Bruselas exigir¨¢ a los pa¨ªses que rebajen la deuda p¨²blica cada a?o para cumplir con los planes de ajuste

Bruselas ya tiene redactas las nuevas normas fiscales. Habr¨¢ planes plurianuales de ajustes individualizados por pa¨ªs, de entre cuatro y siete a?os, que los Estados propondr¨¢n a la Comisi¨®n Europea y despu¨¦s negociar¨¢n entre ambas partes. Incluso podr¨¢n revisarse despu¨¦s de cada convocatoria electoral y con los cambios de Gobierno que estas provoquen. Pero hay l¨ªmites. Los ajustes deber¨¢n repartirse durante todo el periodo. No cabr¨¢ el truco de concentrarlos al final o al principio del periodo con fines electoralistas, apuntan fuentes comunitarias, sobre la propuesta que el Ejecutivo bruselense est¨¢ acabando estos d¨ªas y previsiblemente har¨¢ p¨²blica este mi¨¦rcoles.

Fuentes conocedoras de esta redacci¨®n apuntan que Bruselas no fijar¨¢ en ella un objetivo num¨¦rico de reducci¨®n de deuda cada a?o. Esto quiere decir que el Ejecutivo comunitario no habr¨ªa asumido todo el planteamiento que hace un par de semanas le hizo el ministro de Finanzas alem¨¢n, Christian Lindner, que reclamaba, al menos, un recorte anual del 1% en el volumen de deuda para cada pa¨ªs, sea cual sea su punto de partida. No obstante, s¨ª habr¨ªa aceptado exigir a los pa¨ªses que se comprometan a reducir su deuda cada a?o.

La reforma de las normas que rigen el Pacto de Estabilidad y Crecimiento entra en su recta final. Esta semana, si no media un cambio de ¨²ltima hora, la Comisi¨®n Europea lanzar¨¢ los textos legales que pasar¨¢n a negociar el Parlamento Europeo y el Consejo de la UE y deber¨¢n tener lista antes de acabar el a?o. Los ministros de Econom¨ªa y Finanzas, el Ecofin, aprobaron en marzo las conclusiones que han servido de base para la redacci¨®n de la reforma. Esta deja intactos los grandes n¨²meros de ese pacto de estabilidad, que se aprob¨® en 1992: el d¨¦ficit anual de las cuentas p¨²blicas no debe superar una cantidad equivalente a un 3% del producto interior bruto (PIB) del pa¨ªs y la deuda tiene que ser del 60% del PIB o menos. Sin embargo, Bruselas quiere cambiar los mecanismos para llegar a ambos d¨ªgitos, especialmente, en lo que toca al endeudamiento.

Las tres crisis sist¨¦micas de los ¨²ltimos 15 a?os han dejado a los Estados con un volumen ingente de deuda. En la zona euro, al cierre de 2022 era del 91,5% y en pa¨ªses como Grecia, Italia, Portugal, Espa?a, Francia o B¨¦lgica ese porcentaje es bastante mayor. Para llegar al 60%, seg¨²n las reglas vigentes (aunque suspendidas desde que estall¨® la pandemia), deber¨ªan reducirlo a un ritmo de un veinteavo al a?o hasta dejarlo en ese list¨®n. Esto exigir¨ªa ajustes de tal calibre que, en circunstancias normales, provocar¨ªa una profunda recesi¨®n a bastantes Estados.

La propuesta que viene hilvanando la Comisi¨®n desde que en noviembre pasado lanz¨® un documento con sus ideas mezcla varias ideas. Pretende, en primer lugar, que haya una rebaja de deuda, especialmente en los pa¨ªses m¨¢s endeudados. Aunque, al mismo tiempo, asume la imposibilidad de que todos lo hagan al mismo ritmo sea cual sea su punto de partida, de ah¨ª que propusiera planes de cuatro a?os que cada Estado negociar¨ªa con la Comisi¨®n en los que se fijar¨ªa objetivos de consolidaci¨®n fiscal a medio plazo para que en un futuro m¨¢s lejano e indeterminado se alcance ese 60%. Esas sendas cuatrienales ser¨ªan ampliables a siete si el pa¨ªs concernido se compromete a hacer reformas e inversiones que impulsen su crecimiento econ¨®mico, una herramienta inspiradas en los planes de recuperaci¨®n de la covid-19.

Reticencias de Berl¨ªn

Adem¨¢s de estas ideas b¨¢sicas, Bruselas tambi¨¦n defend¨ªa la inclusi¨®n de sanciones econ¨®micas para las capitales que incumplieran sus compromisos. Sobre el papel, esos castigos ser¨ªan menos elevados que los vigentes actualmente, pero eso, precisamente, los convertir¨ªa en aplicables. Las sanciones contempladas ahora nunca se han impuesto. Su mecanismo se lleg¨® a poner en marcha con Espa?a y Portugal, pero finalmente la multa impuesta fue de cero euros. Fuentes comunitarias apuntan que tanto esta idea como la de buscar acomodo a las ingentes necesidades de inversi¨®n p¨²blica para la doble transici¨®n digital y verde est¨¢n recogidas en las propuestas legales.

Aquel documento de la Comisi¨®n se debati¨® en el Ecofin. En este foro se vio la distancia que hay entre los pa¨ªses m¨¢s endeudados y los que menos, con Alemania a la cabeza. Berl¨ªn no ve claro que los planes individualizados no cuenten, al menos, con unos objetivos num¨¦ricos comunes para todos los Estados miembro. Tambi¨¦n teme que la negociaci¨®n de la senda de ajustes se convierta en un apa?o entre Bruselas y la capital de turno y, por eso, incide constantemente en la ¡°transparencia¡± y el enfoque multilateral que deben tener los planes. Su ministro de Finanzas fue el m¨¢s reticente a la hora de aprobar en marzo las conclusiones del Ecofin que han dado pie a la fase actual y, de hecho, exigi¨® al Ejecutivo comunitario que escuchara a los Gobiernos nacionales al ultimar las propuestas legales. Por eso, prepar¨® un documento en el que exig¨ªa esa rebaja m¨ªnima anual del 1% para los pa¨ªses m¨¢s endeudados m¨¢s una regla que pusiera l¨ªmites al incremento de gasto.

En los ¨²ltimos d¨ªas, apuntan varias fuentes al tanto de c¨®mo se han estado elaborando los documentos, los gabinetes del vicepresidente responsable del ¨¢rea econ¨®mica, Valdis Dombrovskis, y del comisario de Econom¨ªa y Finanzas, Paolo Gentiloni, han tratado de encajar todas sus piezas e, incluso, han tenido que rehacer los modelos econ¨®micos sobre los que preparaban su propuesta. C¨®mo encajar o, al menos, atender algo las peticiones alemanas habr¨ªa llevado m¨¢s trabajo. En esto tambi¨¦n habr¨ªa tenido un papel destacado el equipo de la presidenta de la Comisi¨®n, Ursula von der Leyen.

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