El n¨²mero de trabajadores temporales baja de los tres millones por primera vez en 30 a?os

Espa?a sigue sacudi¨¦ndose de encima el estigma de la temporalidad. La cantidad de trabajadores asalariados con un contrato de duraci¨®n determinada ha vuelto a reducirse en el arranque de 2024, descendiendo de los tres millones de temporales por primera vez en 30 a?os. En concreto, los ¨²ltimos datos de la Encuesta de Poblaci¨®n Activa (EPA) del primer trimestre del a?o conocida este viernes cifran el n¨²mero de trabajadores con contrato temporal en 2,83 millones, lo que sit¨²a la tasa de temporalidad del mercado laboral espa?ol en el m¨ªnimo de 15,7%. Esta cifra contrasta con la tasa m¨¢xima de empleados eventuales que fue del 35,1% y se registr¨® en el tercer trimestre de 1995, ya que esta modalidad contractual fue una de las palancas utilizadas por la econom¨ªa espa?ola para remontar la crisis de principios de los noventa.

La ¨²ltima vez que el colectivo de trabajadores temporales baj¨® de la citada barrera de los tres millones fue en el primer trimestre de 1994 (cuando se registraron 2,90 millones de empleados eventuales). Por aquel entonces el n¨²mero total de ocupados era de 8,91 millones, con lo que la tasa de temporalidad en ese momento escalaba al 32%, m¨¢s del doble que la actual. Para equiparar ese peso del empleo temporal en la actualidad tendr¨ªa que haber casi 6 millones de asalariados con contrato de duraci¨®n determinada.

Pero la dimensi¨®n real de la mejora de este indicador laboral se observa al constatar la intensidad del recorte y en el poco tiempo que se ha producido. As¨ª, en apenas cuatro a?os, Espa?a, que junto con el desempleo tambi¨¦n lideraba en Europa la tasa de temporalidad, ha reducido esta ¨²ltima diez puntos porcentuales desde el 26,1% registrado a finales de 2019, justo antes del estallido de la pandemia. Y el principal motivo de este recorte, si no pr¨¢cticamente el ¨²nico, ha sido el coto que puso la reforma laboral, vigente desde 2022, al abuso de los contratos temporales, generalizando el contrato fijo como principal modalidad contractual y ampliando el campo de aplicaci¨®n de los contratos fijos discontinuos.

Si bien ha sido pr¨¢cticamente el sector privado el que ha experimentado estos efectos de la reforma y, por tanto, el que ha tirado para abajo de la tasa global de temporalidad. As¨ª, hace cuatro a?os el 25,7% de los asalariados del sector privado era temporal frente a solo el 12,3% en la actualidad. Mientras que, por el contrario, en el sector p¨²blico la tasa de eventuales no ha cesado de crecer. Ha pasado del 27,8% en el etapa prepandemia al 29,5% del primer trimestre de 2024, tras caer tres d¨¦cimas respecto al trimestre anterior. Este reparto del empleo temporal no siempre ha sido as¨ª. De hecho, no fue hasta comienzos de 2019 cuando la tasa de temporalidad del sector p¨²blico super¨® a la del privado por primera vez en la historia de la econom¨ªa espa?ola.

Desde entonces, la brecha entre ambos ha ido increment¨¢ndose hasta registrar un m¨¢ximo de 17,5 puntos en el primer trimestre de 2023. Actualmente la tasa del sector p¨²blico (29,5%) es 17,2 puntos mayor que la del privado (12,3%). Esta diferencia la marca el hecho de que el sector privado cuenta ahora con un m¨ªnimo de 1,78 millones de empleos temporales frente al m¨¢ximo de casi cinco millones de contratados eventuales registrado a mediados de 2006, cuando la burbuja inmobiliaria dispar¨® la tasa de temporalidad del sector privado a m¨¢ximos, por encima del 36%.

M¨¢s all¨¢ de estas mejoras num¨¦ricas, el aumento de la estabilidad en el empleo tiene claros efectos sobre la econom¨ªa de los trabajadores. Seg¨²n un informe del Banco de Espa?a referido a 2022, el primer a?o de aplicaci¨®n de la reforma laboral, mostraba que antes de esa fecha los hogares cuyo cabeza de familia ten¨ªa un contrato temporal o estaba desempleado dedicaban una menor proporci¨®n de su renta al gasto que aquellos en los que el cabeza de familia ten¨ªa un contrato indefinido, en concreto, 9 puntos porcentuales menos. Es m¨¢s, en aquellos hogares en los que el contrato del cabeza de familia era convertido de temporal a indefinido, se estimaba un aumento de la ratio de gasto sobre renta de alrededor de un 20% en el trimestre en el que se produc¨ªa dicha conversi¨®n

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