El quid est¨¢ en la mol¨¦cula: EE UU se apoya en el gas barato para ganar la batalla industrial
El bajo precio de la energ¨ªa brinda al gigante norteamericano una gran baza para atraer el inter¨¦s manufacturero. Alemania ya no cuenta con el comod¨ªn de Rusia, lo que encarece su actividad
Con el gas de Texas, Pensilvania o Luisiana, Estados Unidos no solo tiene una poderosa m¨¢quina de hacer dinero: cuenta, tambi¨¦n, con una potent¨ªsima herramienta de persuasi¨®n para convencer a las industrias en fase de crecimiento de las bondades de instalarse all¨ª. Sus vast¨ªsimas reservas subterr¨¢neas y la poderosa revoluci¨®n del fracking han convertido al gigante norteamericano en el mayor productor y exportador mundial de este combustible, fundamental en procesos manufactureros intensivos en calor. Y est¨¢n llevando a decenas de grandes nombres del sector secundario ¡ªsobre todo, en sectores de alta cualificaci¨®n e intensivos en tecnolog¨ªa¡ª a tocar a su puerta cuando buscan nuevas ubicaciones.
La mejor pol¨ªtica industrial es, estos d¨ªas, la energ¨ªa barata. Desenganchada por fuerza mayor del gas ruso ¡ªque llegaba por tubo y a precio de derribo¡ª, Alemania se ha quedado sin una de las mayores ventajas competitivas de su industria. Sin mol¨¦cula barata, su sector secundario ha quedado a la intemperie. Con cartas nuevas sobre la mesa, el gas estadounidense saca a relucir sus mejores atributos: est¨¢ resguardo de las veleidades de la geopol¨ªtica, con un recurso propio, abundante y, sobre todo, muy competitivo. Tras caer el precio a la mitad en el ¨²ltimo mes, el gas estadounidense flirtea estos d¨ªas con sus m¨ªnimos hist¨®ricos y es ¡ªatenci¨®n¡ª cuatro veces m¨¢s econ¨®mico que en Europa. La mejor baza posible para alimentar el inter¨¦s de los grandes nombres industriales por asentarse en su territorio.
Tras la invasi¨®n rusa de Ucrania, la Uni¨®n Europea ¡ªsocia en defensa y seguridad pero competidora natural de EE UU en la carrera por atraer a las industrias punteras¡ª se ha visto obligada a sustituir todo el gas que le llegaba por tubo desde su vecino del este por gas natural licuado (GNL, el que viaja por barco). Un reemplazo todo menos sencillo, que ha obligado a construir nuevas terminales de regasificaci¨®n ¡ªocho en menos de dos a?os¡ª y a pagar una prima en origen: el GNL ¡ªque llega, parad¨®jicamente, a mansalva desde EE UU¡ª es por definici¨®n mucho m¨¢s caro que el que Gazprom serv¨ªa por ducto. Un golpe en la l¨ªnea de flotaci¨®n de los pa¨ªses m¨¢s manufactureros de los Veintisiete, con Alemania, Italia y los pa¨ªses de Europa Oriental a la cabeza.
Proyectos en marcha
La inversi¨®n del sector industrial estadounidense en nuevas plantas productivas ¡ªo en remozar las ya existentes¡ª se duplic¨® entre mediados de 2022 y mediados de 2023 hasta marcar un nuevo m¨¢ximo hist¨®rico, seg¨²n los datos recopilados por Bloomberg. Una parte muy sustancial de este esfuerzo responde al empuje de un solo sector, el de los semiconductores, al son de la inteligencia artificial. Pero no todo son chips: a pesar de los mayores costes laborales de EE UU, son legi¨®n las empresas ¡ªsobre todo, en sectores de alto valor a?adido¡ª que han metido la directa en el gigante norteamericano.
El gas propio y barato marca el presente. Pero, consciente de que el futuro industrial pasa por las renovables, la Administraci¨®n estadounidense tiene en marcha la ley de Reducci¨®n de la Inflaci¨®n (IRA, por sus siglas en ingl¨¦s), una norma que va mucho m¨¢s all¨¢ de lo que su nombre indica y que riega de incentivos para invertir en e¨®lica, solar y almacenamiento. Frente a la ret¨®rica de la ¨¦poca de Trump, basada en los aranceles y las amenazas a quienes hubiesen osado a llevar sus plantas a terceros pa¨ªses, la de Biden ha visto en estas tecnolog¨ªas, de largo las m¨¢s baratas para generar electricidad, el mejor fil¨®n para asegurarse de que este bum industrial ¡ªaunque de origen energ¨¦tico¡ª no es flor de un d¨ªa.
M¨¦xico, tambi¨¦n beneficiado
La onda expansiva de la energ¨ªa f¨®sil barata va m¨¢s all¨¢ de EE UU. Su vecino del sur, M¨¦xico, convertido desde hace d¨¦cadas en destino prioritario para la inversi¨®n manufacturera de menor valor a?adido y donde en los ¨²ltimos tiempos han echado ra¨ªces dos t¨¦rminos clave en las nuevas din¨¢micas industriales globales ¡ªreshoring (empresas que vuelven a producir en su pa¨ªs de origen) y friendshoring (empresas que buscan un territorio que tenga buenas relaciones con su lugar de origen)¡ª, tambi¨¦n est¨¢ benefici¨¢ndose de este poderoso man¨¢.
En plena oleada global de relocalizaciones industriales hacia naciones m¨¢s amigables y cercanas a los principales consumidores del mundo, el pa¨ªs latinoamericano tiene las mejores credenciales posibles: miles de kil¨®metros de frontera y excelentes comunicaciones con el mayor mercado del planeta, personal cualificado, una cadena de suministro perfectamente engrasada desde los primeros a?os del Tratado de Libre Comercio de Am¨¦rica del Norte (conocido como TLC, hoy T-MEC)... y gas a bajo precio. Es la fortuna de tener conexi¨®n directa, a trav¨¦s de media decena de gasoductos, con el nuevo rey energ¨¦tico mundial.
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