El desaf¨ªo de Ferrovial nos abre los ojos
Es deber de los Gobiernos democr¨¢ticos establecer sistemas fiscales que defiendan los intereses ciudadanos y el estado de bienestar claramente amenazado
La decisi¨®n de Ferrovial de trasladar su sede a los Pa¨ªses Bajos, un pa¨ªs conocido por los privilegios fiscales a las empresas, es un serio desaf¨ªo para el estado de bienestar. La decisi¨®n de la constructora, que ha crecido al amparo de la obra p¨²blica del Estado y se ha convertido en una poderosa multinacional gracias a su capacidad tecnol¨®gica, nos abre los ojos ante los retos de la econom¨ªa global. Un mundo en que el poder de las multinacionales supera cada vez m¨¢s al de los Estados y al de las entidades supranacionales como la Uni¨®n Europea.
La excusa del traslado para facilitar la cotizaci¨®n en la compa?¨ªa en Nueva York resulta poco convincente. Varias empresas espa?olas cotizan en Estados Unidos sin necesidad de cambiar de sede. Telef¨®nica fue autorizada a operar en Wall Street en 1987.
La b¨²squeda de ventajas fiscales es una de las motivaciones b¨¢sicas de la iniciativa. La compa?¨ªa habr¨ªa explorado los sistemas de otros pa¨ªses de baja tributaci¨®n como Luxemburgo e Irlanda.
Ferrovial aprovecha las debilidades de la UE en materia fiscal. Un agujero que impide a la Uni¨®n avanzar en la cohesi¨®n europea. Situaci¨®n de la que se aprovechan Pa¨ªses Bajos, Irlanda, Malta, Chipre y Luxemburgo, que con sus sistemas fiscales especiales, pueden atraer empresas y as¨ª elevar su recaudaci¨®n impositiva en perjuicio de sus socios. Oxfam estima que el sistema holand¨¦s le cuesta al resto del mundo unos 22.000 millones de euros anuales. Espa?a perdi¨® m¨¢s de 4.000 millones de euros en 2019, por los desv¨ªos de beneficios de las multinacionales a los para¨ªsos fiscales, seg¨²n distintas investigaciones.
Los gigantes estadounidenses (Google, Apple, Intel, Meta y Pfizer) han establecido sus bases en Irlanda para pagar menos impuestos en otros pa¨ªses. Gracias a la competencia impositiva desleal desde 2014 ese pa¨ªs ha logrado doblar su econom¨ªa, mientras que el conjunto de la UE ha crecido un 23%, seg¨²n Eurostat.
Hay otra Europa que interesa. La que representan pa¨ªses como Dinamarca, Finlandia, Suecia, Francia y Alemania con una alta conciencia fiscal de sus ciudadanos y empresas. Son estados con menos desigualdades que persiguen que la seguridad jur¨ªdica sea un valor efectivo tanto para las compa?¨ªas como para los ciudadanos.
El presidente de Ferrovial, Rafael del Pino, busca el terreno de juego m¨¢s favorable y no duda en utilizar las instituciones nacionales o europeas para optimizar los beneficios de su empresa. Es deber de los Gobiernos democr¨¢ticos establecer sistemas fiscales que defiendan los intereses ciudadanos y derechos del estado de bienestar claramente amenazado.
Ante el desaf¨ªo fiscal, los juristas de ATTAC, Alex Madariaga, Xavier Mart¨ªnez Gil y Jaume Garc¨ªa recordaban recientemente en Barcelona el mandato Constitucional: ¡°Toda la riqueza del pa¨ªs en sus distintas formas y sea cual fuere su titularidad est¨¢ subordinada al inter¨¦s general¡±. Los ciudadanos precisan m¨¢s protecci¨®n en esta desigual batalla. Los Estados y la UE se juegan su propia existencia y no deber¨ªan vacilar en actuar ante el omn¨ªmodo poder de las corporaciones, cuyas actuaciones son permitidas.
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