Europa y EE UU acarician el so?ado ¡®aterrizaje suave¡¯: la econom¨ªa resiste a la abrupta subida de tipos
Frente a los pron¨®sticos m¨¢s agoreros, y pese a la ralentizaci¨®n, la econom¨ªa resiste mucho mejor de lo previsto la subida de los tipos de inter¨¦s
En los a?os inmediatamente posteriores al hist¨®rico estallido financiero de 2008, el FMI, la OCDE y el resto de grandes organismos internacionales pecaron de optimistas. Semestre tras semestre y a?o tras a?o, la realidad dejaba en entredicho las previsiones de crecimiento, que se iban sistem¨¢ticamente largas. Ese sesgo se ha dado la vuelta en los ¨²ltimos tiempos: la crisis energ¨¦tica ha comprometido el crecimiento europeo, empezando por Alemania, pero sin poner de rodillas al bloque, como se temi¨®. Con todas las cautelas posibles ¡ªla econom¨ªa es siempre una historia en tiempo real y si algo han ense?ado los ¨²ltimos a?os es que todo es posible¡ª, los mimbres de la macro est¨¢n mostrando una inaudita capacidad de resistencia frente a la subida de tipos de inter¨¦s m¨¢s abrupta en cuatro d¨¦cadas.
Imbuido por el pesimismo, el mundillo econ¨®mico arrincon¨® la hip¨®tesis del aterrizaje suave ¡ªque dibujaba una econom¨ªa capaz de digerir la inflaci¨®n y la escalada en el precio del dinero sin sufrir una recesi¨®n de caballo¡ª a los dominios de los optimistas m¨¢s irredentos. Meses despu¨¦s, sin embargo, esa teor¨ªa de nicho est¨¢ a un paso de convertirse en algo tangible. El crecimiento afloja a ambos lados del Atl¨¢ntico. Pero aguanta. Gracias, sobre todo, a un mercado laboral mucho m¨¢s boyante de lo que nunca se pudo pensar y a un consumo de los hogares que est¨¢ capeando la tormenta con nota en un entorno de fuerte encarecimiento del cr¨¦dito.
Si hubiera que elegir una ¨²nica palabra para describir la econom¨ªa en 2023 esa ser¨ªa, sin lugar a dudas, resistencia. La inflaci¨®n se acerca de nuevo a cifras razonables y las primeras bajadas de tipos de la Reserva Federal y el Banco Central Europeo (BCE) a la vista, permiten aventurar un horizonte econ¨®mico mucho m¨¢s ben¨¦volo para los pr¨®ximos meses. La realidad no es un camino de rosas pero, en fin, dista ¡ªy mucho¡ª del ¡°sangre, sudor y l¨¢grimas¡± que se barrunt¨®.
¡°Todo indica que vamos hacia un aterrizaje suave, un escenario que los mercados tambi¨¦n est¨¢n viendo de una manera clara en las ¨²ltimas semanas¡±, constata Xos¨¦ Carlos Arias, catedr¨¢tico de Econom¨ªa Aplicada de la Universidad de Vigo. ¡°La sensaci¨®n es que vamos convergiendo hacia el objetivo de inflaci¨®n del 2% y que los temores de espirales de precios van conjur¨¢ndose¡±. Todo est¨¢, a¨²n, en el siempre pantanoso terreno del ¡°parece¡±, porque la econom¨ªa se ha convertido en un campo minado para el an¨¢lisis. ¡°Pero hay una cosa clara: la pol¨ªtica monetaria astringente no se ha traducido en una recesi¨®n fuerte, y cualquier comparativa con la crisis [del petr¨®leo] de los setenta ha sido exagerada¡±, zanja Arias.
Mitigantes
¡°A¨²n podemos ver alg¨²n trimestre con estancamiento o ligera ca¨ªda, sobre todo en EE UU, pero no la recesi¨®n importante que se temi¨®¡±, completa Leopoldo Torralba, adjunto al economista jefe de Arcano Research, una de las firmas que m¨¢s han acertado en sus pron¨®sticos recientes. ¡°La experiencia hist¨®rica dec¨ªa que, cuando sub¨ªan tanto los tipos, era dif¨ªcil esquivar la recesi¨®n. Pero esta ha sido una crisis muy sui g¨¦neris: a diferencia de en otros episodios del pasado, esta vez no hab¨ªa grandes desequilibrios, y s¨ª muchos colchones que han amortiguado el choque¡±.
Esos mitigantes pueden resumirse, b¨¢sicamente, en tres: el ahorro acumulado, que ha permitido a muchas familias mantener su consumo; una deuda privada (hogares y empresas) en niveles razonables, que ha evitado una explosi¨®n financiera como la de hace 15 a?os; y una banca mucho mejor preparada, con hechuras para hacer frente a una morosidad que ¡ªadem¨¢s¡ª tampoco ha despegado como se temi¨®.
¡°No ha sido una crisis de demanda, sino de oferta, con factores que cre¨ªamos que iban a corregirse por s¨ª solos¡±, desgrana Torralba. Para los pr¨®ximos meses, este economista prev¨¦ una ganancia de poder adquisitivo de los hogares ¡°antes de lo esperado, a medida que la inflaci¨®n sigue normaliz¨¢ndose¡±, y las primeras bajadas de tipos en EE UU y en la eurozona a partir del segundo o tercer trimestre de este a?o. Resultado: ¡°La demanda se sostendr¨¢ y la econom¨ªa aguantar¨¢¡±.
La Fed evita cantar victoria
En sus memorias, Alan Greenspan, presidente de la Reserva Federal de 1987 a 2006, destacaba como uno de sus mayores ¨¦xitos haber logrado con las subidas de tipos de 1994 el ansiado aterrizaje suave, un t¨¦rmino procedente de la carrera espacial entre Estados Unidos y la Uni¨®n Sovi¨¦tica en la d¨¦cada de 1970 que no se hab¨ªa usado hasta entonces en la Fed, seg¨²n explicaba. El actual presidente, Jerome Powell, lleva m¨¢s de a?o y medio en busca de emularle.
Despu¨¦s de muchos meses en que los pron¨®sticos de recesi¨®n se iban retrasando, pero segu¨ªan siendo el escenario central, Powell empez¨® a saborear el ¨¦xito hace unos meses. Subray¨® que en Estados Unidos el descenso de la inflaci¨®n se hab¨ªa producido sin un aumento significativo del desempleo, que sigue por debajo del 4%. Las previsiones de los miembros del comit¨¦ de pol¨ªtica monetaria del banco central estadounidense para 2024 publicadas en diciembre anticipan el escenario deseado: un crecimiento del 1,4%, una tasa de paro del 4,1% y una inflaci¨®n que se acerca al objetivo del 2%.
Powell, sin embargo, se resiste a cantar victoria. Este mi¨¦rcoles, Tom Barkin, presidente de la Reserva Federal de Richmond, exprim¨ªa la met¨¢fora para exponer los riesgos. ¡°Un aterrizaje suave es cada vez m¨¢s concebible, pero en modo alguno inevitable. Veo cuatro riesgos. La econom¨ªa estadounidense podr¨ªa quedarse sin combustible. Podr¨ªamos sufrir turbulencias inesperadas. La inflaci¨®n podr¨ªa estabilizarse a una altitud de crucero superior a nuestro objetivo del 2%. Y el aterrizaje podr¨ªa retrasarse si la econom¨ªa estadounidense sigue desafiando las expectativas¡±, se?alaba en un discurso en Raleigh (Carolina del Norte).
El riesgo de quedarse sin combustible... O de equivocarse de aeropuerto
Con quedarse sin combustible, Barkin se refiere a la posibilidad de que los efectos retardados del endurecimiento monetario pasen factura y al de que la bolsa de ahorro acumulada en la pandemia deje de alimentar la demanda. Las turbulencias pueden ser geopol¨ªticas, financieras o de otro tipo. En su opini¨®n, ser¨ªa un error ¡°equivocarse de aeropuerto¡± y pensar que est¨¢ bien aterrizar en una inflaci¨®n del 3%.
Tanto en EE UU como ¡ªsobre todo¡ª en Europa hay, sin embargo, una creciente corriente cr¨ªtica sobre la velocidad con la que han subido los tipos de inter¨¦s. Quiz¨¢, dicen muchos, demasiado r¨¢pido ante un fen¨®meno inflacionista que tiene detr¨¢s muchos m¨¢s factores de oferta que de demanda. En el BCE se defienden: ¡°Los ¨²ltimos datos de inflaci¨®n de la zona euro son buenos, en l¨ªnea, con lo esperado, y la econom¨ªa sigue el guion del aterrizaje suave¡±, deslizaban a principios de noviembre desde el entorno de la presidenta, Christine Lagarde. La inflaci¨®n de la eurozona cerr¨® diciembre en el 2,9%, ligeramente m¨¢s que en noviembre pero tambi¨¦n por debajo de lo que esperaban los analistas. Y, sobre todo, a a?os luz de los peores d¨ªas de la crisis de precios.
¡°El aeropuerto est¨¢ en el horizonte. Pero aterrizar un avi¨®n no es f¨¢cil, sobre todo cuando el cielo est¨¢ nublado, y los vientos de cara y de cola pueden afectar al rumbo. Es f¨¢cil sobrevirar y hacer demasiado o subvirar y hacer demasiado poco¡±, dec¨ªa Barkin. Y advert¨ªa: ¡°No hay piloto autom¨¢tico¡±.
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