La econom¨ªa espa?ola crea uno de cada tres empleos de la eurozona
El tir¨®n de la poblaci¨®n extranjera impulsa la actividad, pero deja el crecimiento del PIB per c¨¢pita en el 1,2% en 2023
La econom¨ªa espa?ola genera un tercio de todo el empleo creado en la eurozona. Entre el tercer trimestre de 2022 y el tercero de 2023, ¨²ltimo periodo del que hay datos comparables de Eurostat, la ocupaci¨®n ha aumentado en unos dos millones de trabajadores en el conjunto de la zona euro. De ellos, unos 700.000 pertenecen a Espa?a. A pesar de suponer apenas un 10% de la econom¨ªa del euro, Espa?a crea un 33% de los puestos de trabajo.
Estas cifras certifican el robusto crecimiento de la actividad en Espa?a, al tiempo que la producci¨®n en Europa languidece en medio de la fuerte escalada de tipos y las repercusiones de la crisis energ¨¦tica y de precios. Sobre todo sufre Alemania, cuyo modelo productivo acusa la p¨¦rdida del gas barato de Rusia, la desaceleraci¨®n de China, la transici¨®n hacia el veh¨ªculo el¨¦ctrico, la falta estructural de inversi¨®n y el retraso en la digitalizaci¨®n.
A pesar de esta ralentizaci¨®n y aunque con menos horas trabajadas, el mercado laboral est¨¢ exhibiendo una gran resistencia en toda Europa. Las vacantes no cubiertas han tocado incluso cifras r¨¦cord en todos los pa¨ªses. Y en este contexto Espa?a es el que est¨¢ arrojando los mejores n¨²meros de creaci¨®n de empleo. Influye algo la intensa recuperaci¨®n del turismo tras la covid. De hecho, el gasto tur¨ªstico se encuentra en t¨¦rminos reales un 17% por encima de los niveles previos a la pandemia, gracias a que el sector est¨¢ siendo capaz de fijar precios m¨¢s altos.
En plena crisis energ¨¦tica, tambi¨¦n pesa la menor dependencia del gas ruso, el mayor uso de renovables y la presencia de instalaciones para procesar gas natural licuado (GNL). Adem¨¢s, con la disciplina fiscal europea suspendida por ahora, el consumo p¨²blico ha supuesto un tercio de todo el crecimiento anotado en 2023 debido al incremento del gasto de las comunidades en sanidad y educaci¨®n.
Pero quiz¨¢ el elemento m¨¢s diferencial haya sido el fuerte impulso que ha registrado la poblaci¨®n inmigrante. Esta se ha disparado en cerca de 600.000 personas el a?o pasado. El n¨²mero recibido es similar al de los a?os de la burbuja inmobiliaria, cuando entraban a raz¨®n de medio mill¨®n al a?o. Hasta el punto de que en 2023 cuatro de cada diez empleos creados en Espa?a fueron de extranjeros, pese a que solo suponen un 13% de la poblaci¨®n. La cifra asciende a seis de cada diez si se toman los trabajadores de doble nacionalidad. Seg¨²n datos de Eurostat, la econom¨ªa espa?ola cre¨® un tercio de todo el empleo for¨¢neo generado en la eurozona.
El grueso procede de Am¨¦rica Latina, as¨ª que el idioma podr¨ªa convertirse en un activo importante a la hora de aliviar el enorme d¨¦ficit demogr¨¢fico y el aumento de las vacantes a pesar del elevado desempleo. Semejante capacidad para acoger mano de obra es todav¨ªa m¨¢s meritoria despu¨¦s del shock de la pandemia y de la crisis de precios. Apuntar¨ªa que la econom¨ªa ha salido con menos cicatrices de las que cabr¨ªa esperar. El Ministerio de Econom¨ªa insiste en que estos trabajadores re¨²nen en promedio una mejor capacitaci¨®n y presentan unos perfiles profesionales m¨¢s diversificados que los que ten¨ªan en 2007, incluyendo una parte que ha ido a empleos m¨¢s cualificados.
En todo caso, el aumento del empleo extranjero, en unas 330.000 personas en un solo a?o, puede suponer hasta medio punto de PIB m¨¢s y ayudar¨ªa en parte a explicar que se hayan batido las previsiones que hablaban de crecer apenas un 1% a principios del a?o pasado.
El crecimiento basado en sumar trabajadores tiene efectos muy positivos a la hora de obtener m¨¢s recursos para Hacienda, financiar las pensiones o hacer frente al pago de la deuda p¨²blica. Pero crecer apoyados en la poblaci¨®n significa que la tarta por habitante no engorda tanto. De acuerdo con las cifras de Eurostat, el PIB per c¨¢pita espa?ol solo sum¨® un 1,2% en 2023, por debajo del 2,5% que avanz¨® el conjunto de la econom¨ªa. Mientras que el PIB prepandemia se alcanz¨® en el tercer trimestre del 2022, en t¨¦rminos per c¨¢pita no se recuper¨® hasta mediados de 2023.
Se crece m¨¢s por el aumento de trabajadores y no tanto porque estos produzcan mayores cantidades. Como resultado, la productividad descendi¨® el a?o pasado por ocupado un 0,7%. Por hora creci¨® algo, pero lo est¨¢ haciendo a peor ritmo que en otros pa¨ªses europeos. Y este comportamiento de la productividad est¨¢ provocando que los costes por unidad producida subieran mucho en 2023. Es muy positivo que el sector exportador espa?ol haya aguantado con esa alza de costes porque significar¨ªa que compite por calidad. Pero de mantenerse esta evoluci¨®n, podr¨ªa, a medio y largo plazo, acabar erosionando una competitividad exterior que ha mostrado un gran comportamiento durante la ¨²ltima d¨¦cada y que ha sido uno de los motores de la econom¨ªa.
En tales circunstancias, la consecuencia evidente es que este crecimiento tan robusto de la actividad no se est¨¢ traduciendo en la misma proporci¨®n en una convergencia con Europa en t¨¦rminos econ¨®micos. Medido en poder de compra por habitante, Espa?a est¨¢ perdiendo respecto a la media europea. Gana frente a Alemania. Pero se le acercan Portugal y Polonia. Y ya le adelantaron Chequia o Chipre.
Esta tendencia tambi¨¦n se observa en el consumo per c¨¢pita. El total del gasto privado ha igualado ya las cotas prepandemia. Sin embargo, por habitante todav¨ªa se encuentra un 3% por debajo del periodo precovid debido a la brutal crisis de precios y el encarecimiento de las hipotecas. Este es el mejor term¨®metro para calibrar el bienestar de la poblaci¨®n desde el punto de vista econ¨®mico, y evidencia que la crisis inflacionaria todav¨ªa no ha quedado superada a pesar de la moderaci¨®n de precios. Aunque el lado positivo es que a futuro hay algo de recorrido para la mejora en un contexto de creaci¨®n de empleo y recuperaci¨®n gradual del poder adquisitivo.
Otro efecto importante de este tipo de crecimiento es que el paro ha dejado de bajar con la intensidad que lo estaba haciendo tras la pandemia. Por ejemplo, el Banco de Espa?a vaticina que en los pr¨®ximos a?os se quede estancado en el entorno del 11%.
Y la trayectoria de la productividad y los costes laborales coincide con una ca¨ªda de la inversi¨®n, que sigue hundida tras la pandemia, lastrada por las subidas de tipos a pesar de la llegada de fondos europeos. De modo que se observan se?ales mixtas bajo el fuerte crecimiento: por un lado, se aprecia una progresiva recuperaci¨®n de los salarios reales con subidas superiores a los precios, m¨¢s ahorro, menos deuda, m¨¢s capacidad para generar recursos porque hay m¨¢s trabajadores y un sector exterior que aguanta relativamente bien pese a las dificultades. Pero, por otro lado, la inversi¨®n no tira, la productividad flojea y el crecimiento se apoya en la inmigraci¨®n y en un consumo p¨²blico sin las bridas de la disciplina fiscal europea. Y quiz¨¢s estos no sean los mejores determinantes del crecimiento a futuro.
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