El proyecto de Industria para probar la semana de cuatro d¨ªas ya acumula m¨¢s de tres meses de retraso

El recorte de jornada es el tema estrella de la conversaci¨®n laboral. Ya ha empezado la negociaci¨®n entre el Ministerio de Trabajo y los agentes sociales para reducir la jornada ordinaria de 40 a 37,5 horas sin contracci¨®n del sueldo, pero hay proyectos a¨²n m¨¢s ambiciosos. Algunas empresas ya aplican en Espa?a la jornada de 32 horas repartida en cuatro d¨ªas a la semana. En abril del a?o pasado, el Ministerio de Industria se subi¨® a este tren con el lanzamiento de un proyecto piloto: plante¨® una serie de ayudas a empresas industriales que recortasen la jornada a cuatro d¨ªas. Pero no termina de arrancar. El propio ministerio se dio un plazo m¨¢ximo de cinco meses en mayo para resolver los destinatarios de las ayudas. Es decir, se esperaba una resoluci¨®n en octubre. M¨¢s de tres meses despu¨¦s, a¨²n no hay novedades al respecto.

Fuentes del ministerio explican que este retraso se debe a las elecciones generales de julio y el cambio al frente del ministerio, en manos de H¨¦ctor G¨®mez la pasada legislatura y ahora en las de Jordi Hereu. Tambi¨¦n ha cambiado la direcci¨®n del organismo que dise?¨® estas ayudas, la Escuela de Organizaci¨®n Industrial (dependiente del ministerio), ahora bajo la coordinaci¨®n de la secretaria de Estado de Industria, Rebeca Torr¨®. Asimismo, las mismas fuentes se?alan que en ¡°las pr¨®ximas semanas¡± se resolver¨¢ este retraso y que se notificar¨¢ a las empresas beneficiarias. Este proyecto parte de un acuerdo de 2021 entre el Gobierno y M¨¢s Pa¨ªs, ahora integrado en el grupo parlamentario de Sumar.

La semana laboral cuatro d¨ªas sin recorte de sueldo es una pol¨ªtica con amplio apoyo social, seg¨²n se desprende de una encuesta sobre el mundo laboral del instituto 40dB. para EL PA?S y la Cadena SER. Dos de cada tres encuestados considerar¨ªan positiva la implementaci¨®n de esta pol¨ªtica. El apoyo destaca entre los j¨®venes: en la generaci¨®n Z (18-26 a?os) aplaude la iniciativa un 72%, en la generaci¨®n millennial (27-42 a?os) un 76%, en la generaci¨®n X (43-58 a?os) un 67% y cae en la generaci¨®n boomer (de 59 o m¨¢s), con un 57%. Tambi¨¦n goza de m¨¢s apoyo de mujeres (67%) que de hombres (65%) y tambi¨¦n es mejor visto entre las clases altas (70%) que en las bajas (62%). La medida tambi¨¦n es bien recibida por los que votan a la derecha: el 47% de los que votan al PP consideran positivo el recorte de jornada, frente a un 26% que lo ve negativo. Los votantes de Vox son los menos entusiastas, con un apoyo del 44% y un rechazo del 32%. El apoyo se dispara entre los que votaron al PSOE (77%) y a Sumar (86%).

El ministerio se esfuerza desde el mismo anuncio de las ayudas en catalogar este proyecto como un experimento, una prueba piloto para estudiar la viabilidad de la semana laboral de cuatro d¨ªas. De ah¨ª que restaran importancia al hecho de que solo 41 empresas presentasen solicitudes para recibir las ayudas. As¨ª, aunque el plan contaba con 9,6 millones de euros de presupuesto, los gastos subvencionables por los proyectos presentados se limitan a 2,83 millones, un 29% del total. Beneficiar¨¢ a un m¨¢ximo posible de 503 trabajadores. La convocatoria de las ayudas se lanz¨® en abril y el plazo para presentar solicitudes termin¨® el 17 de mayo.

Peque?as empresas industriales

A estas ayudas solo optan empresas industriales, precisamente uno de los sectores m¨¢s productivos y en el que, en teor¨ªa, m¨¢s plausible resulta lograr el mismo resultado en menos tiempo. ¡°Este experimento busca recopilar datos que permitan una evaluaci¨®n fiable y extrapolable al conjunto de las peque?as y medianas empresas del sector industrial¡±, indicaba Industria en mayo en una nota de prensa. ¡°La diversidad y la calidad de las propuestas presentadas evidencian el talento y la creatividad de las pymes industriales interesadas, abarcando una amplia gama de sectores, como ingenier¨ªa, arquitectura, material y equipo el¨¦ctrico, caucho, farmac¨¦uticos, textil y distribuci¨®n y alimentaci¨®n¡±, a?adi¨® Industria.

La catalogaci¨®n de empresa industrial no se limita a las f¨¢bricas cl¨¢sicas, tambi¨¦n aspiraban a las ayudas firmas dedicadas al procesado y conservaci¨®n de alimentos, a fabricaci¨®n de prendas de vestir y calzado, a las artes gr¨¢ficas o a productos farmac¨¦uticos. Las ayudas solo estaban dirigidas a peque?as y medianas empresas, aquellas que ocupan a menos de 250 trabajadores, y cuyo volumen de negocios anual no excediese de 50 millones de euros. El recorte m¨ªnimo de jornada sin recorte de sueldo para aspirar a las ayudas es de un 10%.

Seg¨²n especificaba la convocatoria, las empresas participantes tendr¨¢n que mantener durante dos a?os la reducci¨®n de jornada, de la que solo podr¨¢n beneficiarse aquellos empleados con contrato indefinido a tiempo completo. Adem¨¢s, el proyecto debe afectar, como m¨ªnimo, al 30% de la plantilla en empresas de hasta 20 trabajadores, y al menos a un 25% en las pymes con m¨¢s empleados. La ayuda m¨¢xima es de 200.000 euros, que se puede dirigir a varias partidas. Entre esos gastos subvencionables est¨¢n los costes salariales del personal beneficiado por la reducci¨®n de jornada: en las empresas de menos de 10 empleados puede llegar al 90% (del gasto como consecuencia de la reducci¨®n), del 80% para compa?¨ªas de 11 a 52 empleados y del 75% para pymes con m¨¢s de 53 empleados.

Experiencias exitosas

La jornada de cuatro d¨ªas, de momento, apenas ha calado en Espa?a. Muy pocas empresas han dado el paso. S¨ª es m¨¢s com¨²n en otros pa¨ªses, como el Reino Unido, que hace un a?o difundi¨® los resultados, muy positivos, de un ensayo desarrollado en los meses anteriores: 56 de las 61 empresas participantes prorrogaron la medida.

En Portugal, un proyecto piloto con la participaci¨®n de 41 empresas y 1.000 empleados (el doble de los que puede llegar a haber en la prueba espa?ola) tambi¨¦n ha arrojado buenos resultados. Un estudio que analiza el funcionamiento de esta medida en sus primeros meses recoge un mejor en la salud mental de los empleados: el nivel de ansiedad de los entrevistados descendi¨® un 21%.

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