La baja productividad espa?ola, el gran reto de la reducci¨®n de la jornada laboral
El tejido econ¨®mico espa?ol no es propicio para adelantarse en un recorte de horas pactadas de trabajo, dicen algunos analistas. Otros destacan que las mejoras de las ¨²ltimas d¨¦cadas solo han beneficiado a las empresas
Espa?a no es un pa¨ªs especialmente productivo, si comparamos con otros pa¨ªses del entorno. Esto quiere decir que una hora de trabajo espa?ola produce menos valor econ¨®mico que la de Francia, Italia o Alemania. Y la teor¨ªa dice que a mejor productividad del trabajo, m¨¢s posibilidades tiene la empresa de rebajar la jornada laboral y m¨¢s argumentos el empleado para exigirlo. Si se puede hacer m¨¢s en menos tiempo, de nuevo en teor¨ªa, la empresa podr¨ªa permitirse pagar el mismo salario por menos horas trabajadas. En los pa¨ªses desarrollados, la productividad del trabajo se fortalece gracias al avance de la tecnolog¨ªa y a las mejoras en la organizaci¨®n. Una vez m¨¢s en teor¨ªa, es plausible una reducci¨®n de la jornada ordinaria de trabajo, por lo general establecida en 40 horas en Europa. Si prospera el acuerdo de Gobierno del PSOE y Sumar ¡ªque propone una reducci¨®n a 38,5 horas en 2024 y 37,5 en 2025¡ª, Espa?a dar¨ªa el paso antes que otros pa¨ªses en mejores condiciones para darlo. Lo que no excluye, apuntan algunos analistas, que no pueda permit¨ªrselo.
La cuesti¨®n de la productividad es recurrente en el debate econ¨®mico espa?ol. Cuando los sindicatos reclaman mejoras en las condiciones de trabajo, es habitual que los empresarios recuerden que Espa?a no puede presumir de productividad por el bajo valor a?adido de actividades como el turismo. As¨ª lo atestiguan los datos de Eurostat, en uno de sus ¨ªndices m¨¢s ilustrativos al respecto. En ¨¦l se indica la productividad media por hora trabajada en la Uni¨®n Europea con el n¨²mero 100, de manera que los pa¨ªses por debajo de esta cifra son menos productivos y los que est¨¢n por encima consiguen m¨¢s valor en el mismo tiempo de trabajo. Espa?a se anota un 92, por debajo de la media y mucho mejor que Serbia (45,4), Grecia (56,9), Polonia (66,5) o Portugal (67,2), pero lejos de Francia (117,2), Alemania (121,8), Dinamarca (140,7) o Irlanda (216,5).
En estos pa¨ªses tan productivos se trabaja menos horas que en Espa?a en promedio. Es decir, no solo producen m¨¢s por hora, adem¨¢s se hace en menos tiempo. Mientras que los espa?oles dedican una media de 37,8 horas a la semana a trabajar ¡ªalgo m¨¢s que la media europea, 37,5¡ª, en Francia son 37,4, en Irlanda 36,9, en Dinamarca 35,4 y en Alemania 35,3. En paralelo, los pa¨ªses a la cola en productividad tambi¨¦n son los que m¨¢s horas semanales trabajan, como Serbia (43,3), Grecia (41) o Polonia (40,4).
Pero si cristaliza la promesa del PSOE y Sumar, lo que cambiar¨ªa es la jornada pactada, muy diferente a la jornada media. En ese aspecto, Espa?a se pondr¨ªa claramente a la vanguardia en materia de derechos laborales. Seg¨²n los datos de la OCDE, de los pa¨ªses que establecen una jornada ordinaria para el com¨²n de los empleados, en Europa solo Francia (35) y B¨¦lgica (38) fijan tiempos inferiores a las 40 horas.
Hay otros pa¨ªses en los que esta figura (una jornada pactada global) no existe, como Alemania, donde queda al albur de la negociaci¨®n colectiva en cada sector. Y esta derivada es clave, ya que aunque las 40 horas sigan siendo tot¨¦micas, la jornada media pactada en convenios sectoriales ya est¨¢ por debajo en otros pa¨ªses, incluido Espa?a. Es decir, la propia negociaci¨®n de sindicatos y trabajadores, sin movimientos legislativos, ha reducido la jornada pactada en los pa¨ªses m¨¢s productivos, donde adem¨¢s los salarios m¨¢s altos permiten una mayor parcialidad voluntaria. Esto tambi¨¦n ha pasado en Espa?a, precisamente en sectores de alta productividad o en los que hay alta representaci¨®n sindical.
¡°Uno de los objetivos de la reducci¨®n de la jornada¡±, indican fuentes del Ministerio de Trabajo, ¡°es corregir la anomal¨ªa de cuatro d¨¦cadas sin modificar la jornada legal en Espa?a. En todo este tiempo se ha producido una transformaci¨®n intensa de nuestra estructura productiva, en las empresas y en los sectores: somos una econom¨ªa abierta al exterior, m¨¢s competitiva, con una mayor cualificaci¨®n de las personas trabajadoras¡±. El departamento que dirige en funciones Yolanda D¨ªaz considera que ¡°la evoluci¨®n del modelo y el incremento de la productividad son evidentes¡± y que ese avance no se ha trasladado a la normativa sobre el tiempo de trabajo. ¡°Reducir la jornada a 37,5 horas es corregir esa anomal¨ªa, como han hecho ya en la pr¨¢ctica las empresas y los sindicatos¡±.
?Por qu¨¦ somos menos productivos?
Mar¨ªa Jes¨²s Fern¨¢ndez, economista senior de Funcas, cree que Espa?a ¡°no se puede permitir¡± esta contracci¨®n de jornada ordinaria. ¡°S¨ª se lo pueden permitir pa¨ªses de productividad elevada, los que est¨¢n en la frontera tecnol¨®gica, pero no Espa?a. Es inasumible¡±. En la econom¨ªa espa?ola tienen un peso mayor al de otros pa¨ªses europeos actividades en las que las ganancias de productividad son m¨¢s dif¨ªciles de conseguir. Es decir, lograr el mismo resultado en menos tiempo es m¨¢s accesible en actividades creativas y tecnol¨®gicas que en un restaurante. ¡°Hay sectores que van a turnos en los que no hay forma de darse m¨¢s prisa. Habr¨¢ un grave incremento de costes¡±, a?ade Celia Ferrero, vicepresidenta ejecutiva de la Asociaci¨®n de Trabajadores Aut¨®nomos.
Como explicaba en un informe reciente el economista senior de CaixaBank Research Javier Garc¨ªa, ¡°una de las claves de la productividad radica en la calidad del capital humano de una econom¨ªa¡±. As¨ª, aquellas con mayor proporci¨®n de trabajadores formados, y que aprovechan ese capital en actividades de alto valor a?adido, producen m¨¢s por hora trabajada. ¡°Existe un d¨¦ficit significativo en el nivel de formaci¨®n de los trabajadores y de los empresarios espa?oles con respecto al promedio de la eurozona¡±, dice.
A esto se a?ade la naturaleza de las empresas espa?olas, m¨¢s peque?as que en los pa¨ªses m¨¢s desarrollados y, en consecuencia, menos productivas. ¡°En Espa?a, alrededor del 35% de la ocupaci¨®n est¨¢ en empresas de m¨¢s de 50 empleados, una proporci¨®n que se sit¨²a en el 66% en Alemania¡±, indica Garc¨ªa. Y cuanto mayor es una compa?¨ªa, m¨¢s capacidad tiene para invertir en los factores que mejoran la productividad ¡ªmodelos de eficiencia organizacional, marketing, valor de la marca, bases de datos, formaci¨®n desarrollada internamente, software...¡ª. Con datos de la OCDE sobre Espa?a, el valor a?adido por trabajador en empresas de uno a nueve empleados es de 33.461 euros al a?o, mientras que en las que tienen m¨¢s de 250 trabajadores es de 67.550. ¡°Cuando hablamos sobre el futuro de la productividad en Espa?a es fundamental analizar el peso de la inversi¨®n en investigaci¨®n y desarrollo en la econom¨ªa¡±, a?ade Garc¨ªa.
La patronal de las peque?as empresas espa?olas, Cepyme, abunda en esta idea: ¡°La baja productividad es uno de los problemas que aquejan a la econom¨ªa espa?ola y que afecta especialmente a las empresas de menor dimensi¨®n. La productividad de las pymes acumula una ca¨ªda superior al 7% en los ¨²ltimos cinco a?os. En este contexto, plantear una reducci¨®n de jornada agrava la situaci¨®n, especialmente entre las empresas de menor dimensi¨®n, que cuentan con menos recursos para hacer turnos o aumentar la contrataci¨®n¡±. ¡°Me preocupa¡±, dice Emilio Gallego, secretario general de la patronal Hosteler¨ªa de Espa?a, ¡°el efecto en la competitividad, en un mercado globalizado en el que nos enfrentamos a otros muchos destinos atractivos¡±.
Por ley o v¨ªa negociaci¨®n colectiva
Este escenario de peque?as empresas y actividades de bajo valor a?adido (y por ello, plantillas con menos capacidad de presi¨®n) es el que, en opini¨®n del l¨ªder de la UGT, Pepe ?lvarez, justifica la necesidad de que la reducci¨®n de jornada se adopte v¨ªa ley. ¡°Tenemos que ser conscientes de que Espa?a es un pa¨ªs de peque?as y medianas empresas. Si no somos capaces de reducir el tiempo de trabajo por la v¨ªa legislativa, es pr¨¢cticamente imposible que lo hagamos en negociaci¨®n colectiva¡±, contest¨® este mi¨¦rcoles a una pregunta de este peri¨®dico. Cree que ¡°todos los sectores productivos¡± de Espa?a ¡°tienen margen¡± para afrontar una reducci¨®n de jornada: ¡°La hosteler¨ªa ha resistido un aumento de precios del 25%, lo que tiene un efecto mucho mayor que la reducci¨®n de jornada que se propone¡±. Para salir adelante la medida necesitar¨ªa el refrendo del Congreso, incluyendo el voto afirmativo de los partidos nacionalistas de derechas.
Uno de los argumentos principales de los defensores de esta pol¨ªtica es que las horas trabajadas reales ya vienen cayendo hist¨®ricamente, y que esta contracci¨®n normativa servir¨ªa para expandir esta realidad a los sectores que a¨²n no la han implantado. Seg¨²n los datos de OCDE, desde 1983 (cuando se rebaj¨® la jornada laboral espa?ola de 43 a 40 horas) Espa?a ha pasado de 1.831 horas al a?o por trabajador a 1.643. Es decir, la jornada media ha ca¨ªdo sin cambios legales de por medio. La respuesta empresarial abraza precisamente este dato: en los sectores donde se pod¨ªa hacer ya se ha hecho. Si es as¨ª no ha llegado muy lejos, ya que la estimaci¨®n del Ministerio de Trabajo es que el cambio beneficiar¨ªa a 12 millones de asalariados, el 83,3% del total. Una parte de la reducci¨®n de estos a?os tambi¨¦n se puede atribuir al alza de las jornadas parciales por la cada vez mayor participaci¨®n en el mercado de trabajo de la mujeres (que siguen asumiendo la mayor¨ªa de los cuidados).
¡°Esta medida¡±, dice el coordinador de investigaci¨®n del ¨¢rea laboral de Fedea, Marcel Jansen, ¡°se adelanta a lo que es una evoluci¨®n natural de la jornada. Donde se dan los est¨¢ndares para que caiga la jornada lo hace. Por eso en pa¨ªses como Dinamarca o Alemania trabajan menos, ya que la productividad y los salarios son altos. Por eso los empleados se pueden permitir trabajar menos horas. En un entorno como el actual, con bajas tasas de paro e incluso falta de mano de obra, las empresas tienen incentivos para proponer mejores condiciones de trabajo¡±. Este especialista considera que no hay ¡°argumentos solventes¡± para justificar que ahora mismo en Espa?a sea ¡°conveniente, urgente o eficiente la reducci¨®n de horas lineales para todas las actividades¡±. Considera m¨¢s prioritario asuntos como el ¡°alto nivel de subempleo¡± (ocupados que querr¨ªan trabajar m¨¢s horas y no lo consiguen).
Mari Cruz Vicente, secretaria confederal de Acci¨®n Sindical de CC OO, cree que ¡°los sectores en los que la negociaci¨®n colectiva funciona mejor son aquellos en los que se ha conseguido una reducci¨®n de jornada¡±. Seg¨²n los datos de Trabajo, las actividades con m¨¢s jornadas pactadas, incluso por debajo de 37,5 horas, son administraci¨®n p¨²blica, banca y educaci¨®n. El jefe de UGT considera que sin la reforma que plantean el PSOE y Sumar parte de esos trabajadores se acabar¨ªan viendo perjudicados, ya que una porci¨®n de la actividad de esos sectores acabar¨ªa siendo derivada a empresas con convenios de 40 horas. ¡°La realidad de las empresas y de los sectores demuestra que es perfectamente posible reducir jornada sin perjudicar los beneficios de las empresas. M¨¢s a¨²n, la reducci¨®n de la jornada es una oportunidad para impulsar la productividad, con una mejor organizaci¨®n del tiempo de trabajo¡±, a?aden en Trabajo.
Cambio de modelo
Vicente denuncia el ¡°presentismo¡± al que, dice, ¡°est¨¢n acostumbrados los empresarios de este pa¨ªs; hay f¨®rmulas para hacer lo mismo en menos tiempo¡±. Coinciden fuentes del ministerio: ¡°Si de algo peca nuestro modelo productivo laboral es de un exceso de presentismo, de prolongaciones de jornada que no son productivas. Menos horas mejor organizadas sirven para mejorar la productividad por hora trabajada¡±. La economista de Funcas rechaza este argumento: ¡°Es algo fantasioso. Es imposible creer que las empresas est¨¢n trabajando voluntariamente por debajo de su potencial. Si una empresa pudiera ser m¨¢s efectiva o productiva ya lo ser¨ªa, en un escenario tan hipercompetitivo como en el que nos encontramos¡±.
El profesor asociado de Econom¨ªa Aplicada en la Universitat de Val¨¨ncia Joan Sanchis s¨ª cree que hay margen para producir lo mismo en menos tiempo, pero aporta un matiz clave: sin un cambio del modelo productivo, es muy dif¨ªcil que las pol¨ªticas de contracci¨®n del tiempo de trabajo se asienten. ¡°Nos interesa que nuestros actores econ¨®micos sean de mayor calidad. Del modelo dependiente de hosteler¨ªa y restauraci¨®n debemos hacer la transici¨®n hacia actividades de mayor valor a?adido. Nos tenemos que preguntar si nos interesa seguir manteniendo este tejido productivo¡±, indica este economista, autor del libro Cuatro d¨ªas (Barlin Libros), en el que analiza en profundidad el debate sobre el tiempo de trabajo.
Las estad¨ªsticas de empleo vienen registrando un aceler¨®n de las actividades de alto valor a?adido. Trabajo defiende que el despliegue de los fondos europeos y la pujanza de actividades como la energ¨ªa verde est¨¢n transformando el tejido productivo espa?ol. En las estad¨ªsticas se aprecia una evoluci¨®n positiva de estos sectores, normalmente asociados a mejores condiciones laborales y salariales, pero el avance a¨²n es moderado y el protagonismo sigue siendo de actividades poco productivas.
Sanchis defiende afrontar los debates sobre el tiempo de trabajo con una mirada m¨¢s amplia, teniendo en cuenta el beneficio que una contracci¨®n de jornada tendr¨ªa para el com¨²n de la sociedad y tambi¨¦n la trayectoria hist¨®rica de las estad¨ªsticas. Seg¨²n sus c¨¢lculos con datos de la OCDE, de 1990 a 2021 las horas trabajadas solo cayeron un 7% en Espa?a, pero la productividad del trabajo en d¨®lares a precios constantes escal¨® un 28%. En el mismo periodo en Alemania las horas han ca¨ªdo un 13% y, sin embargo, la productividad del trabajo se ha acelerado un 50%. Muchos especialistas defienden que la mayor parte de esa ganancia ha repercutido en los m¨¢rgenes de las empresas, y no en salarios (Espa?a acumula una p¨¦rdida del 7% del poder adquisitivo desde 2008) o en contracci¨®n del tiempo de trabajo.
En el ministerio que dirige D¨ªaz defienden que ¡°Espa?a no ha de competir con salarios bajos, sino con mayor productividad; el coste por hora de nuestro pa¨ªs est¨¢ muy por debajo de las econom¨ªas comparables a la nuestra. Salarios y jornada son los instrumentos esenciales para impulsar la productividad, con m¨¢s inversi¨®n y m¨¢s formaci¨®n¡±. ¡°Desde un punto de vista macroecon¨®mico¡±, finaliza Sanchis, ¡°nos interesa una transformaci¨®n, salir de la precariedad absoluta. Lo digo mucho y puede parecer fuerte, pero si un bar no puede pagar salarios dignos ni aplicar jornadas razonables tiene que cerrar. Hay que generar los incentivos adecuados para ir hacia un modelo de mayor calidad, m¨¢s estable y con mejores horarios. Necesitamos m¨¢s tiempo libre¡±.
Sigue toda la informaci¨®n de Econom¨ªa y Negocios en Facebook y X, o en nuestra newsletter semanal
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.