¨¢s lento que en otros grandes pa¨ªses europeos, el coche el¨¦ctrico empieza a abrirse paso en las ventas. Tambi¨¦n los h¨ªbridos enchufables, que no son la panacea, pero que tambi¨¦n requieren menos combustible en su uso cotidiano. Adem¨¢s, a igualdad de condiciones (potencia, peso¡) todos los veh¨ªculos nuevos, incluso los de combusti¨®n pura, consumen notablemente menos que los m¨¢s antiguos, que van saliendo poco a poco del parque automovil¨ªstico.
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