Thierry Breton: ¡°La UE movilizar¨¢ 350.000 millones para su industria energ¨¦tica verde¡±
El comisario de Mercado Interior cree que Europa necesita un marco com¨²n y una financiaci¨®n equivalente para los 27 para responder a EEUU
Europa invertir¨¢ unos 350.000 millones en la fabricaci¨®n de productos industriales para generar energ¨ªas verdes. Y para competir con ¨¦xito contra el proteccionismo chino y norteamericano. As¨ª lo estima el comisario europeo de Mercado Interior, Thierry Breton (Par¨ªs, 1955), en una entrevista mantenida con este peri¨®dico durante su reciente estancia en Espa?a.
Breton es un actor clave para formular la inminente propuesta de la Comisi¨®n sobre el asunto, comprometida para este enero. Recuerda que ¡°el mercado interior es la quintaesencia de lo que hacemos mejor: poner en com¨²n un bien com¨²n, lo que cosecha m¨¢s beneficios que si gestion¨¢semos cada uno nuestro peque?o per¨ªmetro¡±. Y que al principio de la pandemia se esfum¨®, porque algunos ¡°cerraban sus fronteras¡±, pero ¡°reabrimos, ganamos¡±.
Pregunta. Europa est¨¢ sometida a una pinza entre EEUU y China. ?Cu¨¢l ser¨¢ el desenlace?
Respuesta. Europa se refuerza en las crisis. Ya lo dijeron los padres fundadores. Trabaja en conjunto. Se refuerza en conjunto. Lo constatamos en la Gran Recesi¨®n y en la pandemia. Ahora tenemos una crisis energ¨¦tica e industrial fuerte, derivada de la guerra de Ucrania.
P. La primera guerra en nuestro continente despu¨¦s de los Balcanes, aunque esta fuese de alcance menos global.
R. Exacto. Y afecta a nuestro modo de vivir, de alimentarse, de producir¡ Y a las relaciones de dependencia que se establecieron con Rusia. Aportamos todo nuestro apoyo a Ucrania, con los EEUU y otros. Seguiremos as¨ª. Y luego est¨¢n las autocracias, Rusia. Y China, por eso la calificamos de rival sist¨¦mico, lo que no implica no comerciar, sino defender nuestros valores. Sabemos d¨®nde estamos. Y somos una gran democracia, de 450 millones de personas. Que avanza.
P. S¨ª, pero a cada ocasi¨®n parece olvidarse de los avances en com¨²n, sin acumular las soluciones aplicadas y vuelve a las divisiones, al punto cero, a tener que reaprender que la acci¨®n conjunta es imprescindible. Gastamos mucho tiempo en fabricar el consenso, en tomar decisiones.
R. Entiendo esa ¨®ptica. Pero debo centrarme en lo que es mi responsabilidad, el mercado interior. Es la quintaesencia de lo que hacemos mejor: poner en com¨²n un bien com¨²n, lo que cosecha beneficios mucho mejores que si gestion¨¢semos cada uno nuestro peque?o per¨ªmetro. El mercado interior es un combate que nunca se acaba. Siempre hay fuerzas que en los momentos de crisis miran hacia atr¨¢s. Yo debo estar aqu¨ª para recordar que somos m¨¢s fuertes mutualizando los recursos que encerr¨¢ndose sobre uno mismo.
P. ?Qu¨¦ ejemplo destacar¨ªa?
R. Al principio de la crisis de la covid el mercado interior se cerr¨®. Algunos pa¨ªses cerraban las fronteras para reservar las mascarillas a su gente, y para evitar que otros llegasen y les contagiasen. Llam¨¦ a los ministros uno a uno y les conmin¨¦ a desandar esa actuaci¨®n. Hubo discusiones fuertes, pero reabrimos. Nos pusimos de acuerdo para fabricar y repartir las vacunas. Ganamos. Europa fue el primer continente en vacunar a sus ciudadanos y en exportar vacunas. Aprendimos. Ahora tenemos las consecuencias de la crisis de la energ¨ªa, que hab¨ªa empezado antes de la guerra de Ucrania, y que esta amplific¨® enormemente.
P. Y la historia se repiti¨®.
R. Cierto que algunos pa¨ªses decidieron intervenir en solitario e inyectar recursos para proteger sus empresas. Comprendo esa intenci¨®n. Hay que facilitar a nuestras empresas que superen el golpe. Sobre todo cuando otros continentes como EEUU y la China inyectan subvenciones considerables, especialmente para las nuevas tecnolog¨ªas, las verdes: las bater¨ªas, paneles solares fotovoltaicos, e¨®lica. Comprendo que los gobiernos digan: hay que hacer algo parecido para retener y atraer empresas. Por eso voy a ver a todos. Por eso vengo a Espa?a, voy a Polonia, a B¨¦lgica, a Dinamarca¡ Para encontrar un instrumento, un marco general que mantenga una capacidad de reacci¨®n similar a todos los Estados miembros, sea cual sea su situaci¨®n econ¨®mica, financiera, industrial o social. Sobre todo ante la ley norteamericana para la reducci¨®n de la inflaci¨®n [IRA, por sus siglas en ingl¨¦s] del pasado 14 de agosto, que entr¨® en vigor el 1 de enero, y que apoya las tecnolog¨ªas limpias estrat¨¦gicas, como el hidr¨®geno o la fotovoltaica. Y que no solo subvenciona la inversi¨®n, sino tambi¨¦n el funcionamiento de las empresas [con 369.000 millones de euros]. La respuesta debe ser coordenada. Sin ella muchas de nuestras empresas se ir¨¢n¡
P. ¡ a EEUU.
R. Por supuesto, por ser m¨¢s ventajoso que quedarse aqu¨ª, dado el mejor acompa?amiento financiero. Esto es muy peligroso para Europa. Llevamos meses discutiendo, quiz¨¢ muchos, desde septiembre, aunque es verdad que esa ley es solo del 14 de agosto.
P. Viene a Espa?a, a Polonia, a B¨¦lgica, pero el problema de la reacci¨®n individual con centenares de miles de millones de euros est¨¢ m¨¢s bien en Berl¨ªn. O en Par¨ªs.
R. Ya fui a Berl¨ªn, me vi con el vicecanciller Robert Habeck. Y a Par¨ªs, antes de Navidad, con el presidente de la Rep¨²blica, Emmanuel Macron.
P. D¨¦nos la buena noticia de que comprenden que no deben actuar a su aire.
R. Macron lo ha dicho claramente en p¨²blico. Se lo dijo a Joe Biden. Y en el Consejo Europeo de diciembre, destac¨® que se necesitaba una respuesta coordinada sobre el marco general y sobre la financiaci¨®n, fue muy preciso. Y el presidente del Consejo Europeo, Charles Michel, insisti¨®. Y nos pidi¨® ¡ªlos 27 Estados miembros nos pidieron¡ª a la Comisi¨®n que volvi¨¦semos con una propuesta. Para eso hago esta gira de capitales.
P. Le veo menos optimista respecto a Berl¨ªn, como si Alemania estuviese en su modo gasoil habitual: arranque lento y luego velocidad constante.
R. Plantea la suavizaci¨®n de la regulaci¨®n de ayudas de Estado. Y es muy activo sobre el ¡°permiting¡±, facilitar y agilizar los tr¨¢mites para levantar f¨¢bricas de nuevas tecnolog¨ªas. Con frecuencia se tarda hasta tres a?os antes de inaugurarlas.
P. ?Su conclusi¨®n?
R. Estamos ultimando la propuesta. De un lado, la idea del marco general normativo est¨¢ avanzada: acelerar las autorizaciones, tr¨¢mites y procedimientos para crear nuevas f¨¢bricas de nuevas tecnolog¨ªas y acelerar las convalidaciones de ayudas p¨²blicas. Haremos una Clean Tech Act espec¨ªfica para la industria de las tecnolog¨ªas energ¨¦ticas verdes, la descarbonizaci¨®n industrial, la movilidad. Igual que hicimos la Chip Act [ley de apoyo a la fabricaci¨®n de semiconductores], para fomentar no solo el despliegue de nuevas tecnolog¨ªas sino tambi¨¦n acelerar la producci¨®n en Europa. Porque sin una base manufacturera, nuestra seguridad de abastecimiento, nuestra capacidad de exportaci¨®n y nuestros empleos europeos est¨¢n en peligro. Ser¨¢ una norma horizontal, para que todos los que quieran, puedan, con los mismos instrumentos, auparse a estas industrias y nadie se quede en la cuneta. En el cap¨ªtulo de la financiaci¨®n estamos trabajando intensamente.
P. Es el que puede distorsionar m¨¢s la igualdad de cada socio en el mismo mercado, por su distinta capacidad de apoyo p¨²blico, sobre todo en la l¨ªnea norte-sur.
R. Estamos madurando el asunto para encontrar una soluci¨®n v¨¢lida para todos. De momento la financiaci¨®n corre a cuenta de los Estados. Quien tiene m¨¢s capacidad de endeudarse, como Alemania, anuncia que inyectar¨¢ 200.000 millones. Holanda, 40.000, que es mucho para ese pa¨ªs. Estamos discutiendo c¨®mo se concretan las cifras. Estimo que en el caso alem¨¢n, ser¨¢n entre 80.000 y 100.000 millones los dedicados a esta industria [aparte de los destinados a familias].
P. Mucho m¨¢s que otros, absoluta y relativamente.
R. Estamos en el momento de evaluarlo y ponderarlo. Otros pa¨ªses podr¨¢n utilizar la parte no dispuesta del plan de recuperaci¨®n Next Generation-EU. Sobre todo los pr¨¦stamos, m¨¢s que las subvenciones directas. Es el caso de Espa?a. O de Italia. Se trata de cr¨¦ditos que estaban previstos para ese plan, hay que verificar si encajan bien en la nueva Clean Tech Act. Otros pa¨ªses, como B¨¦lgica, esperan poder utilizar un apoyo espec¨ªfico acrecentado del Banco Europeo de Inversiones. Otros sugieren obtener un acceso a una capacidad de endeudamiento adicional, a un tipo de inter¨¦s equivalente para todos, mediante un mecanismo similar al del fondo SURE [para reasegurar el seguro de desempleo]: no todos los pa¨ªses lo utilizaron, pero fue un ¨¦xito para los que s¨ª. Con la garant¨ªa de cada Estado.
P. ?Sugiere una variedad de instrumentos financieros?
R. Exactamente. La idea en la que estoy trabajado es que no habr¨¢ un mecanismo ¨²nico, en solitario. Sino un conjunto, una panoplia de instrumentos. Que por una parte sean capaces de responder a las distintas necesidades de cada pa¨ªs. Y por otra posibiliten a todos y cada uno dar una respuesta de inversi¨®n industrial similar. No es una propuesta de un nuevo Next-Generation, que ser¨ªa dif¨ªcilmente aceptada, sino una caja de distintos instrumentos financieros disponibles.
P. Espa?a propone que la flexibilidad en las ayudas de Estado sea temporal, hasta 2026, y que sea ¡°imperativa¡± su vinculaci¨®n al plan Nex Generation: ?qu¨¦ opina?.
R. Se trata de cambios estructurales. El IRA estadounidense no es una medida transitoria; la pol¨ªtica de China es a largo plazo. As¨ª que el marco que establezcamos no puede limitarse a soluciones temporales a corto plazo. Por eso creemos que debe prepararse una combinaci¨®n de medidas reguladoras y de apoyo financiero. Y buscamos soluciones que funcionen en toda la Uni¨®n Europea, seg¨²n las distintas circunstancias. En algunos Estados miembros, NextGenerationEU puede, con las flexibilidades necesarias, ayudar. Pero no es el caso de todos los Estados miembros. Algunos ya han asignado todo su presupuesto y utilizado todos los pr¨¦stamos posibles. Necesitamos un conjunto de medidas nacionales y de la UE para hacer frente al reto de la desindustrializaci¨®n vinculado a los costes energ¨¦ticos y a la carrera por las tecnolog¨ªas limpias: ayudas estatales, el mejor uso posible de los instrumentos existentes (RFF, Repower), pero tambi¨¦n nuevos instrumentos europeos para apoyar a muy corto plazo a las empresas que se enfrentan a altos costes energ¨¦ticos y ayudarlas a invertir en capacidades de fabricaci¨®n de tecnolog¨ªas limpias.
P. Con todo eso ?se asegura que no convertiremos al mercado interior en un abanico de piezas inconexas y protagonistas desiguales, lo que desnaturalizar¨ªa a la Uni¨®n?
R. S¨ª, la idea es garantizar un terreno com¨²n para la participaci¨®n de todos, un level playing field [igualdad de condiciones] normativo, y la capacidad financiera para los Estados de intervenir en funci¨®n de sus necesidades, de forma aproximadamente similar en funci¨®n de sus especificidades.
P. Pero la suavizaci¨®n de las ayudas de Estado puede asfixiar al mercado ¨²nico.
R. Es un riesgo verdadero, porque algunos Estados tendr¨ªan bolsillos m¨¢s grandes para ayudar a sus empresas, incluso aunque se trate solo de excepciones temporales. Y ser¨ªan susceptibles de distorsionar la competencia. Solo un marco que especifique para qu¨¦ empresas, qu¨¦ sector, bajo qu¨¦ forma, en materia de subvenciones a la inversi¨®n o de funcionamiento, durante cu¨¢nto tiempo¡ permitir¨¢ responder a este riesgo, porque ser¨¢ una normativa id¨¦ntica para todos. Pero si solo se abren las reglas de competencia sin m¨¢s exigencias, el riesgo ser¨ªa superior.
P. ?Se evitar¨¢ pues un mercado interior a lo Frankenstein?
R. Me parece que es la ¨²nica manera de mantener que Europa sea competitiva hacia afuera y al mismo tiempo arm¨®nica hacia dentro. Este es mi combate.
P. ?Qu¨¦ cuant¨ªa total de recursos estima?
R. A grandes rasgos, y teniendo en cuenta la experiencia americana, se acercar¨¢ a un 2% del PIB comunitario, o sea unos 300.000 o 350.000 millones de euros, pero solo en esta industria espec¨ªfica, de producci¨®n industrial para equipos de energ¨ªa limpia. Estas cifras son una aproximaci¨®n, un orden de magnitud.
P. ?Eso es todo?
P. Y adem¨¢s tenemos otro mecanismo, el REPower-EU, para financiar las infraestructuras energ¨¦ticas que contribuyan al Pacto Verde. De redes el¨¦ctricas a interconexiones, campos de energ¨ªas renovables, o terminales de regasificaci¨®n. Es un dispositivo paralelo, pero distinto. La Clean Tech Act pretende estimular la fabricaci¨®n industrial de productos energ¨¦ticos, insisto, como bater¨ªas y placas fotovoltaicas, que hoy apenas se producen en Europa. El marco normativo y la financiaci¨®n equiparable a la de nuestros competidores permitir¨¢n crear una industria para las energ¨ªas renovables competitiva con la norteamericana y la china.
P. Partimos casi de cero.
R. Europa apenas produce el 2% del total mundial de placas solares. Una mayor¨ªa abrumadora se hace en China.
P. Hay algo en Alemania.
R. Cada vez menos. El presidente de una de las sociedades que est¨¢ en ello acaba de confesarme que en caso de no poder contar con apoyos est¨¢ a punto de replantear y buscar otra localizaci¨®n para las inversiones que ten¨ªa previstas en nuestro continente. Tenemos que evitar ese ¨¦xodo. El primer ministro polaco me comentaba el otro d¨ªa con acierto: ¡°los europeos debemos exportar nuestros productos, no nuestros empleos¡± en estos sectores de futuro. Por mi parte a?ado que para esas nuevas producciones se necesitan materias primas muy selectas, tierras raras, minerales espec¨ªficos como el n¨ªquel o el cobalto o el manganeso. Gran parte de esos materiales se extraen o se elaboran en China.
P. Tambi¨¦n en Ucrania.
R. Si, pero la elaboraci¨®n, las refiner¨ªas del litio, por ejemplo, est¨¢n en China, al 90%. Chile produce, pero tiene que enviarlo por barco all¨¢, y luego nosotros lo importamos. Dependemos del lugar que elabora. Tenemos que montar factor¨ªas en Europa y trabar acuerdos de importaci¨®n con los productores, como Chile, o Namibia o Canad¨¢, que diversifiquen el acceso a la materia prima. Y tambi¨¦n realizar minas de extracci¨®n propias. No debemos reposar completamente en los dem¨¢s porque tenemos recelos a la posible contaminaci¨®n: hoy hay suficientes tecnolog¨ªas para su producci¨®n limpia, manteniendo el respeto al medio ambiente y a la biodiversidad. Moralmente no debemos cerrar los ojos de forma que solo extraigan los dem¨¢s.
P. El subsuelo europeo es menos rico.
R. Tenemos muchos minerales en Europa. Litio, cobalto, zinc. A grandes trazos, podr¨ªamos satisfacer al menos el 30% de nuestras necesidades. Y ahora hay que a?adirle el recent¨ªsimo descubrimiento de Suecia. Estamos en ello, preparando otra norma, la Raw Materials Act [ley de materias primas]. La presentar¨¦ en marzo. Contamos con la unanimidad de principio de los ministros de Industria sobre sus distintos componentes: seguridad, investigaci¨®n, reciclaje y econom¨ªa circular.
P. La presidenta Von der Leyen ha propuesto un fondo de soberan¨ªa para las inversiones industriales m¨¢s globales, ?c¨®mo se conjuga eso con el paquete que comentamos?
R. Es una propuesta a m¨¢s largo plazo. Estamos trabajando en ello. Versar¨¢ sobre sectores que deban ser protegidos. Y requerir¨¢ claramente una financiaci¨®n de la Comisi¨®n. Ser¨¢ un elemento importante para la revisi¨®n de medio plazo de las perspectivas financieras.
P. ?En qu¨¦ punto est¨¢ la Chips Act?
R. El Consejo ya la aprob¨®. Ahora est¨¢ en el Parlamento y luego empieza el ¡°tr¨ªlogo¡± entre las tres instituciones. Conf¨ªo en que acabar¨¢ este a?o.
P. ?Qu¨¦ lento!
R. Nuestra democracia es as¨ª. Las democracias son m¨¢s lentas que las autocracias. Las dictaduras son sumar¨ªsimas. Pero la clave est¨¢ en que, como la hoja de ruta est¨¢ ya bosquejada, las empresas han planteado ya muchos proyectos. Y que est¨¢n firmados.
P. Este efecto de anticipaci¨®n a la plena vigencia de la norma es significativo, tambi¨¦n est¨¢ ocurriendo en Espa?a con los proyectos del plan Next Generation.
R. En efecto. Yo estoy a disposici¨®n de todos los que quieren verme para adecuarse y para anticipar sus proyectos. He visto a muchos, entre ellos a Elon Musk de Twitter, a Airbnb, a todas las grandes plataformas; hemos iniciado pruebas de auditor¨ªa voluntarias¡
P. Sobre la nueva normativa europea digital, ?le obedecer¨¢ Musk en su exigencia de que modere los contenidos de Twiter y la desinformaci¨®n?
R. No tiene por qu¨¦ obedecerme o no. Soy muy claro. Europa es el primer gran espacio econ¨®mico y el primer mercado digital del mundo libre: una vez y media m¨¢s que los estadounidenses en n¨²mero de usuarios. Es normal que las grandes plataformas quieran venir y sacar partido de nuestro mercado. No las forzamos a venir, son bienvenidas, pero les decimos: he aqu¨ª nuestras reglas. En Europa continental se conduce a la derecha. Vale para la conducci¨®n o para enviarnos autom¨®viles. Es todo. Entienden bien cu¨¢les son las condiciones de acceso a nuestro mercado, hay que cumplirlas y si no, se dispondr¨¢ de una escala de sanciones. No es la obediencia personal. Es la ley.
P. Es as¨ª como se expanden en todo el mundo los est¨¢ndares europeos, gracias a la potencia normativa de la UE, como ha escrito la jurista Anu Bradford en The Brussels effect.
R. Claro, pero mi responsabilidad es Europa. He tenido esa discusi¨®n con Musk. Me ha dicho que comprende el planteamiento y que se siente c¨®modo y cumplir¨¢. Y yo, que si quieren aplicar las mismas normas para sus actividades fuera de Europa, ning¨²n problema.
P. Eso, ?no es bueno para la UE? Exporta reglas.
R. De alguna manera EE UU afronta el mismo desaf¨ªo, pues sufre las consecuencias de la excesiva desregulaci¨®n del espacio digital, sobre las redes sociales, sobre la protecci¨®n de las personas, que acaba desembocando en una monopolizaci¨®n que equivale a la de los rentistas.
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